Jeanine Añez: A Dios rogando y con el mazo dando

Jeanine Añez: A Dios rogando y con el mazo dando
Fecha de publicación: 
14 Noviembre 2019
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Ante la imagen de la ilegítima y autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Añez, esgrimiendo el sagrado texto católico y proclamando “La Biblia vuelve al Palacio”, pudiera lograrse un pavoroso paralelo con el óleo de Dióscoro Puebla, que guarda el Museo del Prado.

En ese enorme lienzo de más de cinco metros de largo titulado Desembarco de Colón, a la derecha del conquistador se observa una figura esgrimiendo la gran cruz que encabezara los empeños evangelizadores, aquellos que tanto sufrimiento ocasionaron a los aborígenes americanos, según reconociera en mayo de 2007 el propio Papa Benedicto XVI.

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Pero no son estas líneas para abundar en aquellas conversiones forzosas al catolicismo, mucho menos para hablar de la iglesia católica; sí para razonar sobre las implicaciones de esta primera declaración de la Jeanine Añez, con su cabellera rubia y su tez blanquísima, evidentemente bien alejada del sol que tuesta a los cocaleros bolivianos, a los aymara por ella despreciados.

La Jeanine ha desconocido con tal blanco plumazo toda la historia de esa nación multicultural. Desde su prepotencia e ignorancia, denostaba de la Wiphala, ese símbolo, también sagrado, de la herencia indígena.

La Wiphala , esa tela cuadrangular –que no bandera, dicen los amautas- de siete colores, es una representación de la Pachamama (Madre Tierra ) que simboliza en su colorido al cosmos , los animales, las plantas, las piedras, las runas, la vida en armonía.

Según también los amautas – los incas sabios y maestros - "Donde exista una Wiphala estará representado el amor y el respeto al universo”. Quizás precisamente por eso, porque las fuerzas opositoras a Evo, al negarlo niegan también ese amor y ese respeto, es que literalmente han quemado y mancillado a la Wiphala, siguiendo los pasos de su “presidenta interina”.

Como si encendieran sus antorchas con el mismo fuego “purificador” de la Santa Inquisición, que igual acompañó a los conquistadores, lo mismo incendian la Wiphala que queman las casas de líderes del MAS, que incluso amenazan con incinerar a personas y a sus familiares, si se declaran seguidoras de Evo.

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Pareciera que uno de esos agujeros temporales se hubiera abierto en Bolivia y de pronto, vivieran allí de nuevo en los siglos XV y XVI... Pero esta vez, con gases lacrimógenos.

“Y si así no lo hicieseis [...,] con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, [...] y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos [...].”

Esto y más leían en voz alta a los estupefactos aborígenes los conquistadores cuando llegaban a América; era algo así como un acta de advertencia para garantizar el sometimiento, que pasó a la historia bajo el nombre de Requerimiento.

Y la Jeanine con su Biblia en alto, también parecía advertir: Y si no me seguís, y si apoyáis a Evo, “con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros.”

Más que un aviso, es la descripción de un presente: golpean, queman, disparan. Están arremetiendo contra esos mismos pobladores que Evo tanto protegió, contra los que veneran a la Whipala.

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A solo minutos de redactar estas líneas, un Twitter, aterrador por su angustia, gritaba desde la pantalla: "Me llamo Claudia Quispe, nuestro hermanos campesinos están siendo matados por los militares de #Bolivia y los policías, no llega la prensa a donde hay muertes, hemos pedido auxilio y nadie llega".

Quizás llegue la Jeanine Añez cuidando de no chamuscarse la rubia cabellera y con su enorme biblia rosada bajo el brazo.

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