Ballet de Panamá rendirá tributo a Alicia Alonso

'Gracias a ella hay una gran apertura hoy para los latinoamericanos y como indígena guna me siento orgulloso de que ella haya aportado mucho al crecimiento y desarrollo de la danza en Panamá', expresó en declaraciones a Prensa Latina.

Y a reglón seguido subrayó: 'La danza me ha permitido tener muchos amores, conocer muchos hombres y mujeres, ser lo que soy, pero también conocer, a través de su historia y biografía, a una gran mujer: la maestra Alicia Alonso, a quien desgraciadamente no tuve el privilegio de conocer personalmente'.

Las Rufinas es un homenaje a la panameña Rufina Alfaro, quien protagonizó el primer grito de independencia de Panamá de la corona española, el 10 de noviembre de 1821 en la central villa de Los Santos.

'Desafortunadamente ella no es reconocida por los historiadores oficiales. El reconocimiento de su existencia llegó en 1949', explicó Diguar Sapi (en lengua dulegaya musgos de árbol), quien aseguró que este poema coreográfico también es un mensaje de gratitud a todas las mujeres del mundo, que día a día luchan por reinvidicar su historia.

Aunque no está comprobado la existencia de 'esta gran mujer que forma parte de la historia de lo que es hoy Panamá', el imaginario popular le atribuye ser la heroína del alzamiento inicial contra España, por lo que simboliza el valor y la fortaleza de los panameños al enfrentar a la guarnición española y hacerla rendir sin resistencia.

Por su parte, la directora del Ballet Nacional de Panamá, Gloria Barrios, aseveró que la mejor manera de honrar el legado de la prima ballerina assoluta, fallecida en La Habana el pasado 17 de octubre, es con esta presentación en el contexto de las celebraciones por el mes de la Patria.

Anunció que el programa incluye también tres piezas inspiradas en el folclor panameño y donde una de ellas, Encore, es del coreógrafo cubano Iván Tenorio (1941-2014), a las que se suman Reto (Andrés Nieto) y El Amor Brujo (Alberto González).

Barrios afirmó que el legado de Alicia Alonso, a quien conoció personalmente, continuarán vigente en todos los bailarines latinoamericanos que recorren el mundo.

A juicio de la profesora panameña, la disciplina fue uno de los mayores atributos de la fundadora del Ballet Nacional de Cuba (1948), pues 'aunque era una estrella (?), a la hora de entrenarse, no era la gran diva, sino la alumna del maestro que tenía frente a sí'.