Los dos tabúes de los que huyen Obama y Romney
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La pobreza, que este año alcanzaría una cifra récord, y la desigualdad no figuran en sus discursos.
Mitt Romney había recorrido más de la mitad de su discurso en Tampa, el jueves, cuando brindó, en apenas una línea, una estadística que sonó casi fuera de contexto al final de cuatro días de reproches a Barack Obama por la rampante deuda pública de Estados Unidos.
"Hoy, más norteamericanos que nunca antes se despiertan en la pobreza", dijo el candidato presidencial republicano. "Casi uno de cada seis estadounidenses vive en la pobreza. Miren a su alrededor. No son extraños", cerró.
Fue la única referencia que se escuchó en Tampa a uno de los problemas sociales más olvidados de la campaña: la pobreza, que este año alcanzaría a 66 millones de personas, un número nunca antes visto en Estados Unidos.
Desde la irrupción de Paul Ryan, arquitecto del plan de ajuste republicano, como compañero de Romney, la campaña se centró más en la discusión ideológica sobre el papel del Estado en la vida diaria. El tema central es la economía, pero el debate oscila entre los impuestos y el gasto público.
Una lista de problemas quedó así olvidada, envuelta de silencio, al punto de convertirse casi en temas "tabú": la pobreza, y, en menor medida, la desigualdad, pese a que ambas empeoraron en los últimos años, y el cambio climático, aun cuando Estados Unidos vivió la peor sequía en 50 años.
"Es una elección cerrada, y ambas partidos están buscando los votos de un pequeño número de votantes indecisos. Los demócratas creen que es más inteligente hablar de la restauración de la clase media que de la pobreza. Y el cambio climático no ayuda a ganar votos", justificó a LA NACION Thomas Mann, analista político de la Institución Brookings.
La campaña se mueve al ritmo de la economía, un desempleo terco, y una recuperación débil, que los republicanos califican de "inexistente" en Tampa. La convención estuvo dominada por la deuda. Dos relojes mostraron segundo a segundo el deterioro de las finanzas públicas, uno de los ataque predilectos de los conservadores contra Obama.
"Los republicanos niegan que el cambio climático sea inducido por el hombre, ven a los pobres como irresponsables que deben ser liberados de los subsidios, y a la desigualdad como una consecuencia de una saludable economía de mercado", sostuvo Mann.
Como gobernador de Massachusetts, Romney dijo que creía en el impacto del hombre sobre el clima, y que era importante revertir el calentamiento global. Pero ahora, el tema ni siquiera aparece en la lista de prioridades de su campaña, y el republicano incluso se burló, en Tampa, de una frase que Obama había utilizado en 2008 al aceptar su candidatura, en la que habló de "curar al planeta".
Una frase que el presidente soltó en esa campaña, en la que hablaba de "repartir la riqueza", desató las primeras acusaciones de "socialista" que aún lo persiguen. Ahora, Obama habla de "lo que es justo" y de "reforzar la clase media" cuando aboga por aumentar los impuestos a los más ricos.
"Este país fue fundado bajo la idea del sueño americano, gente que llegó aquí a probar suerte sin nada, y a buscar salir adelante por sus propios medios. Aquí se precia la idea de que la gente debe prosperar por el esfuerzo propio, y no a través de ayudas estatales", indicó a LA NACION Juan Carlos Hidalgo, analista del Instituto Cato.
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