En la Convención Republicana: «Ultras» sueltos y sin bozal (I)

A manera de símbolo, la Convención Nacional del Partido Republicano de Estados Unidos se inició este lunes a retazos, porque le amenazaba una tormenta tropical llamada Isaac.

Como escenario del espectáculo seleccionaron el Tampa Bay Times Forum, en la ciudad de ese nombre en la Florida, uno de los estados que deciden los comicios presidenciales de noviembre.

Analistas opinaron que en ello radicaba la última oportunidad del multimillonario Mitt Romney, candidato republicano para ese cargo, urgido de mejorar su imagen y posibilidades de triunfo.

¿Qué tendencia general prevaleció esta semana en la mencionada Convención de los republicanos en Tampa? La situada más a la derecha que la muy conservadora de 2008.

Ese año los párrafos dedicados a su política exterior empezaban elogiando «los lazos duraderos entre todos los pueblos de las Américas».

Pero ahora arrancaron diciendo que el gobierno de Obama le ha dado la espalda a Latinoamérica y en vez de apoyar a sus aliados democráticos, «el presidente ha priorizado el acercamiento con nuestros enemigos».

En ese contexto agregan que «Venezuela representa una creciente amenaza contra la seguridad de Estados Unidos, una amenaza que ha empeorado mucho durante el gobierno del actual presidente». En los últimos tres años, Venezuela ha ido transformándose «en una avanzada iraní en el Hemisferio Occidental».

Así se manifiestan cuando en estos días la capital de Irán ha fungido como sede de la Décimo Sexta Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, a la que asisten numerosos representantes de esa gran comunidad internacional.

Junto a ellos, entre otras personalidades, concurren el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y diferentes invitados del mundo, señal inequívoca de la confianza que inspiran los anfitriones de esta Cumbre NOAL.  

La plataforma política presentada en la Convención Nacional del Partido Republicano, en Tampa, además expresa que el actual gobierno de Caracas otorga pasaportes o visas venezolanas a «miles de terroristas del Medio Oriente», y brinda así refugio a los entrenadores, operativos, reclutadores y recaudadores de fondos de Hezbolá.

Baste citar un solo caso para demostrar la falta de credibilidad del mencionado texto, cuando habla de Venezuela como una creciente amenaza para Estados Unidos.

Quien lo desmiente rotundamente no es Caracas, porque antes lo hizo el jefe del Comando Sur del Pentágono (que abarca el grueso de América Latina), el general de la Fuerza Aérea Douglas Fraser.

Durante una entrevista telefónica con AP desde sus oficinas en Miami, divulgada este primero de agosto, Fraser dijo no creer que Venezuela sea una amenaza para Washington y catalogó como «defensivas» las armas que esa nación suramericana adquiere en Rusia.
  

La plataforma republicana también dedica un espacio a Cuba.

Dice: «rechazamos cualquier sucesión de poder dinástico de la familia Castro y afirmamos las condiciones estipuladas en la ley estadounidense para levantar las sanciones comerciales, financieras y de viaje: la legalización de los partidos políticos y los medios independientes, además de elecciones libres y justas con supervisión internacional».

Una sola condición a quienes manejan esa retórica con tanta destreza: aclaren el gigantesco fraude electoral del 2000 con el que impusieron a su W. Bush en la presidencia y entonces comenzarán a ser tomados mínimamente en serio.

De la Convención Nacional del Partido Republicano en Tampa lo primero a subrayar es que allí su sector ultraderechista exhibió hasta dónde ya no tiene el menor recato en defender la necesidad de frenar, a cualquier costo, el progresivo deterioro de su hegemonía regional y mundial.

De ahí que lo dicho hasta aquí solo aborda una suerte de introducción hacia un segundo artículo.