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Es verdad del problema económico la demanda de servicios y productos pero...los muertos no tienen economía. Pasan cosas difíciles de entender como lo del cerdo a fin de año concentrado a la venta en algunos lugares, la gente en tumultos hasta dormía de un día para otro. Las tiendas solo no tienen colas si no hay nada. Hoy mismo por la madrugada la cola tumultuosa en el antiguo Mercado de Cuatro Caminos metía miedo. Ayer en la tarde Toyo (como casi siempre) parecía el Latino en una final y lo mismo digo de Concha y Luyano. Las medidas se ven bien en las reuniones por la TV pero la realidad es otra. Los tales supervisores de colas poco hacen y en muchos lados son partes de la indisciplina (dando prebendas y privilegios o sacando productos). Su papel se sobre edita a lo cercano a la puerta de la tienda muy poco hacen por el orden de las colas y el cuidado sanitario. Es fácil nada difícil ver de que la situación es un desastre entre indisciplinas, necesidades, corrupción, apatía, desidia y falta de orden. Los llamados a cuídese usted mismo son fuego fatuo. Para cuidarse uno mismo tendría que meterse dentro de un saco de nylon y amarrar la boca pero así nos ahogamos. No sé si lo de las reservas morales y organizativas alcanzan ¿Son muchas las reservas?
carlos@uebse.geysel.une.cu
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