Siria-China: Más allá de posiciones de principios
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Foto Xinhua
«China es una superpotencia que desempeña un papel muy importante en el mundo y hace asociaciones lejos de la hegemonía».
Estas palabras del mandatario sirio Bashar Al-Assad podrían la definición más exacta de lo que representa para su país la reciente firma de una asociación estratégica con el Gigante asiático, ejecutada durante su visita a China y tras un importante encuentro con el presidente de ese país, Xi Jinping.
En declaraciones a la Televisión Central de China (CCTV), publicadas el sábado último, Al-Assad destacó el respaldo que ofreció el Gigante asiático a Siria durante los años de la guerra, el apoyo político en el Consejo de Seguridad y en otros foros internacionales, considerándolas «posturas claras, honestas y basadas en principios invariables».
Asimismo, abogó por una mayor cooperación económica entre ambas naciones, pues su país sufre un asedio económico cruel y peligroso impuesto por Occidente con el objetivo de matar de hambre al pueblo sirio, lo cual da una mayor importancia a la colaboración con China.
«La nación asiática nos proporciona ayuda humanitaria y desempeña un papel importante en aliviar el sufrimiento de los sirios, sin embargo, haremos esfuerzos para desarrollar mecanismos que transformen los deseos en proyectos conjuntos de naturaleza económica e industrial», dijo el jefe de Estado sirio.
Para Al-Assad, las iniciativas propuestas por el presidente chino Xi Jinping basadas en el desarrollo y la seguridad a nivel global son relevantes, pues «no puede haber fomento y desarrollo sin estabilidad en el mundo»; de ahí la trascendencia del intercambio con China, con mayor relevancia cuando se detenga la contienda que sufre su país y pueda «comenzar la reconstrucción que hará que Siria sea mucho mejor de lo que era antes de la agresión».
El encuentro entre los presidentes en la ciudad oriental china de Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, vísperas de los XIX Juegos Asiáticos, marcó sin dudas un antes y un después en la historia de acercamiento entre ambas naciones iniciada hace 67 años. Fue Siria uno de los primeros países árabes que establecieron relaciones diplomáticas con la República Popular China y uno de los que copatrocinaron la resolución para restaurar el escaño legítimo de esta en las Naciones Unidas.
Así lo reconocería Xi Jinping al recibir a su par sirio, resaltando, además, que esas relaciones «han resistido la prueba de los cambios en la situación internacional y su amistad se ha fortalecido con el tiempo», por lo cual el establecimiento de la asociación estratégica que ambos firmarían sería un hito importante en la historia de las relaciones bilaterales.
Pero, acerquémonos un poco más a las especificidades de esa Asociación conjunta y las posturas que definirán su camino en lo adelante.
El camino a seguir
Como parte de la Resolución Conjunta firmada por ambos mandatarios –resalta Prensa Latina- China y Siria en lo adelante continuarán apoyándose mutuamente y con firmeza para salvaguardar los intereses comunes y los de otros países en vías de desarrollo, la equidad y la justicia internacional.
China, por su parte, seguirá apoyando a la nación árabe en su oposición a la interferencia extranjera, al unilateralismo y la intimidación, la defensa de su independencia nacional, soberanía e integridad territorial, la reconstrucción, el fortalecimiento de la capacidad antiterrorista y la promoción de una solución política a la cuestión siria.
Igualmente, contribuirá a que la nación árabe pueda mejorar sus relaciones con otros países y desempeñar un papel más relevante en los asuntos internacionales y regionales.
«China está dispuesta a fortalecer la cooperación de la Franja y la Ruta con Siria, aumentar la importación de productos agrícolas de alta calidad de Siria e implementar conjuntamente la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global en aras de hacer contribuciones activas a la paz y el desarrollo regionales y mundiales», afirmó Xi tras los encuentros oficiales y la firma del Documento.
Para la nación asiática, no son tolerables la injerencia de potencias extranjeras en los asuntos internos de Siria, por las afectaciones a su seguridad y estabilidad, en particular la presencia militar ilegal y el saqueo de las riquezas naturales; tampoco las sanciones unilaterales e ilegales que durante años le han impuesto.
En tanto, Bashar Al-Assad ratificó el valor que país le da a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Iniciativa de Desarrollo Global, la de Seguridad Global y la de Civilización Global, impulsadas por China, aseguró que su nación participará activamente en ellas y agradeció al Gobierno chino por el apoyo invariable a su pueblo.
Reconoció cómo China siempre ha estado del lado de la equidad y la justicia, ha defendido el derecho, el humanitarismo internacional y ha desempeñado un papel constructivo y en ese sentido, Siria seguirá oponiéndose firmemente a cualquier acto de interferencia en los asuntos internos de la nación asiática.
La adhesión al principio de una sola China y el reconocimiento a su gobierno como único y legítimo para representar a toda esta nación fue también un punto importante que recoge el documento en el que Damasco especifica que Taiwán es una parte integral del territorio chino y apoya los esfuerzos de Beijing para preservar su soberanía, unidad e integridad territorial.
Al-Assad aprovechó la ocasión para calificar el establecimiento de la asociación estratégica Siria-China «como una oportunidad para reforzar la cooperación amistosa bilateral e intensificar su comunicación y coordinación en los asuntos internacionales y regionales».
Pero más allá de posiciones de principios, se fortalecen los lazos históricos entre ambas naciones y se impone la solidaridad, la cooperación y el interés por estrechar las relaciones económicas, en el comercio, la agricultura, la cultura, la juventud, las nuevas tecnologías y los medios de comunicación, entre otros campos. Así queda bien registrado en el documento que regirá la Asociación en lo adelante.
Claro está, ambas naciones ratificaron y seguramente es algo que reforzará sus relaciones e intereses comunes en lo adelante, su rechazo total a las hegemonías, al lenguaje de fuerza y la imposición de sanciones unilaterales y medidas coercitivas ilegales que parecieran estar de moda en estos tiempos, pero en un escenario de apoyo mutuo, son inaceptables.
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