Probable segunda vuelta: Costa Rica, elecciones desesperanzadoras

Con un 40% de indecisos y un “picadillo” récord de 25 candidatos, Costa Rica celebrará comicios presidenciales el domingo 6 de febrero, en los que también serán electos dos vicepresidentes y los 57 miembros de la Asamblea Legislativa en un ambiente caracterizado por el predominio de líderes religiosos y partidarios de seguir sometiendo al país a un neoliberalismo de línea dura.

El panorama no es tan diferente al del 2018, en el que resultó electo Carlos Alvarado frente a un fanático religioso de igual apellido, pero que, en definitiva, resultó en la confirmación de la virtual desaparición de aquella democracia clásica que se mencionaba cuando se hablaba de Costa Rica.

Alvarado deja muchas obras sociales sin terminar, incluso seis proyectos viales que están paralizados, aunque con el camino abierto para el “velorio” de las pocas empresas estatales que aún subsisten y el fortalecimiento de un neoliberalismo que atrapa a la mayoría de los habitantes y los envuelve con el creciente deterioro de sus condiciones de vida, la robustez de las oligarquías empresariales, el Covid-19 y una política que solo promete más desigualdad en la distribución del poder y el ingreso, con el incremento del desempleo y la corrupción.

La consiguiente recesión económica elevó el desempleo a niveles sin precedentes, exacerbó la desigualdad y llevó a un punto crítico la crisis de la deuda. En el 2018 y el 2019, el país fue sacudido por las protestas contra una reforma tributaria y una ley antisindical, y en el 2020, los planes del gobierno de llegar a un acuerdo de préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) provocaron nuevos disturbios. La situación es tal que el especialista y profesor universitario Iván Molina compara a esta Costa Rica con el Chile de antes del levantamiento social del 2019.

LOS CANDIDATOS

Lo cierto es que la proliferación de partidos se debe a que el interés en la política cambió en el país. Hay un rechazo hacia los partidos tradicionales al tiempo que se fundan nuevos partidos y se lanzan candidaturas.
Los principales candidatos son el expresidente José María Figueres (1994-1998), del Partido Liberación Nacional (centro) y la ex vicepresidenta Lineth Saborío (2002-2006) del Partido Unidad Social Cristiana (centroderecha).

Los partidos de Liberación Nacional y el de Unidad Social Cristiana, marcaron la disputa por el gobierno desde mediados de los 80 hasta el 2014, cuando irrumpió el Partido Acción Ciudadana (centroizquierda), liderado por el actual presidente del país, Carlos Alvarado Quesada, quien, realmente, se alineó a lo más reaccionario del deteriorado abanico costarricense. El candidato oficialista, Welmer Ramos, aparece muy abajo en las encuestas, por lo que es altamente probable que el joven partido quedará fuera del gobierno.

Otro candidato que busca llegar a una segunda vuelta es Fabricio Alvarado Muñoz, de Nueva República, un partido fundado en el 2019 perteneciente a la derecha.

La principal opción de izquierda es la de José María Villalta, del Frente Amplio (fundado en el 2004), pero que aparece con pocos chances de competir.

Rodrigo Chávez, del Partido Progreso Social Democrático (centro), que fue fundado en el 2018, es otro de los que aparece con alguna posibilidad de competir.

Completan la lista de aspirantes Eliécer Feinzaig- Partido Liberal Progresista; Rolando Araya - Partido Costa Rica Justa; Greivin Moya - Partido Fuerza Nacional; Eduardo Cruickshank - Partido Restauración Nacional; Rodolfo Hernández - Partido Republicano Social Cristiano; Federico Malavassi - Partido Unión Liberal; Sergio Mena - Partido Nueva Generación; y Rodolfo Piza - Partido Nuestro Pueblo.

Además, Oscar Campos - Partido Encuentro Nacional; Luis Cordero- Partido Movimiento Libertario; Oscar López - Partido Accesibilidad Sin Exclusión; Natalia Díaz - Partido Unidos Podemos; Carmen Quesada - Partido Justicia Social Costarricense; Christian Rivera - Partido Alianza Demócrata Cristiana; Maricela Morales - Partido Unión Costarricense Democrática; Martín Chinchilla - Partido Pueblo Unido; Roulan Jiménez - Partido Movimiento Social Demócrata Costarricense; Walter Muñoz - Partido Integración Nacional; y Jhonn Vega - Partido De Los Trabajadores.

CONCLUSIONES

Estos comicios se celebran en un ambiente incierto, aún peor que hace cuatro años en el que las creencias religiosas dominaran la campaña presidencial.

Los políticos de izquierda permanecen en gran medida desconectados de las clases trabajadoras. La desafiliación partidaria ha llevado no solo a la disminución de la participación, sino también a una mayor volatilidad electoral. Hoy, ambas tendencias convergen en un país profundamente fisurado por las desigualdades sociales y el descontento ciudadano. En este marco, es probable que las elecciones del 2022 favorezcan a los poderosos grupos empresariales, permitiéndoles mantener el control del gobierno logrado en el 2018.