Otro golpe a Piñera: Opositores controlarán Convención Constituyente

Otro golpe a Piñera: Opositores controlarán Convención Constituyente
Fecha de publicación: 
18 Mayo 2021
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El presidente de Chile, Sebastián Piñera, admitió el domingo que su Gobierno y los partidos políticos tradicionales del país no están “sintonizando adecuadamente con las demandas y los anhelos de la ciudadanía”.

Aún sin conocerse los resultados finales de las elecciones efectuadas el pasado sábado y este domingo, los candidatos independientes y de partidos opositores progresistas serán la mayoría en la asamblea que redactará una nueva constitución y deje atrás a la creada durante la dictadura de Augusto Pinochet, de quien el presente Sebastián Piñera es un confeso admirador.

Los partidos tradicionales, sobre todo de derecha, quedaron arrinconados en la Convención Constituyente que creará nuevas reglas de juego en un país controlado por un modelo económico neoliberal.

Con cerca del 90% de los votos escrutados, la clase política tradicional recibía un duro golpe, principalmente la coalición de derecha del gobierno del presidente Sebastián Piñera, quien se había mostrado muy seguro de poder controlar un tercio de la futura Convención Constituyente, que integrarán 155 personas electas de forma paritaria y con la inclusión de 17 escaños reservados a los pueblos originarios.

"En estas elecciones, la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y también a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y los anhelos de la ciudadanía y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y por nuevos liderazgos", reconoció Piñera en un mensaje al país, acompañado de todo su gabinete en el patio del Palacio presidencial La Moneda, en Santiago.

Los comicios fueron la continuación del plebiscito de octubre del año pasado, en el que un 80% de los chilenos que sufragaron eligieron que se redactara una nueva Carta Magna para reemplazar a la heredada de la dictadura.

Recordemos que esta Constitución es señalada como origen de la desigualdad social que generó las masivas protestas que estallaron en octubre de 2019.

Casi 15 millones de personas estaban llamados a votar en estos comicios, donde también se elegían alcaldes, concejales y gobernadores regionales.

Las dos listas que aglutinan a candidatos que van desde la centro-izquierda al Partido Comunista, Lista Apruebo y Apruebo Dignidad, obtienen el 33,22% de los votos, mientras que la de derechas, Vamos por Chile, se queda con un 20,80%. Los independientes se imponen a los partidos tradicionales con cerca de un 40% de los sufragios y tendrían la capacidad de controlar la futura Convención Constituyente.

Muchos de estos independientes tienen afinidades políticas centroizquierdistas, y un 60% son de partidos tradicionales, que incluyen al Partido Comunista y la izquierda tradicional.

El evento tuvo que efectuarse durante dos días debido a la extendida epidemia de la COVID-19, para el cual estaba convocados 14,9 millones de chilenos, con el fin de elegir entre más de 22 000 candidatos a 345 alcaldes, 2 252 concejales y 16 gobernadores regionales

Desde el oficialismo ya temían que la debacle de popularidad en la que está sumido el presidente Sebastián Piñera, cuyo gobierno es reprobado por más del 90% de la población, arrastrara a los candidatos de la coalición de derecha con la que regresó al poder en marzo del 2018.

Lo principal

Pero, sin dudas, el atractivo principal fue elegir a los 155 miembros de la Convención Constituyente, que tendrán un plazo máximo de dos años para redactar una nueva Constitución, que tendrá que ser aprobada en plebiscito; así como el de los 16 gobernadores regionales que, ahora, a través del voto popular, sustituirán a los intendentes que eran nombrados 

El cambio de Constitución fue una de las principales demandas durante las protestas que estallaron en octubre de 2019 en Chile.

La actual Carta Magna chilena data de 1980 y, aunque fue modificada varias veces, es criticada por ser herencia del régimen militar de Augusto Pinochet y por consolidar un papel residual del Estado en la provisión de servicios básicos.

Promueve la empresa privada en todos los sectores de la economía, incluidos la educación, la salud y las pensiones, en un país que, si bien tiene el per cápita más alto de América Latina, también es clasificado como uno de los más desiguales entre las economías avanzadas.

Así, será la primera vez que la sociedad chilena reformará la Constitución heredada de la dictadura que Augusto Pinochet encabezó durante 16 años.

También será, además, la primera vez a nivel mundial que una Constitución es redactada de forma paritaria por hombres y mujeres, ya que la integración de la Convención así lo garantiza.

En el caso de la ya mencionada elección de los 16 gobernadores, para la que contienden 90 candidatos, el pesimismo predomina en la coalición oficialista Vamos Chile porque, desde el estallido social del 2019, Piñera se ha mantenido en un estado de debilidad política permanente.

En las últimas semanas, el presidente sufrió una nueva derrota interna cuando tuvo que aceptar el tercer retiro de fondos de pensiones que había aprobado el Congreso, y que él rechazó hasta último momento. Las encuestas coinciden en la mayoritaria valoración negativa de su gobierno. Y acaba de ser acusado de delitos de lesa humanidad en la Corte Internacional de la Haya por la violencia policial registrada durante las ya históricas protestas del 2019.

El panorama que más teme el oficialismo es que Piñera enfrente la recta final de su presidencia con más del 80% de las regiones gobernadas por la oposición. Su apuesta es que no haya definiciones y que la mayoría de las gubernaturas se diriman en la segunda vuelta que, en el agitado año electoral chileno, está prevista para el 13 de junio.

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