Nexos chino-rusos: En su nivel más alto

Los graves acontecimientos de los últimos tiempos, caracterizados por las amenazas imperialistas, la expansión de la epidemia del nuevo coronavirus y una persistente crisis provocada por el neoliberalismo, hacen más destacable la cooperación entre la Federación Rusa y la República Popular China, que alcanza hoy un alto nivel histórico, con avances significativos en política, asuntos internacionales, comercio, economía, intercambios culturales y otros ámbitos.

Con muy poca atención de los medios occidentales de prensa, pero de indudable importancia, fue la reciente visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a China, donde, junto a su homólogo, Xi Jinping, presenciaron el inicio de la edificación de cuatro reactores de dos plantas nucleares ubicadas en territorio chino.

Mientras los medios imperiales hacían hincapié y gran algazara en el fracaso de un lanzamiento de un cohete espacial chino, cuyos pocos restos cayeron en el Océano Índico, sin causar daños, obviaban que una sonda china se había posado en Marte y el proceso de construcción de los reactores, con lo cual Rusia y China dan cumplimiento a acuerdos de cooperación estratégica firmados durante junio del 2018.

Las cuatro unidades estarán equipadas con reactores tipo VVER-1200 de la generación más reciente, alcanzarán una potencia total de 4 800 megavatios, y deben entrar en acción antes del 2028.

Según lo previsto, la Corporación Nacional Nuclear de China realizará la construcción de las unidades y la corporación estatal rusa Rosatom estará a cargo del equipamiento y la asistencia técnica, según Sputnik, mientras Xinhua aseveró que los reactores que se colocarán a las unidades son potentes, modernos y cumplen los más exigentes requisitos de seguridad y los más altos estándares ecológicos.

Ambas fuentes coincidieron en señalar que China podrá acceder a energía más limpia y más barata, pues se espera que, a largo plazo, el proyecto conjunto contribuya a que ese país disminuya sus emisiones de dióxido de carbono.

A juicio del presidente Xi Jinping, lo logrado en el área de la generación de energía nuclear sirve de referencia para expandir y consolidar el trabajo en otros campos, y propuso crear un sistema más abierto de gestión en ese aspecto, porque “la tarea de todos los países consiste en la lucha contra el cambio climático”, acotó.

De acuerdo con el experto chino Han Xiaoping, una de las características distintivas de la tecnología nuclear de tercera generación es su seguridad y potencial para impedir que ocurran accidentes como los de Chernóbil (26 de abril de 1986, en la entonces Unión Soviética) y Fukushima (11 de marzo del 2011, Japón).

De acuerdo con expertos, la cooperación entre ambas naciones podría ayudar, incluso, a que China reemplace con tecnología rusa parte de la estadounidense que tienen algunas centrales suyas, especialmente ante la política de medidas restrictivas unilaterales que ha seguido la Casa Blanca.