Lo que algunos no quieren ver: Beneficios del desarrollo de China
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Aturdido y molesto por tantas fuentes prooccidentales para denigrar sin base alguna al Partido Comunista de China y su recién finalizado XX Congreso, admira conocer cómo, a pesar de las dificultades en relación al clima, el COVID-19 y las injerencias imperialistas en Taiwán y Hong Kong, la República Popular emerge más fuerte que nunca, demostrado en este evento en que, por tercera vez consecutiva, fue electo Xi Jinping como Secretario General de la organización.
Mientras los enemigos del pueblo chino especulaban sobre el por qué el exsecretario del Partido Hu Jintao tuvo que abandonar el evento, sin considerar que se encontraba enfermo, e incluso afirmaron alevosamente que fue sacado por la fuerza, daban poca importancia a la propuesta del Secretario General de mantener al pueblo unido bajo la dirección del Partido y aunar esfuerzos para impulsar la revitalización nacional.
Ello subraya que el XX Congreso sirve como una declaración política y un programa de acción para que el Partido una al pueblo chino en la defensa y el desarrollo del socialismo con peculiaridades chinas.
Todo en medio de la política de sanciones de Occidente, que se basa precisamente en la creencia de su superioridad tecnológica, la infraestructura económica, financiera y bancaria, asumiendo que su presión no se puede parar, sin considerar que tal filosofía es ajena a China.
"China está aprendiendo de las principales potencias occidentales cómo usar las sanciones. Es necesario mejorar los mecanismos para combatir las sanciones, la injerencia externa y la jurisdicción extraterritorial”, afirmó Xi en el evento, además de señalar la necesidad de mejorar el sistema de seguridad nacional y formar un "sistema de defensa integral y efectivo" para el país.
Está claro que China no utilizará esta estrategia por iniciativa propia y no abusará de ella, en tanto que aplica algunas variantes de estas contramedidas: aranceles por aranceles, prohibiciones por prohibiciones, la introducción de sanciones individuales contra políticos y funcionarios occidentales, después de que los países occidentales tomen medidas similares contra ciudadanos chinos.
En este contexto, China rechaza la política de hostilidad estadounidense para controlar la región Asia-Pacifico y dirigirla contra Beijing, por lo cual acelera el desarrollo de su Ejército, y reiterado que en el conflicto ruso-ucraniano aboga por el diálogo, pero siempre que se considere el derecho de Moscú a impedir que la agresiva Organización del Tratado del Atlántico Norte llegue hasta sus fronteras.
Para China el mundo debe ser multipolar, por lo cual rechaza la política unipolar que abanderaba el anterior presidente norteamericano, Donald Trump, y la falsa multipolar que sostiene el actual, Joe Biden.
Y es que este mundo se enfrenta a cambios profundos que no se habían visto en un siglo, incluidas las amenazas a la seguridad tradicionales y no tradicionales; así como el ascenso colectivo de los países en desarrollo y la transformación de la gobernanza mundial. Hay desafíos, pero también oportunidades.
REFERENTE MUNDIAL
Hace algunos años, el funcionario cubano José Luis Robaina destacaba como el desarrollo de China la había convertido en un referente mundial, lo cual hoy día es paradigma para la eliminación de la pobreza.
Y es que ese desarrollo en el camino para construir una nación socialista moderna en todos los aspectos beneficiará al mundo, y un ejemplo de ello es que ha sido el primer país en vías de desarrollo en materializar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU para la reducción de la pobreza.
Además, tomó la iniciativa en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible e implementó el Acuerdo de París sobre el cambio climático, además de proponer una iniciativa de alcance global, como la Franja y la Ruta.
Por su parte, el académico argentino Patricio Giusto dijo que la decisión de China de ampliar su cooperación, sobre todo con el Tercer Mundo, a través de sus grandes propuestas, como la Franja y la Ruta, busca el desarrollo no sólo económico, sino también cultural y de conocimiento mutuo, con ganancias compartidas.
Sin dudas es un tema clave de la política exterior del país asiático para los próximos años, y que en los últimos cuatro logró la erradicación total de la pobreza extrema, que no tiene precedentes.
Asimismo, la lucha contra la corrupción y la mencionada contra la contaminación son aspectos muy importantes, a los que se suma la estabilización de la economía china, incluso frente a las adversidades más duras que ha tenido el mundo en los últimos años por la pandemia del COVID-19-
Este desarrollo de China, con el consecuente beneficio global, está apoyado en la estructura económica que actualmente ya tiene el país asiático, con un fuerte foco en la innovación de primera calidad.
Y es que China pasó de producir manufacturas hace unas cuatro décadas como principal pilar de su economía, a producir tecnología de alta calidad en campos estratégicos como inteligencia artificial, telecomunicaciones, biotecnología y energía nuclear, entre otros.
LA GRAN DIFERENCIA
El sociólogo Marcelo Rodríguez comentó a Xinhua que las propuestas de China son importantes, porque en América Latina “sabemos que cuando Estados Unidos está de por medio, hay que hacer concesiones políticas. China, en cambio, ha propuesto acuerdos y no hay injerencia en la política interna de cada país, y eso se valora mucho".
En este sentido, Rodríguez, director del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti (CEFMA) de Argentina, enfatizó que "China es una potencia mundial con la cual se puede sostener una muy buena relación, a partir de una lógica de ganar-ganar y sin la necesidad de hacer concesiones como las que impone Estados Unidos".
"Observamos un mundo en el cual la unilateralidad estadounidense se encuentra fuertemente interpelada por las propuestas de un mundo multilateral, en las que China juega un importante papel", contrapuso el experto.
El también miembro de la Comisión Política del Partido Comunista de Argentina comentó que las propuestas de establecer un futuro compartido entre el pueblo chino y otros pueblos del mundo con un entorno pacífico internacional contrastan con las propuestas belicistas estadounidenses.
"China busca acrecentar la coordinación y la cooperación entre los países y las regiones, basándose en el respeto mutuo, lo que constituye un aporte muy valorable en la construcción de un nuevo orden internacional a favor de los pueblos", agregó.
De ahí la importancia del recién finalizado Congreso del Partido, en que se ratifica el camino hacia el desarrollo por la senda del diálogo, el multilateralismo, la cooperación y la defensa de la paz y la seguridad.
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