Europa: agricultores se rebelan
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Decenas de agricultores bloquean la autopista A4 cerca de Jossigny, al este de París, en plenas protestas agrarias en Francia, el 30 de enero de 2024 © Bertrand GUAY / AFP
Suman ya agricultores de diez países los que protestan airadamente contra las políticas agrarias de la Unión Europea, algunas de las cuales tienden a complacer a Estados Unidos en beneficio de Ucrania, cuyos productos están llegando a los mercados del llamado Viejo Continente sin cumplir el mínimo de las necesarias condiciones sanitarias.
Los productores de la UE han decidido llevar su ira a las calles y han cerrado carreteras en protesta, protagonizaron desfiles de tractores y se manifestaron en forma masiva en Francia, Alemania, Polonia, Rumania, Países Bajos y España.
El movimiento de protesta de los agricultores europeos responde a todo tipo de tendencias, desde los más acomodados conservadores hasta los más progresistas pequeños agricultores.
Los agricultores ya se han manifestado en ciudades como Berlín, París, Barcelona, Roma y Madrid, bloqueando las carreteras y dificultando la entrada y salida de vehículos por las principales vías. En el territorio español, particularmente, se han registrado movilizaciones en al menos diez comunidades autónomas.
Dirigentes del sector aseguraron que ha llegado el momento de forjar un nuevo consenso sobre alimentación y agricultura entre los agricultores, las comunidades rurales y todos los demás actores de la cadena agroalimentaria de la UE, pero que, junto a la industria alimentaria, enfrentan a una amplia gama de desafíos, que van desde el cambio climático hasta la inflación y los impactos volátiles en los mercados.
ACCIONES
Una conocida de Andalucía cuenta que muchos agricultores de la región están regalando algunas de sus cosechas a la población, mientras aumenta la tensión en la mayor parte de España, aunque el matiz más violento se presenta en Francia, donde tractores bloquearon calles de París y sus conductores han llegado a enfrentarse a golpes con los gendarmes, quienes llevaron la peor parte.
Incluso, manifestantes con sus tractores lograron penetrar en predios donde se encontraba el primer ministro Emmanuel Macron para reclamar por sus derechos.
Confieso que no tenía realmente muy buena opinión de los agricultores de Francia que hace algunos años llegaron a ahogar unos cien millones de pollos en tres días para hacer subir los precios del ave.
Además, recuerdo que franceses y belgas preferían destruir sus productos sobrantes para no enviarlos a países necesitados de África. Aún tengo a la vista radiofotos de la desaparecida agencia norteamericana UPI con los esqueléticos niños de Biafra, en Nigeria, a los que les esperaba irremediablemente la muerte, y que ya no podían ni tragar la papa sintética llegada tardíamente de Francia.
RECLAMOS
En cuanto al masivo movimiento actual, los reclamos apuntan a una menor burocracia en la Política Agrícola Común (PAC), competencia justa del mercado con países terceros y "cláusulas espejo" que apliquen a las importaciones los mismos requisitos que se exige al sector agropecuario europeo, entre otros.
A pesar de que la Comisión Europea anunció que dará marcha atrás con la medida que busca reducir el uso de productos fitosanitarios no sostenibles para el cuidado de las plantaciones, dirigentes de varias entidades dijeron que llegan muy tarde.
Las medidas que la UE plantea para cumplir con la Agenda 2030, que llama a la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos, es uno de los reclamos que más se escucha en los huelguistas, ya que consideran que no las han consultado con el sector ni se han escuchado sus propuestas.
Los agricultores afirman que desean producir alimentos de una manera más sostenible, pero que no pueden producir si no tienen otras alternativas. "Seguimos teniendo, plagas, malas hierbas y tenemos que abonar”, expresaron.
Los ministros de Agricultura de los miembros de la Unión Europea pidieron atender con urgencia el descontento de los productores agrícolas, que se movilizan con una vasta lista de reclamos que van desde las ya mencionadas importaciones provenientes de Ucrania hasta la regulación ambiental.
Este martes se reunieron en Bruselas para plantear ideas que aplaquen la ira. Para el ministro belga de Agricultura, David Clarinval, “la cólera de los agricultores obedece a varios factores y no necesariamente tiene las mismas razones de un país a otro”, pero igualmente “deben ser tenidos en cuenta”.
Para el ministro español de Agricultura, Luis Planas, la situación puede ser vista como explosiva ante la proximidad de las elecciones europeas previstas para junio:
“La extrema derecha busca utilizar a los agricultores y ganaderos como instrumento político. Me parece lamentable. Necesitan que se les defienda, que se les escuche (...) pero no que se les manipule políticamente”.
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