Entre el chantaje y la Guerra Fría

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Entre el chantaje y la Guerra Fría
Fecha de publicación: 
10 Agosto 2020
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Los intentos para prorrogar el importante tratado de limitación nuclear START-3, que finalizará en enero próximo, están a punto de sucumbir ante la actitud del gobierno de Donald Trump de avivar el espíritu de Guerra Fría, que nunca ha desaparecido.

Con ello pretende asumir una postura aún más dura y seguir ejerciendo el papel de matón que no se arredra ante nada. No importa que ponga al mundo aún en más peligro, para utilizar la cuestión en su campaña electoral de reelección presidencial, ante encuestas adversas por su desdén y negligencia en el tratamiento de la pandemia de la COVID-19, que ha convertido a Estados Unidos en el centro mundial, así como el belicoso tratamiento al problema racial, que ha provocado numerosas y masivas demostraciones en su contra.

Todo esto sin disminuir ni un ápice la propaganda imperialista en presentar a Rusia a la misma altura que Estados Unidos en el tratamiento a los principales problemas que enfrenta la humanidad, en un afán de desviar la atención de las continuadas agresiones militares norteamericanas a pueblos pequeños del Tercer Mundo, el chantaje en instituciones económicas y las presiones para manejar a su antojo al Consejo de Seguridad.

Ahora renueva el espíritu de Guerra Fría, que en aquel entonces se presentaba como la pugna “entre el comunismo y el mundo libre”. Pero este diagnóstico fallaba en un aspecto central: la Unión Soviética no era un país capitalista y tampoco desenvolvía una política imperialista. Y aunque en Rusia existe otro sistema, después del desmembramiento de la Unión Soviética y la desaparición del campo socialista europeo, aún es un contendiente militar de peso, controla gran arsenal nuclear y persiste como adversario prioritario del Pentágono.                                                                                                 
Tal situación parte de la reiteración de Moscú de que no permitirá que Occidente quiera aplicar en Siria lo que hizo en Libia, donde la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fiel a la hegemonía estadounidense, ha asesinado impunemente a miles de civiles en aras de “proteger civiles”.      
                                                                                                             
Rusia ha expuesto también que quiere ser un socio real en la creación del sistema europeo de defensa antimisil (DAM) y al respecto el primer ministro Vladimir Putin dijo que su país no será “un observador pasivo" de las acciones de Estados Unidos como si fuese "un turista visitando un planetario". Indicó la imposibilidad de confiar en los objetivos propagandeados por Occidente acerca de que quiere protegerse de un ataque nuclear de Irán, cuando cerca cada vez más el territorio ruso, utilizando territorios de ex repúblicas socialistas.                                                                        
“El sistema DAM debe corresponder proporcionalmente a la amenaza que, como opinan en EE.UU., parte básicamente de Irán, reiteró. Si es así ¿por qué entonces Estados Unidos tiene que desplegar un novísimo sistema DAM que, al parecer, sirve más para repeler unos ataques rusos y no iraníes? Las dos partes no pueden cooperar en la creación del sistema conjunto DAM si no confían una a la otra”, matizó.      
                                                                           
Pero todo ha sido en vano con esta administración, que acaba de ordenar el reforzamiento del sistema en Polonia, lo mantiene en Rumania y utiliza a otras naciones del área para cercar más a Rusia.

Al mismo tiempo, y en una acción presuntamente concertada, el corrupto premier israelí, Benjamín Netanyahu, renovó su amenaza de destruir toda la zona medioriental, ante un ataque iraní o de otra nación, sin confesar que es poseedora de centenares de armas nucleares propiciadas directa e indirectamente por Estados Unidos.

En el Lejano Oriente, en el contexto de estrechar el cerco a China, vuelve a obligar a Corea del Sur a realizar maniobras bélicas cerca de las costas norcoreanas, con la utilización de portaaviones que llevan tal destructiva arma. Ello está acompañado de una bien elaborada propaganda de los medios controlados por Estados Unidos para tratar de hacer creer que Pyongyang puede desencadenar en cualquier momento un ataque atómico, sin importarle las consecuencias.

Esto se intensificó a partir de que el gobierno norcoreano expresara su oposición a la carrera armamentista, su disposición a contribuir a la eliminación de las armas atómicas, si EE.UU.  deje de amenazarlas, retire las armas nucleares que tiene instaladas en el sur de la península y no siga saboteando las conversaciones de paz entre Pyongyang y Seúl.

En lo que respecta a Europa, y a pesar de las declaraciones en contra del canciller alemán, Ángela Merkel, fuentes periodísticas de ese país revelaron que las bases militares norteamericanas allí tienen armas nucleares y el propio Berlín es utilizado por Washington en los planes contra Siria.

Todo ello, subrayo, en medio de la decisión de Trump de no aceptar la reunión con Moscú para extender START-3, en tanto mantiene sus constantes y flagrantes violaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Ya Putin, había advertido del peligro que representa la pérdida de la soberanía de Europa a manos de Estados Unidos, dijo que la belicista posición estadounidense ha obligado a Moscú a comenzar a perfeccionar sus armas nucleares como elemento de disuasión y seguridad, y confió en que no haya un loco que decida utilizar tal armamento, bajo el falso pretexto de impedir la restauración de la Unión Soviética, porque la Federación de Rusia no tiene ese propósito.

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