El Salvador: Centroderecha se fortalece
La centroderechista Alianza Nacional, que responde a la orientación del presidente Nayib Bukele, arrasó virtualmente en las más recientes elecciones legislativas y municipales de El Salvador, dando por fin una amplia mayoría al mandatario en el Parlamento.
Contra Bukele se puede esgrimir que durante su mandato la pobreza ha crecido hasta el 41% de la población, hay desempleo y no se vislumbra una recuperación de recientes catástrofes naturales y de la pandemia de la COVID-19, pero el mandatario ha sabido maniobrar inteligentemente para echar la culpa de lo funesto al destino y tropiezos de su mandato en el débil apoyo parlamentario.
Sin aún haber finalizado el cien por ciento del cómputo, se estima que la alianza oficial tendrá más de 60 de los 84 curules, y un gran número de alcaldías, así como estará representada firmemente en lo que concierne al número de regidores o concejales.
Realmente, los electores dieron confianza a una entidad a la que aún le falta por demostrar una política acertada, dejando para el segundo lugar de la votación a la ultraderechista ARENA, con 14 parlamentarios, y con apenas tres, al izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN), de destacada participación en la lucha revolucionaria.
Lamentablemente, cuando llegó al poder, el FMLN no supo aprovechar coyunturas favorables y emprendió políticas que llegaron a ser apoyadas hasta por la embajada de Estados Unidos en El Salvador, respecto al incremento de la represión a la delincuencia.
Esto contradijo declaraciones iniciales que mostraban decisiones inteligentes para aplicar políticas sociales que frenaran a la delincuencia, que llegó hasta límites insospechados, con enfrentamientos campales entre las fuerzas de seguridad y bandas que utilizaban armas pesadas procedentes de Estados Unidos.
Tanto la derecha como diplomáticos norteamericanos prepararon un mejunje de desaliento a la nación, que, también hastiada de ARENA, se pronunció de manera abierta por Bukele, quien, paradójicamente, procedía del izquierdista FMLN, pero infringió los estatutos de la organización y llegó a agredir a una de sus militantes, por lo que fue expulsado.
Así, fue carenando de un lugar a otro, buscando la silla presidencial, lo cual logró, valiéndose primero de la fundación del partido Nueva Idea, y posteriormente de la disolución del partido Centro Democrático, lo cual le facilitó la entrada en la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), un ente estratégico para unir fuerzas.
Bukele ha empleado inteligentemente las diversas fuentes publicitarias, con una astucia que le ha ganado la simpatía de una nueva masa de votantes, de entre los salvadoreños comprendidos entre 14 y 24 años.
Esto le permitió llegar democráticamente al poder, aunque con poco respaldo legislativo, que ahora acaba de lograr con creces.
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Carlos de New York City
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