¿Censura? ¿Dónde?

¿Censura? ¿Dónde?
Fecha de publicación: 
14 Mayo 2014
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Imagen principal: 

 

Yunaisy: el corto del realizador Juan Pablo Daranas, cuenta esta historia.

 

La cámara se mueve por los pasillos abarrotado de fotos de los predecesores. Los que estuvieron antes -los que triunfaron-por decirlo de algún modo.

 

Se escuchan voces. Al final, una puerta abierta se revela como la fuente de la conversación. Dentro, dos generaciones dialogan. La conversación comienza narrando un encuentro, entre el más longevo de los presentes en la sala y una persona. Llamémosla S pues el nombre no importa, ¿la nacionalidad? Tampoco, tampoco, importa.

 

Los hechos son sencillos. El muchacho ha descubierto que su documental, en pañales aún, en proceso de edición, sin ver la luz del día …; es de interés de un cineasta suizo que lo invita a comer para hablar de futuro.

 

En la oficina al final del pasillo, le cuenta a su "jefe" sobre el encuentro. Fueron al Floridita y de allí a la casa donde se hospedaba el suizo, quien hizo: "Las mismas preguntas de siempre", ¿Qué cree de la situación, de la censura?... hasta pedir ver el documental.

 

El documental le encantó al hombre y le propuso ir a Suiza a una beca. Las becas son   sinónimo de superación, de avance profesional, incentivo para el conocimiento y son cotizadas ¿por quienes? Por los estudiantes del mundo entero.

 

El "jefe" alega que el documental no está acabado todavía y le rectifica unas palabras en otro idioma incitándolo a aprender, porque "el guajirito" aterrizará en Suiza pronto y debe saber.

 

Ahora bien. El dilema empieza aquí. Al suizo le gustó la forma en que estaba firmado, el trabajo de la cámara y la secuencia del bote. ¿La secuencia del bote? Se preguntarán. ¿Qué pasó en el bote? Pues no es lo que pasó, sino lo que se dice en el bote lo que debe desaparecer a sugerencia del jefe, que tiene otro nombre en el documental, pero llamémoslo J.

 

Cuando Carlos, que así se llama el cineasta en el documental, menciona que a S le había gustado entre todas, esa escena, J se crispa absolutamente y pregunta: ¿Cuál, la que te "sugerí" que eliminaras?

 

El muchacho explica, que la escena es super importante, pero J que también sabe explicar y arremete esta vez con todo. Primero habla de la suerte de que solo S hubiese visto el documental y como todavía está a tiempo, recuerden, les dije que el documental estaba en proceso, lo exhorta a llevar a cabo el homicidio artístico, con sus manos.
J agrega, por esto de las memorias y su poder actual:

 

-Baja, haz los cambios de edición y encárgate de que no quede ninguna copia regada por ahí que luego se filtra para "la calle"… y entonces sí que tú sabes por donde salimos. Todas las palabras dichas en tono jovial, como si no estuviera ocurriendo nada, como si la escena nunca se hubiese filmado.

Aquí se corta la conversación. El jefe llama a su esposa, para darle las buenas nuevas Carlitos tiene una beca. Antes le sonríe y le envía un guiño cómplice: -No te preocupes, el documental va a estar bien.

 

Entonces Carlos baja, tal como dice el jefe y se nos devela el enigma de "la escena del bote". Ahí está, en su bote, remando, con el acento característico de los que nacieron en el Oriente del país: Yunaisy.

 

Yunaisy explica que luego de la muerte de su esposo quiso trabajar en el bote "como no tenía dirección de La Habana", todos los lugares donde iba, aunque fuera para hacer la limpieza le daban negativas.

 

Dice que no hay manera, no hay forma de arreglar los papeles, al no ser que los hijos de ....  esos,  lo dice, lo dice claro, pero yo no sé si a mí me lo censuren también, confiemos en que no. Ahí Carlos le pregunta a la del sonido, ¿cómo tratando de descubrir que pasa? ¿Cómo intentando saber a qué se debe la disonancia? ¿Si la escena le parece bien?

 

Claro que está cruda, pero es lo más serio que han hecho. Se han atrevido. Han lanzado improperios a los molinos, han sentido que importa, que Yunaisy es importante para ellos y! que bien cuando la juventud se siente así!

 

Ahora regresa a luchar, con sorbitos de esperanza, vuelve a subir, a "arriba" donde siempre están siendo elevadas las cosas y J espera confiado, ya el bote no existe, calló a Yunaisy, nadie sabrá nunca de su existencia, tampoco a nadie debe de importarle.

 

Carlos lucha, se aferra a su escena, pero J no lo cree así. Que más da una escena. Que más daba un soldado caído en la batalla que tiene garantizada el triunfo. Hay que sacrificar algo, hay que sacrificar sin pensarlo, en nombre de un bien mayor, ¿Cuántos no querrían su beca? ¿Desaprovechará la oportunidad?

 

J ya sube el tono y se lo toma en serio. Carlos lanza las palabras:

 

-Es la primera vez que siento que me he puesto los pantalones. Pero, a puertas cerradas ya J tiene respuesta para eso: -Los pantalones te los quitas y en Suiza te compras unos nuevos. ¿Será lo mejor para él? ¿Debe seguir inmolándose? O ya es hora de desprenderse y claudicar.

Pero J "solo lo cuida" se trata de que no salgan por el techo y que él pueda disfrutar su beca en Suiza. ¿Tú crees que a mí me gusta hacer esto? Pregunta J en plan pregunta retórica.

 

Entonces llegan las suposiciones, la evaluación de los daños para entender todo lo que puede pasar, para descubrir el peso de la escenita, para ilustrar lo que está por venir. Se supone que él se hace el de la vista gorda y lo apoya en su locura, porque los jóvenes no las piensan dos veces y por eso cometen ese tipo de errores. ¿Qué pasaría?

Pues nada, J - que sabe de eso-, pues probablemente cuando joven ni se molestó en firmar la escena para no tener que decirle adiós. Habla de cuando en dos meses eso explote por "allá arriba", creí que el elevador había llegado arriba, pero olvidé hay una "allá arriba más arriba" y ahora se sienten bien, pero luego le quitarán su beca y lo alejarán de las cámaras.

 

La caja de Pandora se abre, el miedo da el presente, el desánimo firma la hoja de la asistencia detrás y alguna enfermedad mata las ilusiones. J se preocupa por lo que dirán. Se asusta de que le digan: "Ya estás un poco viejo para seguir", cuida la oficina decorada con un cuadro de Zaida, cuida el teléfono para hablarle a su esposa cuando quiera, cuida, a la larga, su pellejo.

 

Pero dice que no lo hace por eso. Que va. De ninguna manera, esas nunca serán las razones, lo hace por Carlos, por su futuro, para que no engaveten sus trabajos, para que no se crea Espartaco, para que no le queden esperanzas, solo le queda la opción del crimen. Es sencillo, eliminar, ir a Suiza, regresar y traerle chocolates a J, por ser tan bueno.
Entonces Carlos se queda sin saber qué hacer, baja y escucha a Yunaisy  hablar contar como fue a todos lados con tremenda ilusión, esperando de verdad que la situación pudiera resolverse.

 

Yunaisy hace énfasis en que no quiere una casa, ni un carro, solo ser legal y explica que respondió a todas las preguntas porque en él vio un rayito de luz. Pero, ná, ese no es el tema del documental ¿Censura? ¿Dónde?

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Comentarios

SIMPLEMENTE GENIAL!!!!!!

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