Me parece muy bien que Biden, primero que nada, se dedique a mejorar las condiciones del manicomio que el supuestamente dirige antes de proclamarse, en materia de política exterior, y especialmente en su relación con países como Rusia, Cuba, Venezuela, China e Irán, como líder de nada. Con el Capitolio cercado, como si de un campo de concentración se tratase, muy mal ejemplo de los valores de la llamada democracia norteamericana es lo que se ofrece al mundo
Manuel