En una de las salas del madrileño Palacio de Longoria, que acoge a la SGAE, Vitier (La Habana, 1954) hizo un recorrido por su propia música y, al mismo tiempo, por distintos modos de pensar la música cubana a través del piano, según sus propias palabras.
Acompañado de Dagoberto González (violín), Abel Acosta (contrabajo y percusión) y Adel González, quienes son sus artistas habituales, el compositor resumió en 10 números parte de su prolífica carrera.
Junto a la majestuosidad de sus compañeros, Vitier arrancó la velada con la banda sonora que compuso para la película Fresa y chocolate -cinta dirigida por el desaparecido director Tomás Gutiérrez Alea- y continuó con otras piezas de su autoría de distintas épocas.
Tempo Habanero, Tus ojos claros, Oración por Cuba o Barrock fueron algunas de las canciones interpretadas por el autor de la isla caribeña, que recibió una placa en homenaje a su carrera de manos del presidente de la SGAE, José Miguel Fernández Sastrón.
El músico cubano agradeció el tributo y las generosas palabras pronunciadas por Fernández Sastrón, quien consideró al pianista cubano como un gran amigo y un creador notable e importante.
Además de sus numerosas composiciones para cine, teatro, radio y televisión, Vitier participó en algunos de los festivales más relevantes del mundo, como los de jazz de Montreal o Toronto, el Latino de Nueva York, el Cervantino de México o el MIDEM de Cannes.
A la gala en la SGAE asistieron músicos de la talla de Miguel Ríos, considerado uno de los pioneros del rock español, y la cantante María Isabel Quiñones Gutiérrez, conocida artísticamente como Martirio.
También estuvo presente el embajador de Cuba en España, Gustavo Machín, y otros miembros de la legación antillana en este país europeo.