Selfibucos por la vida

Selfibucos por la vida
Fecha de publicación: 
5 Abril 2020
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Dice el colega Francisco Rodríguez que ni feos ni bonitos: ahora, con el nasobuco, todos somos iguales. Él, por supuesto, ha compartido por estos días sus selfis con el accesorio del momento.

Si bien la cosa comenzó por una necesidad y ha terminado siendo una obligación, también es cierto que nos hemos ido adaptando y aprendiendo a respirar con la nariz detrás de los tres paños salvadores que componen la receta de un nasobuco que se respete.

Federadas, federados (¿eso existe?, creo que no). Repetimos: federadas, cederistas, cubanas y cubanos echan a andar por estos días sus máquinas de coser, sin importar el «estropeo» que produce estar ahí sentado con más de 80 años, ni pensar en cosas de hombres o mujeres, sino en el compromiso y las ganas de aportar un granito de arena a esta guerra que libramos por la vida.

Hasta los niños se han aprendido de memoria cómo hacerlos y algunos, incluso, lo intentan con buen tino. Marcas de moda lo asumen con todo el glamur que merece y la reina de Inglaterra se deja ver elegantemente nasobucada siempre en el mismo color de todo su atuendo.

Los videos de cómo confeccionarlo y cómo usarlo se hacen virales. Chiquillos que no levantan una cuarta del piso aprendieron mucho en la escuela y ahora te regañan: que no lo toques por allí; que cámbialo cada tres horas; que si no te ajusta bien, es por gusto.

Y todos, o casi todos, comparten en sus redes selfis con nasobuco. Hasta Batman dice que superprecavido vale por dos. Otros superhéroes de la vida real se retratan desde los hospitales y centros de aislamiento, donde salvan vidas. Algunos pueden verse haciendo colas, muchos incluso dentro de casa con una intención francamente educativa, en el trabajo…  

Entonces resulta que, de cosa muy seria, lo de las mascarillas va pasando a fuente de relajo y creatividad, lo cual entre cubanos se parece mucho y no significa, para nada, que no nos tomemos en serio la importancia de usar el nasobuco, así que no tenga pena y comparta usted su selfie lindo, seductor, cómico o jacarandoso, pero siempre con nasobuco.

¿Tiene idea de cuántas cosas hemos visto a través de estas autofotos desde que irrumpieron en las redes sociales? Desde las más íntimas o familiares escenas, hasta las más violentas, morbosas o desagradables.

Además, si la joven rusa Angela Nikolau —a juzgar por las instantáneas publicadas en su cuenta de Instagram, con cientos de miles de seguidores—, desde peligrosas azoteas, grúas o antenas en su país natal, Hong Kong y China, pareciera estar dispuesta a dar la vida por un selfie, ¿por qué no hacernos virales nosotros con un selfie por la vida?

Yo me hice el mío y le puse espejuelitos, pero ya lo dijo el sabio Paquito: todas las personas somos iguales detrás del nasobuco, así que hasta podemos obviar los filtros. Anda, anímate y comparte el tuyo, para saber que andas bien protegido.

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