Mujeres cubanas, la gloria olímpica en el nuevo milenio y… Tokio

Mujeres cubanas, la gloria olímpica en el nuevo milenio y… Tokio
Fecha de publicación: 
31 Mayo 2020
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Yaimé tiene condiciones para quebrar el récord nacional de 70.88 metros en poder de su entrenadora Hilda Elisa Ramos.

Yaimé tiene condiciones para quebrar el récord nacional de 70.88 metros en poder de su entrenadora Hilda Elisa Ramos.

La historia de la mujer cubana y su empoderamiento en nuestra sociedad ha estado marcada por disímiles y grandes episodios. El deporte no ha estado exento de esa combinación peculiar de estirpe, entereza y glamour femenino y en tiempos de Coronavirus, cuando el aislamiento doméstico es palabra de orden, vemos a nuestras deportistas desbordando esfuerzos en casa, desterrando escollos, haciendo a un lado la escasez de recursos e infraestructura endeble, para mantener la forma deportiva, o no alejarse mucho de una condición física envidiable para estar a punto, cuando las actividades se reanuden, y el horizonte olímpico de Tokio sea más terrenal.

Sería imposible continuar escribiendo estas líneas sin mencionar a María Caridad Colón, la primera titular bajo los cinco aros en Latinoamérica, con su dardo dorado en Moscú 1980. Y una estela de encumbradas como Maritza Martén, Driulis González, Amarilis Savón, Odalys Revé, Ana Fidelia Quirot… y tantas otras.

Sucede que nos centraremos en el nuevo milenio, las reinas del Olimpo que hemos tgenido la gracia de venerar desde Sydney 2000 a la fecha, y aquellas atletas que bien pudieran aspirar a lo más alto del podio en tierras del Sol Naciente.

Entonces toca radiografiar a nuestras reinas y algunas variables que giraron en torno a sus coronaciones en cada una de las ediciones de olimpiadas en las que se encumbraron:

1-    Sydney 2000
Cuba se agenció 11 metales áureos. De ellos dos correspondieron a las judocas:
Legna Verdecia (52 kg-27 años)
Sibelis Veranes (70kg-26 años).
Cabe destacar como antecedentes que ambas llegaron precedidas de plata y cetro por ese orden en el mundial de Birmingham 1999, lid en la que Cuba estampó su mejor rendimiento en estos certámenes al culminar segunda (4-2-2), solo antecedida por Japón (8-2-1).
Con semejantes credenciales y prestigio adicional ganado durante el ciclo Atlanta 1996-Sydney 2000, era de esperar que ambas judocas al menos tuvieran cartel de contendientes y aspirantes a podio.

2-    Atenas 2004
La Mayor de las Antillas se apoderó de nueve vellocinos. De ellos dos fueron a los cuellos de:
Osleidys Menéndez, (Atletismo, récord olímpico de 71.53 metros en lanzamiento de la jabalina. Contaba 24 años).
Yumileidi Cumbá, (Atletismo, impulsión de la bala. Dorada con 19.59 metros y 29 abriles).
Aquí sucedió algo diametralmente opuesto a lo de las judocas en los tatamis australianos. Si bien tanto Osleidys Menéndez , como Cumbá, eran pesos pesados en sus respectivas especialidades, ni siquiera habían escalado el podio de premiaciones en el mítico Saint Dennis parisino en la cita del orbe del 2003.
Sin embargo sacaron a relucir su casta y llenaron de gloria a la afición cubana, especialmente los amantes del Deporte Rey.

3-    Beijing 2008
Tres cetros fue la foja de la comitiva antillana en los majestuosos Juegos escenificados por el Gigante Asiático.
De ellos, con la particularidad de festejarlo y saborearlo años después, luego de haberse descubierto el dopaje de la entonces reina, solo uno correspondió a una fémina:
Yipsi Moreno González (Atletismo, lanzamiento del martillo 75.20 metros a sus 27 primaveras).
De Yipsi hay que decir, que desde mi perspectiva, y no solo la mía, ha sido la martillista más estable de todos los tiempos. Difícil mantenerse tres ciclos olímpicos accediendo a podios y teniendo resultados relevantes en casi todas las lides de primer nivel en las que incursionó. La discípula de Eladio Hernández fue a mi juicio la mejor en la década 2000-2010, pese a su cruenta rivalidad con otras exponentes, en especial la rusa Olga Kuzenkova, quien cedió el cetro alcanzado en el Nido de pájaro, luego de dar positiva al doping años después.

4-    Londres 2012
De nuevo el judo sacó la cara por la mujer cubana en la capital británica. La responsabilidad la asumió la extraclase Idalys Ortiz (+78 kg y se proclamó con casi 23 años), quien ya se había estrenado con 18 primaveras cuatro años antes en Beijing con bronce.
Tampoco fue medallista en la justa de París 2011, pero su aval estaba probado de sobra en el circuito Grand Slam de las temporadas precedentes.
De hecho era considerada la mejor súper completa del planeta en ese momento, con mucha paridad con la china Wen Tong, y en un segundo peldaño la nipona Mika Sugimoto.

5-   En Río 2016 el brillo dorado correspondió solo a hombres, a razón de cinco metales repartidos entre los luchadores grecorromanos Mijaín López (130 kg), e Ismael Borrero (59); y los púgiles Robeisy Ramírez (56 kg), Arlen lópez (75) y Julio César La Cruz (81).
Idalys con su plata fue la que más cerca estuvo, en tanto la discóbola Denia Caballero se colgaba bronce.

Precisamente Idalys y Denia se perfilan como dos posibles cartas antillanas de cara a Tokio, aunque en estos momentos no sean ninguna de las dos las principales favoritas.

En el caso de la artemiseña, que llegará con casi 31 abriles, la anfitriona Akira Sone aparece como el hueso más duro de roer. Juventud (21 primaveras), técnica depurada y el siempre crucial apoyo de la torcida local, la harán salir con favoritismo por sobre nuestra campeona, además de sonrisa en el último duelo particular entre ambas.

Denia, tendrá dos duros escollos en la croata Sandra Perkovic, afanada en vivir una resurrección, y en la santiaguera Yaimé Pérez, con una estabilidad insospechada y capaz de ganarlo todo desde la campaña 2018.

Por cierto, en una modalidad más longeva como lo son los lanzamientos dentro del campo y pista, Denia y Yaimé llearán con 31 y 30 años, respectivamente. Ambas han alcanzado sus mayores envíos y maestría deportiva en el ciclo que se despedirá en suelo nipón.

Así se perfila el panorama de nuestras principales candidatas a reinas del Olimpo deportivo dentro de poco más de un año. La esencia es la de toda mujer cubana: de esas que aplaudimos a diario a las nueve de la noche, de las involucradas en el campo de la investigación y la ciencia, pilotos de altura, oficiales de las Fuerzas Armadas, ingenieras, diputadas, ministras, obreras, liderando una cooperativa agropecuaria al pie del surco, periodistas y locutoras, madres todas…

Dar lo mejor de sí en cualquier frente, poner en alto el nombre de Cuba, y no claudicar jamás.

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