Marlon Pijuán vive un cuento que ha hecho realidad

Marlon Pijuán vive un cuento que ha hecho realidad
Fecha de publicación: 
13 Julio 2020
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Siempre sonriente, sabe interrogar y responder con el mismo ingenio. Fiel amante del baile, especialmente de la música popular de casa, es capaz de crear sus propias coreográficas por detrás del telón momentos antes de salir a escena. Marlon Pijuán, otrora “colmenero”, es hoy un actor con don para comunicar, que ha podido alternar en teatro y televisión, dejando un sabor de credibilidad aun entre reconocidos profesionales.

Conversar con él trae necesariamente a colación su paso por La Colmenita, de la cual asegura: “Es el cimiento de todo, de mi carrera, del 50 o el 60 % de cuanto soy en lo referido a expresión, disciplina y, por supuesto,  en todo lo concerniente a la parte artística, porque ahí se sembró en mí el bichito de la actuación. Por eso creo que siempre llevaré algo de ella”.

Y se quedó con él una visión muy particular del espectáculo, está acostumbrado a la escena desde temprana edad y esta ha llegado a ser parte de su alma. El espectáculo Bailando en Cuba, la historia no contada lo hace pensar mucho más en serio en la necesidad de que se creen espectáculos teatrales de este tipo: “Para mí el teatro es la base y soporte fundamental de mi formación. Siempre aplaudo a todo el que pueda hacer teatro como parte de su crecimiento profesional y humano. El teatro requiere y exige de un ritmo muy particular, de otra forma de expresión, tanto verbal como corporal.

“El caso del espectáculo Bailando…, presentado durante semanas en el Teatro Karl Marx, fue una experiencia excelente, donde una vez más el teatro exigió que cada función fuera diferente. Fue muy bueno retrotraer el recuerdo de un espacio de televisión a las tablas, con una propuesta de tres horas, liderada por Manolito Ortega y Nachy (Ignacio Hernández), con una producción excelente y un elenco sumamente profesional, que me dio la posibilidad de actuar, bailar e interactuar con el público. Cuando pienso en ello, sí creo que me encantaría poder involucrarme en otros trabajos de este tipo. Realmente soy un amante ciego de la música cubana, por tanto, los repetiría todas las veces que fueran necesarias”.

Y siguiendo por la línea del teatro llega la puesta Farándula, que coloca un antes y un después en su carrera. “Sí, hay un Marlon antes y después de Farándula, primero porque esa obra ha marcado mi regreso al teatro. Agradezco a Jazz Vilá, Camila Arteche y Carlitos Solar que me permitieron asumir este trabajo que todo actor necesita desempeñar en algún momento, por la capacidad de desdoblamiento que exige, por su dinamismo y porque responde a una máxima que respeto y defiendo desde que era estudiante, y es el teatro visto como divertimento.

“Farándula logró sin ser menos seria, sin ser banal o superficial, regalar sonrisas, propició que la familia decidiera asumir el ir al teatro como un paseo para disfrutar unida, por tanto, ser parte de ese fenómeno cultural es algo que me emociona de solo pensarlo. Incluso, vale destacar que junto a Farándula aparecieron en paralelo otros proyectos en otros medios, que felizmente pude abarcar. Y eso es algo con lo que soñé desde que era estudiante”.

Y hay otros sueños que se han hecho vívidos para Marlon, sobre todo al llegar a la televisión en horario estelar desde una propuesta humorística. Vivir del cuento dejó de formar parte de su experiencia como televidente, pues ahora asume dentro del espacio el rol del peculiar Isidoro.

“Es otra gran oportunidad que me ha dado la vida, que no dejo de agradecer, porque he podido compartir con actores que admiro muchísimo desde mi propia visión de espectador. Omar Franco, Luis Silva, Wilber Hernández, Mayito (Mario Sardiñas) han sido referentes para mi trabajo, así que haber sido incluido con un personaje en esta familia maravillosa que es Vivir del cuento es una gran dicha e igualmente una gran responsabilidad.

“Con el personaje de Isidoro es muy lindo todo lo que me ocurre ahora mismo, por eso lo estoy cuidando como oro, como una joya preciada, porque me siento muy bien asumiéndolo. Me ha abierto las puertas dentro de un espacio estelar y las situaciones en las que se involucra las disfruto al máximo. Hasta hoy la gente también lo agradece, y no deja de hacer comentarios a diario, en las redes sobre todo, comentarios que nos resultan útiles porque definitivamente Vivir del cuento es un programa necesario, que exige gran preparación y dedicación. Le estoy muy agradecido a Nachy y a todo el equipo que me ha dado la oportunidad de asumir este personaje, que le queda ciertamente aún mucho por andar, pero que vamos construyendo poco a poco”.

Proyectos para el próximo año y el sueño de volver a conducir el programa Bailando en Cuba son algunas de las ideas que quedan sobre el tintero de Marlon Pijuán, y en espera de respuestas transcurren días difíciles. En este tiempo el joven actor ha logrado repensar su quehacer como buen “adicto” al trabajo que es. No le ha faltado ocasión para estudiar, para reinventarse sus días, porque se mantiene abierto a cuantas propuestas de trabajo sobrevengan. Esa es, a su juicio, una manera probada de mejoramiento humano, y la mejor forma de afirmarse para este y los venideros tiempos. Por eso a cada día le suma la dicha de ser feliz con lo que hace, lo que se propone y lo que logra. Así vive un cuento que ha hecho realidad.

 

 

 

 

 

 

Comentarios

Excelente trabajo, tengo la impresión que podrá interpretar cualquier rol como actor, y lo que hace hoy en el programa Vivir del cuento lo demuestra. Suerte y trabajo para él.

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