Inconformidad en pelota: Estructura que no convence

Más preocupado por la imposibilidad de conseguir un esquivo antiguo Modem para poder utilizar Internet, es la inquietud ante una estructura del venidero campeonato nacional de béisbol –cuando se pueda iniciar- que, a pesar de contar con la aprobación de más del 90% de personas que pudieron expresarlo, se me antoja con los mismos defectos de las más recientes.

Y es que no se atiende lo que ha incidido peyorativamente sobre los atletas: el tiempo de descanso y la atención durante éste, es decir, cuestiones importantes de la logística, porque sin ello no habrá un rendimiento plausible y sí un cansancio que requiere de mucho coraje para disminuirlo, pero no lo borra.

Bien que se atienda los entrenamientos, la mejor formación de nuestros técnicos, hacer realidad el buen arbitraje, pero todo esto es intrínseco a un deporte que se quiere desarrollar, y más cuando es el principal pasatiempo nacional.

Cierto que hay soluciones que requerirían de la creación de selecciones con nombres de otroras eguipos (Occidentales, Centrales y Orientales, por ejemplo), pero que no son ahora de la aceptación de la mayoría de los aficionados, a quienes se les mantienen pensando en choques como el clásico, cuando todos los equipos merecen igual atención.

Asimismo, es injusta la entrada de equipos –eso nada original que llaman comodines- que no han tenido una buena campaña, pero sí se han impuesto a última hora para lograr cupos, o sea, clasificar con menos esfuerzo, y hasta imponerse y lograr el campeonato sobre otro con mejor desempeño en toda la trayectoria.

Por eso, para mejorar la logística, obtener el necesario descanso de los atletas, lograr el preciado ahorro de combustible y evitar el desgaste de la técnica, el próximo campeonato nacional de béisbol pudiera desarrollarse así:

Una primera etapa regional, con la participación de los 16 equipos: Ocho en la región oriental: los cinco equipos de la antigua provincia de Oriente: Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas, más Camagüey, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus; y ocho en la occidental: Villa Clara, Cienfuegos, Matanzas, Artemisa, Mayabeque, Industriales –que representa históricamente a la capital-, Pinar del Río e Isla de la Juventud.

Los equipos jugarían sólo en su zona en esta primera etapa, evitando, por ejemplo, que Isla de la Juventud viaje a Santiago de Cuba, y viceversa, lo cual sólo tendría lugar si lograran clasificarse.

Esta clasificación comprende a los tres primeros lugares de cada zona, que se reforzarían dentro de ella. Los seis clubes, entonces, protagonizarían la que pudiera llamarse Serie Selectiva, sin comodín alguno.

La final pudiera ser entre los cuatro primeros lugares, eliminándose en la acostumbrada forma cruzada, pero también se pudiera emplear un sistema más justo que se utiliza en el softbol internacional: una serie entre el segundo y el tercero, para decidir el equipo que se enfrentará al que finalizó primero.

Esta es una proposición que se hace con el debido respeto y consideración a lo decidido por las autoridades, basándose en una encuesta al respecto. Pero lo primordial, en las actuales difíciles circunstancias, es pensar en el desarrollo de nuestro béisbol, sin descuidar posibles eventos internacionales y la utilización de atletas contratados en el exterior.