FOTOS: Trenes en la inmensidad

FOTOS: Trenes en la inmensidad
Fecha de publicación: 
16 Julio 2020
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Imagen principal: 

FOTOS: CHLOË ELLINGSON / THE NEW YORK TIMES

Desde una ventana del vagón, la niña mira el paisaje. Es Canadá, así que lo que ella aprecia es en todo caso una porción mínima de la inmensidad.

Los ferrocarriles atraviesan el país de costa a costa, y suben muy al norte, adentrándose en el invierno. Un viaje en tren allí puede implicar muchos días. Pero para muchos ha sido una experiencia enriquecedora.

Esta línea en específico conecta varias comunidades indígenas con ciudades importantes. Ha sido motor del crecimiento económico, pues ha permitido la transportación de materias primas hacia los centros industriales. El ferrocarril ha sido siempre uno de los emblemas del progreso.

Pero esa es solo una cara de la moneda. En esos trenes, en épocas de colonización, «viajaban» la maquinaria, los víveres, los trabajadores blancos... y también enfermedades que los habitantes nativos de esas tierras desconocían y que por lo tanto no estaban preparados para resistir.

El ferrocarril también trajo la muerte, el desplazamiento forzado, la pérdida de espacios ancestrales.

Por eso allá todavía hay quienes no quieren subirse a un tren. Creen que es cosa del demonio.

Comentarios

Oh, nena...! Qué pena y cuán distintos recuerdos y vivencias. Nací, crecí y vivo en un barrio, ahora pueblo- con sabor y olor a caña y miel, donde el silbato de los trenes y su majestuoso paso me traen recuerdos muy felices de mi infancia y hasta del primer amor, cuando su partida hacia la capital para ir a Leningrado a estudiar justo eso: Ingenieria en Explotación de vías férreas. Ahora, de grande, disfruto la ruidosa y productiva vida de los trenes en mi natal Palma Soriano. Y sé de esa triste realidad y del nefasto saldo de una desalmada y cruel colonizacion.
Oh, nena...! Qué pena y cuán distintos recuerdos y vivencias. Nací, crecí y vivo en un barrio, ahora pueblo- con sabor y olor a caña y miel, donde el silbato de los trenes y su majestuoso paso me traen recuerdos muy felices de mi infancia y hasta del primer amor, cuando su partida hacia la capital para ir a Leningrado a estudiar justo eso: Ingenieria en Explotación de vías férreas. Ahora, de grande, disfruto la ruidosa y productiva vida de los trenes en mi natal Palma Soriano. Y sé de esa triste realidad y del nefasto saldo de una desalmada y cruel colonizacion.
Y viajaba en tren cada año a La Habana. De vacaciones íbamos a visitar tías y primas en una divertida aventura que nos permitía conocer bellos campos y un paisaje incomparable de la geografia cubana durante esos viajes confortables . Nuestra única preocupación era optimizar el tiempo en el Parque Lenin y el Zoologico, Coppelia y las librerías junto a la familia entre agradables sorpresas...La nuestra, sin dudas, a esa edad, fue otra Geografía.. .

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