Enfermos y ancianos en Cuba: los más vulnerables

Enfermos y ancianos en Cuba: los más vulnerables
Fecha de publicación: 
7 Abril 2020
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El 2020 comenzó con la nueva epidemia que se convirtió en pandemia hacia marzo: un nuevo coronavirus causante de la enfermedad COVID-19 se expandió rápidamente provocando infecciones respiratorias agudas, fiebre, tos seca, cansancio y, en algunos casos graves, la muerte del paciente.

La mayoría de estos casos graves se presentaban en mayores de 60 años, por lo que este número en lo adelante se convirtió también en el promedio de edad de los fallecidos, una cifra que ha ido creciendo a la vez que la enfermedad se expande por el mundo.

También las personas con afecciones previas son las más propensas a presentar cuadros severos del padecimiento: son de cuidado aquellos pacientes con diabetes mellitus, cardiopatías, cáncer, enfermedades crónicas pulmonares, insuficiencia renal o afecciones hepáticas.

Cuba es un país envejecido: desde las cifras arrojadas por el Censo de Población y Vivienda de 2012, se conoce que cerca del 20 por ciento de los cubanos tienen más de 60 años y se espera que en este segmento poblacional se incluya un cuarto de la ciudadanía del país en el 2025.

Dentro de los logros del sistema nacional de salud está el aumento de la esperanza de vida hasta los 78 años, la disminución de la mortalidad y de la morbilidad por enfermedades trasmisibles, entre otras, que hacen que los cubanos vivan más y mejor, pero que no prevé la ocurrencia de una pandemia que ataca con más fuerza precisamente a las personas con padecimientos propios de la tercera edad.

Por tanto, la emergencia sanitaria que la COVID-19 representa también es una emergencia para la población cubana con indicadores de países desarrollados como la longevidad y el acelerado envejecimiento poblacional que, según estiman los expertos, nos situará en la lista de los países más ancianos del mundo para 2050.

Además, el último Anuario Estadístico de Salud publicado, correspondiente a 2019 y con datos de 2018, revela entre las principales causas de muerte en el país las enfermedades cardiacas, el cáncer, los padecimientos cerebrovasculares y las neumonías.

Si bien el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de conjunto con los Órganos de la Administración Central del Estado han implementado de manera rigurosa el Plan de Enfrentamiento y Prevención contra la enfermedad, la lista se asemeja a la de los padecimientos que causan cuadros severos de COVID-19, por lo que podría decirse que la Isla tiene de qué preocuparse.

De hecho, el MINSAP ha publicado que en nuestro país las enfermedades no transmisibles son la principal causa de morbilidad, mortalidad y discapacidad y que desde hace varios años, 9 de las 10 primeras causas de muerte responden a las enfermedades no transmisibles, representando alrededor del 80 por ciento de las defunciones, y de estas las enfermedades cardiovasculares representan el 39%.

Hasta ahora Cuba ha reportado nueve fallecidos, entre los 350 diagnosticados por la Covid-19, lo que significa una tasa de mortalidad superior al 2,5 por ciento, sin embargo, la mayoría, hasta el momento, han presentado otros padecimientos de base, lo que los hacía propensos a diagnósticos de críticos.

Dos extranjeros ingresados en el país fallecieron: el italiano procedente de Lombardía que se reportó como paciente cero de la enfermedad junto a dos acompañantes y un ruso de 45 años de edad que padecía de Diabetes Mellitus Tipo II.

En ambos casos coincidían con grupos de riesgo: el primero era una persona mayor y el segundo, aunque no anciano, padecía de una de las afecciones que han sido identificadas como agravantes en positivos al SARS Cov-2.

Por su parte, siete cubanos han fallecido, lamentablemente, hasta el cierre de este cinco de abril, y el promedio de edad de estos es de 65 años, lo que evidencia que hay ciertas edades que preocupan.

Si bien una de las muertes se refiere a un cubano de 38 años, esta cifra sale de la norma, pues el resto de los nacionales que fallecieron superaban los 63 años de edad y todos mostraban nociones asociadas a enfermedades crónicas no transmisibles.

En el caso del cubano de 38 años, el parte médico emitido revela que presentó evolución tórpida con distress respiratorio y bronconeumonía grave, además de que el Doctor Francisco Durán, Director Nacional de Higiene y epidemiología del MINSAP aseguró que estaba debutando con Diabetes, aunque no especificó si se debía a la enfermedad o era una afección ya presente.

También un par de muertes parecen estar asociadas a irresponsabilidad de los pacientes, pues uno de los cubanos, de 63 años y residente en el municipio Venezuela, de la provincia de Ciego de Ávila, había negado síntomas en la pesquisa, y cuando llegó al hospital ya se encontraba muy grave, con una insuficiencia respiratoria severa, motivo por el que murió el mismo día.

Otro de los fallecidos, un habitante de la Isla de la Juventud, fumador y con Miastenia grave, no acudió en busca de ayuda especializada hasta presentar falta de aire intensa, lo que provocó su muerte y la COVID-19 solo fue diagnosticada después del fallecimiento, gracias al protocolo establecido de que a todos los pacientes fallecidos con infecciones respiratorias agudas se les realice la prueba del PCR en tiempo real, la más certera hasta el momento para detectar presencia del virus.

Por otra parte, este 6 de abril ocho pacientes de la Covid-19 en Cuba eran reportados de críticos, y cuatro de graves.

Entre estos pacientes hay tres que padecen de diabetes, e igual número con historial de cardiopatías, mientras que seis son hipertensos y dos han presentado anteriormente fallos renales, entre otras complicaciones que son consideradas preocupantes ante la presencia de la nueva enfermedad.

La edad promedio de estos cubanos críticos o graves es 68 años, y hay cuatro que superan los 80, mientras que las de mayor edad resultan una señora centenaria y una anciana de 91 años, ambas reportadas de grave.

Sin embargo, las noticias no son todas malas: una mujer de 94 años ya se ha recuperado de la enfermedad junto a otros 15 casos diagnosticados en Cuba, por lo que se puede tener confianza en el sistema de salud y en el plan trazado para este enfrentamiento, aunque prevenir, que es a lo que se nos llama, es una prioridad.

Hasta ahora, de las medidas preventivas que se toman en el país, la más certera parece ser el aislamiento social, y se deduce, debido a las condiciones de Cuba, que este aislamiento debe ser aún más estricto para las personas mayores o con antecedentes de enfermedades anteriores que podrían empeorar su cuadro clínico en caso de infección.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llamó a todos aquellos que padecen enfermedades no transmisibles, así como a los que están inmunodeprimidos o que son mayores de 60 años, a quedarse en casa por estos días, a no asistir al trabajo ni salir por ningún motivo.

Los enfermos, y los ancianos deben ser protegidos a toda costa en un país envejecido, sobre todo por el hecho de que estos últimos casi representan un cuarto de la población total, y serán los más golpeados en caso de adquirir la COVID-19.

 

 

 

 

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