Bolsonaro, ¿víctima de un golpe silencioso?

Jair Bolsonaro le pasó factura a su ministro de Salud por las críticas de este a la manera autosuficiente, populista (vocablo que tanto gusta a la derecha) y, sobre todo, la actitud nada científica con que el mandatario expone a Brasil frente a la Covid-19.
 

En otra muestra de que no escucha opiniones y mucho menos consejos, el Presidente acaba de destituir al ya extitular Luiz Henrique Mendietta de la cartera de Salud.
 

Lo problemático no es solo que la expulsión del titular acontezca en pleno apogeo de la enfermedad y su avance sobre los brasileños, que han visto morir ya a 557 compatriotas por la pandemia mientras los contagiados llegan a más de 12 000, dijo el Ministerio de Salud, según el sitio digital Brasil de Fato, con un aumento de casi un centenar entre lunes y martes que había sido advertido por las autoridades sanitarias, cuando alertaron que el país estaba a punto de entrar en la fase epidemiológica y sufrir un impacto «descontrolado» de la epidemia.
 

Además, la medida sigue catalizando la crisis política de que habló JR hace unos días. Ahora parece que Bolsonaro apuesta por un diputado, Osmar Terra, para sustituir a Mendietta. Pero los militares, a quienes ha considerado hasta hoy sus colegas aunque hace rato él dejó las filas, prefieren en el puesto a Nise Yamaguchi, una inmunóloga que debe entender mejor que el Jefe de Estado, lo que se debe hacer frente al coronavirus.
 

Y hago un alto: de esa puja podrá deducirse mejor quién manda hoy en Brasil.
 

Los antecedentes muestran que la política nacional sigue hundiéndose en una tembladera. Hace dos días, trascendidos que no se oficializaron dijeron que los militares ya no escuchaban al Jefe de Estado, y que habrían nombrado al ministro jefe de la Casa Civil, general Walter Braga Netto, como presidente operativo.
 

La revelación la hizo el prestigioso periodista argentino Horacio Verbitsky y la «rebotaron» el portal Brasil 247 y otras publicaciones web, incluyendo al sitio militar Defensa.net.
 

De ser cierta, la medida estaría confirmando la revelada reunión secreta que sus altos mandos habrían sostenido unos días antes, para buscar reemplazo al mandatario. Solo que no apostaron, como se comentaba, por el vicemandatario, el también general Hamilton Mourao: eso ya habría significado la democión de Bolsonaro sin juicio político; es decir, un golpe de Estado.
 

La salida de esta presunta sustitución para que Braga se ocupe de las cuestiones «operativas» resulta mucho más discreta y también, más rápida. Y estaría demostrando la ruptura entre Bolsonaro y sus cófrades del alto mando, que él mismo entronizó en importantes puestos, y ahora hacen uso de ese poder, además del que ya tienen, per sé, como cuerpo armado.
 

Según la versión online de Resumen Latinoamericano, Braga Netto tendría a su cargo la dirección del Gobierno y centraría toda la gestión del ejecutivo. Al menos, apunta, mientras dure la crisis.
 

Según publicó Defensa.net, explica Resumen… la que los militares denominan «misión informal» encomendada a Braga fue resultado de un acuerdo principal entre ministros, jefes militares y «el propio Presidente de la República», aunque muchos opinen, abundó, que se trata de «una intervención o una junta militar que coordina el gobierno».
 

El final está por ver, y puede ser precipitado por la reciente destitución del Ministro de Salud. Tal vez Bolsonaro ha intentado otra demostración de fuerza… Pero el golpe puede retornar hacia él.