Alejandro Palmero Fernández: «Yo vine aquí por amor»

Alejandro Palmero Fernández: «Yo vine aquí por amor»
Fecha de publicación: 
25 Mayo 2020
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Raúl Alejandro Palmero Fernández vuelve a demostrar su devoción por Cuba, por su historia, su sencillez, compromiso y entrega a toda prueba.

Un joven diputado cubano, recién graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana e incorporado como asesor jurídico en la empresa Antillana de Acero del municipio habanero del Cotorro, se encuentra hoy en cuarentena, a la espera de los exámenes que confirmen que está libre del virus del Sarvs Cov 2, luego de culminar una intensa etapa de trabajo en un centro de aislamiento en Cojímar, en La Habana del Este.

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Muy conocido y querido por los universitarios de toda la Isla, por los miembros del parlamento cubano, Raúl Alejandro Palmero Fernández vuelve a demostrar su devoción por Cuba, por su historia; su sencillez, compromiso y entrega a toda prueba, cuando de estar al lado de las causas justas se trata. Y como todo buen revolucionario, vuelve a ser el amor el móvil de sus actos y de sus palabras. 

Con él contactamos vía WhatsApp, apenas horas antes de concluir su labor allí, donde más se necesita hoy, en una de las principales líneas de combate frente a la Covid-19, desde donde nos contó: 

Los inicios, desde el compromiso

“Nosotros estamos trabajando acá como voluntarios desde hace algunos días. Comenzamos en el centro de aislamiento de Alamar 6, pero a partir de la disminución de casos en el país y de la mejora de la situación en la zona, nos trasladamos hacia acá, hacia Cojímar, donde hay una situación más complicada, hay más pacientes y desde aquí somos más útiles.

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“Somos un grupo de 10 compañeros que representamos a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y nos enteramos de esta tarea a partir de que mostramos nuestra disposición a las autoridades que la estaban organizando en los Consejos de Defensa Provinciales y municipales y se hizo un listado de comprometidos en la Universidad de La Habana y luego nos llamaron porque ya habíamos mostrado nuestra disposición y nos insertaron acá.

“Al principio todos teníamos miedo, mucha incertidumbre, pero de eso mismo se trata la valentía de la que tanto se habla en la canción de Buena Fe y en los medios de comunicación, de superar ese miedo y dar el paso al frente”. 

El trabajo…

“Aquí hay que hacer de todo. Es un trabajo de apoyo a los profesionales de la salud, lo mismo limpiar los cuartos que atender a los pacientes llevándoles la comida, agua, todo lo que ellos necesiten para mantenerse lo más cómodo posibles.

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“Nosotros también nos encargamos de darle la limpieza a las áreas que están en Zona Roja y a las demás áreas de dirección, también limpiamos los baños, los pisos, les cambiamos el avituallamiento, les entregamos su ropa. Los voluntarios también lavan las ropas en unas lavanderías especializadas a los pacientes. Nosotros estamos aquí para hacer todo lo que requiera el apoyo al personal de la salud y son tareas muy duras. Te decía, puede ser desde servir un almuerzo hasta limpiar un baño donde se encuentran los pacientes sospechosos de la Covid-19”.

Qué representa esta experiencia…

“A partir de que, ciertamente, uno ha ocupado otro tipo de responsabilidades, esta es una tarea que marca, que se recuerda toda la vida. Primero, por la situación excepcional que vive el país. Segundo, por la utilidad que representa el trabajo que estamos haciendo.

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“Y tercero, por el propio riesgo y los retos que supone eso en tu vida personal, en el entorno familiar y por supuesto, en toda la vida y la conciencia de aquellos para los que tú significas algo. Pero precisamente eso hace que sea una experiencia única, también, una experiencia que en el futuro podremos contarle a nuestros hijos, a nuestros nietos y podremos decir que cuando fuimos jóvenes tuvimos el valor, el coraje, también el sentido del momento histórico para dar el paso al frente ante tan sensible situación que vive nuestra patria”.

Junto a tu novia, en la misma trinchera…

“Bueno, yo me encuentro aquí en el centro de aislamiento junto con Karla, mi novia, mi pareja, mi compañera y mi amiga. No es primera vez que compartimos trinchera juntos. Hace unos días, ponía una publicación de Facebook explicando que era un privilegio para un joven revolucionario encontrar una trinchera digna en la que entregar su mayor esfuerzo, pero era un privilegio aún mayor poder compartir esa trinchera.

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“Yo creo que en este, como en otros escenarios, yo he sido uno de esos jóvenes privilegiados de también encontrar una compañera de batalla y forjar ese amor de guerrillera, ese amor del bueno. Esperemos que vengan otros escenarios y que también sigamos juntos, y yo sé que ella se siente orgullosa de mí, pero yo me siento el doble de orgulloso de ella”. 

La familia…

“Bueno, la familia y nosotros nos mantenemos comunicados. Ciertamente, el país vive un momento excepcional en este sentido a través de la informatización y hoy es mucho más fácil comunicarse con sus seres queridos a través del mismo móvil, de los datos móviles, a través de Whatssap, Telegram y además, los Centros han facilitado teléfonos dentro de las habitaciones a través de tarjetas propias o incluso, a través de llamadas directas a nuestros hogares tener una constante comunicación con nuestros familiares.

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“Ellos saben que estamos haciendo una tarea muy riesgosa, una tarea de prioridad para el país y a pesar de eso nos han mostrado en todo momento confianza, nos han alentado. Yo creo que sentimiento que se siente en nuestras casas es de orgullo y lo percibimos todos los días cuando mandan mensajes a las 9.00 de la noche a nuestros móviles o llaman a los muchachos nos dicen: ¨Hoy se aplaudió en nuestra cuadra por ustedes también¨. Yo creo que este es el mensaje más bonito que le transmitimos a nuestra familia y decirles que seguimos aquí en la pelea”. 

¿Regresarían? Un mensaje final

“En caso de ser necesario, por supuesto que regresaríamos. De hecho, aquí nos encontramos compañeros que han cumplido varias de estas misiones y lo han hecho con total desinterés y con el mayor de los deseos del mundo. Al personal de la salud, al personal de apoyo, a los transportistas, a los compañeros que están trabajando todo el tiempo en estas instituciones todo nuestro agradecimiento.

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“Y al pueblo de Cuba, que seguimos en la pelea. No se puede bajar la percepción del riesgo, tenemos que tomar todas las medidas, seguir las indicaciones del Ministerio de Salud Pública, de nuestro gobierno, que nos ha llevado, sin dudas, hasta este momento a una situación favorable para los daños que podían haberse ocasionado a partir de esta terrible enfermedad. 

“Yo vine aquí por amor a mi gente, por amor a mi pueblo, y cada cual, cada uno de los que están acá, también tiene su propia razón para estar dando este paso tan importante”. 

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