Serie Nacional de Béisbol: Qué se vislumbra tras el play ball
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La 58 temporada del béisbol cubano es un hcho. Ha sido un año en extremo intenso, casi interminable para muchos jugadores con protagonismo en sus respectivas novenas. El campeón defensor Granma arrancó con el pie derecho y en un primer acercamiento intentaremos dilucidar los que, desde nuestra óptica, se perfilan como principales contendientes a avanzar a la segunda ronda.
De antemano les digo que no comparto la modificación de solo tener en cuenta los resultados particulares entre los seis agraciados como antecedente de cara a la ronda decisiva. Los 16 elencos inician la campaña en igualdad de condiciones, por ende, los rendimientos desde que se descorren las cortinas deben ser reflejados, amén de que la calidad se concentre en la segunda mitad del campeonato. Además, desde el punto de vista estadístico, sería desechar performances tanto individuales como colectivos, algo que siempre se ha tenido en cuenta, no exclusivamente a la hora de conformar las preselecciones nacionales.
Entonces, entrando en calor, tenemos que Granma, doble monarca, se perfila como una novena de respeto nuevamente. De inicio, tendrán ausencias sensibles como las del slugger Alfredo Despaigne y su as del montículo, Lázaro Blanco, ambos bujías tanto en lo deportivo como en lo anímico.
Aun así, su alineación se antoja temible, encomendada a Guillermo Avilés, Lázaro Cedeño, Carlos Benítez y Roel Santos como núcleo.
Desde el box, César García, Leandro Martínez y Yanier González deben tener la mayor responsabilidad, aunque ciertamente el pitcheo pinta como el Talón de Aquiles de este elenco, urgido, en caso de avanzar, de seleccionar serpentineros y un receptor de refuerzo.
Los subcampeones tuneros parecen tener una novena bastante pareja. El staff tendrá en la rotación a Yoalkis Cruz, el zurdo Yudiel Rodríguez y Alejandro Meneses como puntas de lanza en rol abridor.
Ciertamente, no contarán con los servicios de su principal apagafuegos, Diego Granados, pero aun así deben pasar, apoyados en los jóvenes que guiaron al elenco de esa provincia al subcampeonato en la categoría sub-23.
Madero en ristre, Yosvany y Yordanis Alarcón, Rafael Viñales, Danel Castro, Jorge Yhonson y Yuniesky Larduet conforman una batería que conjuga tacto y poder.
El cuarteto de semifinalistas de la campaña precedente se completó con Matanzas e Industriales.
Las huestes de Víctor Figueroa poseen madera en su roster, avaladas por el poder de Yasiel Santoya, Jefferson Delgado, Ariel Sánchez, Eduardo Blanco, Aníbal Medina, sumados a los contratados en Japón, Ariel Martínez y Yurisbel Gracial. A simple vista, infundarán temor a muchos de los serpentineros contrarios.
El complemento desde el box se lo darán con su casi seguro y medular aporte Yoannys Yera, Jonder Martínez, Royd Hernández y Ramón Licor. Por detrás, en labores de relevo, Armando Dueñas, Irandy Castro y Yaniel Blanco se antojan sus principales recursos.
El Rey Anglada regresa a comandar la nave azul, y eso, de inicio, jugadores y afición lo tomaron como positivo e inspirador. El pitcheo se presagia la incógnita de los Leones capitalinos, máxime cuando más allá de los fichados en el exterior, Frank Monthiet, Noelvis Entenza, Eddy Abel García y José Pablo Cuesta, el resto del staff habrá que esperar a ver cómo responde. Especialmente los brazos más inexpertos.
La ausencia de hombres clave como el patrullero Jorge Tartabull y el campo corto Yolbert Sánchez (abandonaron el país) será visible tanto en el line up como en defensa. Al bate, Alexander Malleta, Yoandry Urgellés, Rudy Reyes, Yordanis Samón, y el sumamente efectivo Juan Carlos Torriente deberán tirar del carro.
Mi sexteto de agraciados se completaría con un cuarteto de aspirantes a eliminar dos. Lo digo porque la serie de comodín así lo estipula y por lo parejo de los elencos que mencionaré a continuación: Ciego de Ávila, Pinar del Río, Artemisa y Villa Clara.
Ciego, con los reaparecidos Yander Guevara y Maikel Folch, además de los consagrados Vladimir García y Dachel Duquesne, pueden caminar apuntalados en el pitcheo. Si logran conjugar esa fortaleza con la ofensiva de Osvaldo Vázquez, Yorbis Borroto, Raúl González y Yoelvis Fiss, tendrán un paso adelante rumbo a la clasificación.
Como ha sido tradicional en ellos, Pinar dependerá de su cuerpo de pitcheo. Yosvany Torres, Erlys Casanova, Bladimir Baños, Raydel Martínez y Liván Moinelo son prestigiosos, pero su contratación en otros escenarios y posible incorporación tardía demandará del resto de los serpentineros mayores esfuerzos y eficiencia. De casi irremplazable puede tildarse la ausencia de Donal Duarte, por lo que el inicialista William Saavedra soportará la mayor responsabilidad ofensiva.
Villa Clara, con el otrora estelar Eduardo Paret moviendo los hilos, igualmente tendrá en sus lanzadores el principal argumento de victoria. Freddy Asiel Álvarez, Alain Sánchez, Robelio Carrillo, Yosver Zulueta y Javier Mirabal han sido probados a distintos niveles y respaldan mi afirmación. Al bate, Yeniet Pérez, Norel González y Yurién Vizcaíno, sin mucho poder en bateo de largo alcance, se antojan referentes.
Los Cazadores ya saben lo que es estar entre los seis mejores conjuntos de nuestra pelota. Danny Valdespino sabe exprimir a sus piezas y sin ese talento supremo, dirige con tino. Retorna Dayán García a la intermedia y el pitcheo será su principal recurso.
De las restantes naves, Santiago no creo que tenga aún para retornar a planos estelares; La Isla puede caminar, especialmente luego de alzarse con la corona sub-23, y el liderazgo de Michel Enríquez será incuestionable.
Guantánamo, Cienfuegos, Holguín, Sancti Spíritus y Mayabeque lucharán a brazo partido por no ser las Cenicientas, pero no creo que avancen mucho más que eso.
Dejo para el epílogo a Camagüey. Yariel Rodríguez, José Ramón Rodríguez, Josimar Cousín, Dariel Góngora y Arbelio Quiroz encabezan una rotación de lujo, incluso capaz de emular con la de los pativerdes. El taponero dibujado será Carlos Pérez.
Alexander Ayala, Leonel Segura, Humberto Bravo y Héctor Hernández pintan como referentes al bate.
Ese es el panorama. Los pronósticos están diseñados para romperse, pero al menos en este inicio, hay tres niveles de calidad bastante bien definidos entre los 16 equipos participantes. Nuestra pelota no atraviesa su mejor momento, pero más allá de favoritismos, el terreno tendrá una vez más la última palabra.
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