Somos: "un abrazo a los que no creen en razas"
especiales
La mirada de Chile no es ni folclorista, ni científica, ni está a medio camino entre una y otra, la de Somos es una mirada profundamente humana. Hay fe rotunda en estas fotos, no sé si en las deidades, las divinidades, los sacerdocios o los cultos que reflejan, pero, con certeza, veo aquí fe en la gente, en esas personas que le abrieron las puertas de sus casas, de sus creencias y de sus rostros que son, un cubano lo sabe, el reflejo del alma…
El autor no necesita muchas presentaciones, fotógrafo y realizador audiovisual, con el lente agudo de quien ha documentado parte de la historia de este país, Chile conversa con la humildad de quien sirve incansablemente a una vocación en dos palabras: el arte y Cuba.
Clarividencia
¿Quiénes Somos? El título de la muestra es un pronombre personal ¿a quienes se refiere?
Esta pregunta la responde el académico Jesús Guanche en sus palabras introductorias del catálogo en proceso de edición: “…la muestra evoca simbólicamente el comienzo o el final de los ritos del palo monte, una de las expresiones de la religiosidad popular más antiguas en Cuba, donde el tata nganga pregunta: ¿Somos o no somos? Y con toda confianza y certeza, quienes le acompañan responden: ¡SOMOS!
La muestra es diversa, como es diverso el diapasón de tradiciones y cultos cubanos de origen africano, ¿pero cuál sería el mensaje, la idea que usted se ha propuesto enlazar con todas ellas?
Mi propuesta es clara. “Somos”, como lo fue su antecesora “Raíces, magia y mística”, es un reencuentro con nuestras raíces africanas, un viaje al paraíso espiritual de los nativos africanos y su descendencia, oferta visual nacida de mi alma y mi corazón.
Está dedicada a Enrique Hernández Armenteros, Enriquito de La Hata, sacerdote bantú, quien se consagró en las cuatro manifestaciones religiosas de origen africano. Oriundo de Encrucijada y radicado en La Hata, Guanabacoa, desde su juventud hasta los últimos días de su vida. Desafortunadamente no pudo estar ese día entre nosotros, pues falleció el pasado 19 de febrero a punto de cumplir un siglo de vida.
Gangá
Usted es un cubano profundamente revolucionario y Fidelista, ¿cómo interactúa esa condición con su interés por nuestras raíces africanas y cómo influye en sus posiciones personales sobre la negritud y la discriminación?
Esta exposición es un abrazo a los que no creen en razas, a los que piensan como José Martí que “hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro”, y a la vez, un puñetazo a quienes consideran equívocamente que hay hombres y mujeres inferiores a los demás por el color de su piel.
Ha fotografiado realidades que suelen ser bastante herméticas, ¿cómo logró abrir las puertas de los templos, los cultos y las almas, como usted mismo ha dicho?
La sencillez, la honestidad y la sinceridad, sin son verdaderas, logran abrir todas las puertas, y si se trata de personas nobles y generosas como a quienes he retratado en disímiles sitios de Cuba, desde Oriente hasta Occidente, no hay espacio para el hermetismo. Ellos saben lo que se puede retratar y lo que no. Yo también. Si actúas con ética, respetas la fe y andas cargado de amor, todo fluye y se logra lo que sería imposible lograr si usas la fuerza o la falsedad. Por eso me abrieron las puertas de sus casas, de sus templos y de sus almas, y a todos, gente del pueblo, santeros, paleros, babalawos y abakuás, les doy las gracias por la confianza y el abrigo que me han brindado.
Diálogo
¿Habrá otras entregas de esta colección? ¿Qué nuevas espacios le quedan por indagar en esta temática? ¿Qué otras zonas del país?
No lo puedo predecir, pero si puedo asegurarte que seguiré trabajando, que no abandonaré este camino, porque es un camino que tiene corazón. Todo comenzó en Guanabacoa, después acudí a otros sitios de la ciudad: Regla, Cerro, Marianao, Centro Habana, entre otros. Más tarde rebasé los límites de la capital y me llegué a Orozco, Matanzas, Cárdenas, Jagüey Grande, Perico, Agramonte, Palmira, Trinidad, Santiago de Cuba… Falta mucho por recorrer: Remedios, Sagua la Grande, Cruces, Santa Isabel de las Lajas, y otros sitios del país donde hay un fuerte arraigo de nuestras raíces africanas. En fin, es un camino largo, azaroso, que permanecerá latente en mi brújula.
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