Play off escena IV: Lázaro Blanco, el San Benito de Matanzas y…

¿Que salían con cartel de favoritos en esta serie semifinal ante Granma? Es cierto. ¿Que no han movido totalmente con acierto sus piezas? Otro tanto. Lo cierto es que, luego de caer 1-3 en el cuarto choque del play off, Matanzas está cuesta arriba, con el agua al cuello y con la urgencia de jugarse el todo por el todo en la noche de este miércoles.

El duelo de la víspera ha sido el mejor enfrentamiento de la actual postemporada. Marcador cerrado, tensión de principio a fin... Los diestros Lázaro Blanco (airoso, caminó toda la ruta con control, permitiendo solo una limpia en el acto de apertura y recetando siete ponches), y el refuerzo Yosvany Torres (tres limpias en 7.2 innings, aguantó estoicamente, y salió de varias complicaciones pese a regalar cinco boletos).

Hay una estadística bastante interesante: los granmenses dejaron siete corredores en las almohadillas, lo que se traduce que tuvieron otras oportunidades de anotar, en tanto los yumurinos únicamente tres. Hago este análisis previo porque ni en este desafío, ni en el que sucumbieron 2-7 el lunes ante otra hermética joya de pitcheo de Alaín Sánchez, Víctor Figueroa echó mano de posibles bateadores emergentes, máxime teniendo hombres de calidad probada y con experiencia en postemporada como Jefferson Delgado y Lázaro Herrera.

Es cierto también el hecho de que Yurisbel Gracial es el bateador más completo que posee la novena yumurina, pero igualmente lo es el hecho de que no ha producido casi nada en este play off. Tanto así que en los dos desafíos mencionados, en predios del Mártires de Barbados, se ha ido en blanco en cinco veces al bate.

Desde mi perspectiva Figueroa se ha comportado de una forma muy dogmática, sin apostar a variantes ofensivas, máxime cuando su alineación titular, salvo Anibal Medina y Eduardo Blanco, no ha producido con notoria efectividad.

Hablamos de 27 indiscutibles en cuatro desafíos, además de 25 corredores que han descansado en las almohadillas sin pisar el home plate. Cabe destacar que el choque que igualaron a 11, en buena medida tuvo el aporte de los descontrolados serpentineros granmenses, quienes les regalaron una decena de transferencias.

Del otro lado de la duela, era de esperarse que el as Lázaro Blanco no tuviera dos salidas malas. No hizo falta en esta oportunidad que los Alazanes blandieran sus maderos con contundencia, pues el espigado pitcher granmense maniató a la ofensiva de los de la Atenas de Cuba.

Por fortuna a Carlos Martí le ha funcionado un tanto mejor su pitcheo, fundamentalmente el abridor, de ahí que no se haya notado en demasía su pedido de Raúl González en lugar de otro serpentinero, cuestión con la que aún estoy en desacuerdo, pues a Lázaro Cedeño, insisto, hay que hacerle un lugar en la batería de los actuales monarcas.

De hecho esta noche tendrá un duro examen de fuego, pues si el zurdo refuerzo indómito Ulfrido García, nuevamente no le camina lo suficiente se verá envuelto en un dolor de cabeza. A menos que César García y Leandro Martínez, borren de golpe y porrazo su performance precedente de esta serie semifinal.

Por ahora tiene en punto de mate el match y festeja esa ventaja de 3-1, aún cuando en el plano de las decisiones, siga teniendo algunas cuestionables. Claro, hay que estar en la piel de cada manager y desde afuera los análisis se hacen con cabeza fría y contemplando un mayor número de posibles variantes.

Hoy para medirse a Ulfrido Figueroa echará mano nuevamente de su as, el también siniestro Yoanni Yera, calco de la batalla inicial. Eso sí, de tambalearse el de Martí en la lomita, Roy Hernández, Javier Mirabal, Dariel Góngora, Miguel Lahera y todo de lo que disponga, deberá ser utilizado en pos de mantenerse con vida.

Rememorando lo acontecido en la campaña precedente, hoy pudiera repetirse la historia de la Serie 56, cuando los granmenses, fuera de pronóstico, les asestaron dos estocadas decisivas a los de la Atenas de Cuba y remontaron el 2-3 adverso en el mismísimo victoria de Girón con pizarras de 9-6 y nocao de 12-2 en el séptimo.

La situación actual se pinta completamente distinta, pero nuevamente el terreno dirá la última palabra. Eso sí, veo muy pocas opciones de una remontada de la novena yumurina.