Compañía Lizt Alfonso expone con elegancia raíces de cultura cubana
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El conjunto festejó la víspera el aniversario 26 de su fundación con esta carta de triunfo, que mantendrá en la cartelera del Teatro Nacional de Cuba este viernes 20 de octubre, mañana 21 y pasado 22.
La concepción del espectáculo deviene un gran divertimento y plantea un recorrido musical y danzario por el mestizaje característico de la sociedad cubana.
Sin lugar a dudas, la colonización española y la introducción en la isla de esclavos provenientes de África marcó tradiciones, culturas, convencionalismos y creaciones, gestó una fusión expresada con genialidad en la música y el baile que Alfonso, autora de la mayoría de las coreografías de la puesta, supo expresar con fuerza y compás.
El espectáculo tiene bien puesto el nombre y ocupa un lugar cimero en el repertorio de la compañía pues consiguió que se convirtiera en la primera agrupación danzaria de Cuba que protagoniza una temporada estable en el New Victory Theatre de Broadway, en Estados Unidos.
También, ha saboreado el éxito en Canadá, Alemania, Holanda, Bahréin, Qatar, Egipto, Nueva Zelanda, China, Turquía y México, entre otros países.
Las exigencias de Fuerza y Compás son múltiples: demanda una base sólida de ballet clásico, soltura en la danza española y el flamenco, conocimiento de estilos contemporáneos, y desenvolvimiento en el baile folclórico, ninguno de ellos visto como género puro.
De modo que este espectáculo, que comenzó a gestarse en 1999, muestra el estilo distintivo de la compañía, denominado precisamente fusión pues en él confluye la danza toda.
Además, obliga a las artistas a usar castañuelas, a bailar con abanicos, a pararse en puntas y taconear como si fuese detalle sencillo, en uno de los cuadros dos danzantes irrumpen en escena con batas de cola y el reto de desplazarse con virtuosismo.
Por si fuera poco, dispone de un cuadro en el que las raíces hispanas y africanas de la cultura dialogan mediante los tacones españoles y las chancletas de palo, tan populares en Cuba en los siglos XIX y XX, y que al ser asumidas por muchos aquí -sin distinción de origen o raza- pueden considerarse un símbolo del sincretismo.
Fuerza y Compás es obra de una intelectual con muchas luces y buen gusto, y amén de que el joven elenco actual deba aún trabajar la garra que impresionaba en las protagonistas originales, consigue dotar de gracia las secuencias y alcanza la organicidad característica de LADC desde la cuna.
Muchos aplausos merecen los diseños de vestuario de Eduardo Arrocha, Ricardo Reymena, Erick Grass y la propia directora, Alfonso; los diseños de luces de Juan Carlos Coello y Alejandra Escobedo; pues aportan al disfrute estético y la galanura.
El espectáculo se enriquece por la interpretación en vivo de bellas composiciones de los cubanos Ernesto Lecuona, Reynier Mariño, Denis Peralta, Yuniel Rascón, Yordanys O' Reilly y Juan Pablo Solas, por instrumentistas muy profesionales que saben dar sabor a la danza.
Liliet Rivera y Yanet Rodríguez apoyaron a Alfonso en momentos coreográficos de Fuerza y Compás, cuyo andar exitoso por los escenarios del mundo y su cualidad de vitrina histórica de las raíces culturales de la nación le confieren categoría de clásico.
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