Sierra Mar, colores en el oriente cubano

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Sierra Mar, colores en el oriente cubano
Fecha de publicación: 
15 Agosto 2017
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En las estribaciones de la Sierra Maestra aparece este escenario de descanso para quienes desean vacaciones de manera activa, en un lugar que hoy crece en el gusto de los viajeros.

Su nombre se origina en la combinación de esas dos partes de una geografía muy bien conservada, donde se conjugan el descanso en equilibrio absoluto de silencio y color, con la posibilidad de caminar, conocer, bucear o simplemente realizar una excursión.

Para nuestro guía, la combinación del Hotel Brisas Sierra Mar y Los Galeones significa un espacio ya reconocido entre los amantes de los sitios muy especiales, a 62 kilómetros de Santiago de Cuba y a 860 de La Habana.

Se encuentra en el municipio de Guamá, al pie de la Fosa de Oriente, parte de la de Bartle, con seis mil kilómetros de profundidad; y cerca del poblado Chibirico, de camino al Pico Turquino.

Con todos estos atributos, el lugar bien merece un viaje por una estrecha carretera, accidentada, que pone luego ante las pupilas el esplendor necesario para el más exigente caminante.

Sitio que estuvo azotado en algunas oportunidades por ciclones y otros fenómenos meteorológicos, pero siempre se levantó.

La playa se nombra Sevilla y posee cuatro kilómetros, en un sitio inaugurado para el turismo el 2 de enero de 1994 con la presencia del líder cubano, Fidel Castro, quien recomendó para el hotel precisamente ese nombre.

Se compone de dos establecimientos: Sierra Mar, de cuatro estrellas y 200 habitaciones, y Los Galeones, a 12 kilómetros de esa primera instalación, con 34 habitaciones, solo para adultos, que, a plena capacidad, admite 60 personas.

Esta segunda parada cuenta con una escalera al mar de más de 200 peldaños, a 60 metros sobre el nivel de aquel; aunque, entre sus más fervientes huéspedes, se encuentran personas de la tercera edad.

EL MEJOR VIAJE A LOS ORÍGENES

Con todas las comodidades de la hotelería moderna, Sierra Mar constituye una perfecta base de operaciones para desarrollar descanso activo de cara a la naturaleza y el mar.

Comentan los guías que el municipio Guamá, donde se encuentra, es el más largo de Cuba, con 175 kilómetros, en un área de 956 kilómetros cuadrados, donde existen las mayores elevaciones del país, incluido el Pico Turquino.

También aparece la más profunda depresión, la Fosa de Oriente, ante una vista muy caribeña, en la parte cubana de cara a dicha cuenca.

En su clima de ladera seca de la Sierra Maestra, prácticamente no llueve en el año, lo que beneficia a quienes desean disfrutar unas vacaciones muy activas.

Para mayor atractivo, los constructores utilizaron la terraza natural donde se encuentra el hotel para crear una estructura de nueve niveles, sin sobrepasar la de origen, con elevadores para dirigirse a la playa.

El principal mercado de la instalación es el canadiense, con cuatro operaciones semanales desde Toronto y Montreal a Santiago de Cuba en el invierno, de noviembre a abril, además de recibir dos desde la ciudad de Holguín.

Hacia el lugar fluyen anualmente unos cinco mil 500 extranjeros y alrededor de cuatro mil nacionales, estos fundamentalmente desde Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y la capital cubana.

Operado por el Grupo Hoteles Cubanacán, participan en las operaciones receptivas Havanatur y Cubatur, que proponen a los clientes viajes al entorno natural, entre ellos all ascenso al Turquino o Jeep Zafarís.

Pero también se ofertan viajes a ciudad y recorridos en catamarán, una navegación hacia Santiago de Cuba con la posibilidad de observar pecios de barcos hundidos, como los de la armada española del Almirante Cervera, en la Guerra Hispano-Cubana-Americana.

Aquella flota militar participó en la confrontación en 1898 y desapareció bajo las aguas. Hoy, algunos de aquellos restos afloran en la superficie, aunque otros se encuentran entre los 18 y los 35 metros de profundidad.

El mejor conservado de estos pecios es el barco Colón, uno de los cuatro grandes de la flota, a 55 kilómetros del Sierra Mar y a 30 metros de profundidad. Desde la Playa Juan González se aprecia también, sobresaliendo entre las olas, el Oquendo.

Otro ejemplo es el María Teresa o buque insignia en el que viajaba el propio Cervera, que fue el primero hundirse, y cuyos restos se encuentran a una milla náutica de la bahía de Santiago.

Por ello, en la zona también se organizan cursos de buceo e inmersión en 30 puntos, a cinco o 15 minutos de viaje en lancha, con bajadas hasta los 35 metros de profundidad.

Cerca se encuentra Cayo Dama, punto de recalada en los paseos marineros, operados por la compañía de marinas y náutica Marlin.

Todo el entorno facilita también para la observación de la flora y la fauna, combinada con espectáculos nocturnos de música cubana, posibilidades todas que le posibilitan al Sierra Mar obtener el 48 por ciento de clientes repitentes.

*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.

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