Serguey Torres: “La canoa cubana nunca se rinde”

especiales

Serguey Torres: “La canoa cubana nunca se rinde”
Fecha de publicación: 
22 Mayo 2017
0
Imagen principal: 

“La canoa cubana nunca se rinde”; así escribía Serguey Torres Madrigal en su página de Facebook tras ganar el primero de sus dos títulos en la Copa del Mundo efectuada el pasado fin de semana en Montemor-o-Velho, Portugal.

Horas después de subir a lo alto del podio en el C-2 a 1 000 metros junto a Fernando Dayán Jorge, le daría mayores argumentos a la frase cuando se bañó de oro por segunda vez en el C-1 a 5 000 metros. Entonces solo valdría agregar: él tampoco se rinde. Desde hacía 11 años el espirituano no subía al podio y días atrás pocos lo hubieran pensado cuando se fue sin medallas en el Campeonato Nacional.

 
Ya “seco” en su perfil de la red social y calentando motores para entrar otra vez al agua el próximo fin de semana, el muchacho de Las Tosas comparte alegrías.

“Sabía que podía ganar, pero a este nivel uno nunca sabe con certeza lo que pueda pasar. Mi estrategia fue sencilla: más entrenamiento, más kilómetros y más horas de trabajo. No cogía dos oros desde el 2006 cuando ganamos Karel y yo el C-2  a 500 y 1 000 metros, en Polonia.

Lo que reconforta de este triunfo no es solo el color de las medallas. Son los tiempos los que miden el tamaño del éxito, al margen de los rivales. El  3:30.96 del C-2 los ubicó entre el top ten de los tiempos históricos de esa distancia en la Federación Internacional. Su tiempo del C-1 (22.12) lo catapulta también entre los 10 mejores.  

“Ninguna competencia es fácil esté quien esté. Muchos de los que llegaron a la final olímpica de Río se retiraron, pero sí me extrañó que los alemanes que ganaron allá estaban aquí, pero no se inscribieron en el 1 000, solo en 500 y para contra perdieron con los ucranianos, a quienes les ganamos el día antes en el 1 000 metros. Los demás no habían entrado a la final de Río”.

“Si comparamos los tiempos en los años 2004-2008, lo mejor que hice fue 3.34 minutos que me valió para el oro en las Copas del Mundo de Polonia y Alemania, y en el C-1 a 5 000 metros cuando gané oro en el 2015 contaba con la sexta mejor marca”.

¿Entonces lo del Campeonato Nacional fue un espejismo?

“Estaba molesto porque al instante en que perdí todos los medios me despellejaron sin siquiera preguntarme. Yo había acabado de pasar una cura de parásitos. Nada, que un día malo lo tiene cualquiera. No te miento, también en Cuba hay muchísimo talento y en cualquier momento puede que ya no sea yo, pero esta es mi pasión y no me voy a dar por vencido nunca”.

¿Tiene que ver con la frase del Facebook?

“La frase dice todo. Son precisamente las cosas que nos han hecho perder en algún momento las que ahora nos hacen más fuertes; de todo se aprende y tenemos el compromiso con la canoa cubana de mantener esta disciplina cubana en el lugar que merece”.

De las aguas portuguesas flota un detalle. Cuando Serguey ganó sus dos primeras medallas internacionales: una plata y un bronce en el Mundial Juvenil del 2003, su actual pareja de bote, el mismo con quien obtuvo un honroso sexto puesto en Río de Janeiro y que ahora lo escoltó con medalla de plata en el C-1 a 5 000, no había aún nacido, ¿cómo explica el acople pese a la diferencia etaria?

“Dayán es un atleta que prácticamente fue creado por su padre, quien también remaba en la época de Balceiro y Rojas, pero no pudo llegar al equipo nacional. Lo que sí hizo un buen trabajo con su hijo. Digo esto porque no lo querían en Cienfuegos al ser muy chiquito. Puedo decirte que en la actualidad es el mejor patrón de técnica de Cuba y eso es lo que le ha ayudado a alcanzar estos resultados a tan corta edad. Es muy fácil remar con él, gracias a sus movimientos técnicos, prácticamente siento que voy solo”.

Un saldo de este tamaño obliga a navegar hasta las profundas aguas de Japón 2020, cuando el espirituano tendría 34 años.

“Así comienza nuestro sueño olímpico. Eso lo puse en Facebook también. Creo que si llevo todos estos años tratando de encontrar un bote y batallando para salir a flote, no va a ser más difícil que el camino ya vencido. A partir de ahora tengo un buen bote y voy a luchar por esa medalla que me falta. Quiero terminar mi carrera en el 2020. Lo intentaré, pero no estoy seguro porque en Cuba tenemos muchos atletas talentosos y cada año es más fuerte”.

Como ya casi la carga no le acompaña en el celular, Serguey deja segundos para hablar de su próxima tirada al agua, que lo mantendrá por lagos europeos. Del 26 al 28 participará en la segunda fase de la Copa del Mundo en Szeged, Hungría.

“Esta vez vamos a competir en el C-2 a 1 000 y 500 metros. La semana que viene va a estar más dura la regata, pero créeme que con el tiempo que hicimos me siento muy seguro”.

Y se despide con un saludo para Sancti Spíritus y preguntando cómo está la isla.

“Con estas noticias, contenta, muy contenta”, le respondo.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.