Exquisitas estrellas animarán el IV Clásico Mundial de béisbol
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La gran industria del béisbol abre sus puertas en 2017 al IV Clásico Mundial, el torneo élite de este deporte a nivel de selecciones nacionales, y República Dominicana, con un conglomerado de superestrellas, se alista para defender el trono con uñas y dientes.
Encabezados por el magnífico segunda base Robinson Canó, campeón de las Grandes Ligas en 2009 con los Yankees de Nueva York, además de ostentar la condición de siete veces Todos Estrella y dos Guantes de Oro, los quisqueyanos tienen previsto presentar un equipo de ensueño en la justa, prevista del 6 al 22 de marzo.
El manager Tony Peña podría contar con un trabuco compuesto por los sluggers Manny Machado, José Bautista, Nelson Cruz, Hanley Ramírez y Adrián Beltré, los dinámicos jardineros Plácido Polanco y Starling Marte, y el receptor Gary Sánchez, el megaprospecto de los Yankees, entre otros jugadores de clase mundial.
Un lineup con esas piezas disponibles impondría la ley del pánico en cualquier certamen, pero si a eso añadimos que Dominicana agrupará a lanzadores abridores del calibre de Johnny Cueto, Carlos Martínez, Edinson Vólquez y Carlos Salazar, y a relevistas de bolas de fuego como Dellin Betances, Jeurys Familia o Alex Colomé, entonces el terror se convertiría en impotencia.
Pocos equipos pueden presumir de nóminas con tanto talento concentrado, pero, obviamente, existen otros. En ese grupo están los elencos de Estados Unidos, Venezuela y Japón, además del renacido Puerto Rico, subcampeón vigente, y el enigmático México.
Tras cosechar funestos resultados en las tres ediciones previas, los estadounidenses pretenden saldar su deuda con el torneo y para ello están inmersos en gestiones fuertes para reunir un grupo de superélite, en el que pudiera entrar de un momento a otro el zurdo Clayton Kershaw, tres veces Cy Young, el mejor lanzador del mundo en la actualidad.
El elenco de las barras y las estrellas pudiera exhibir además en su plantilla a jugadores de otra galaxia como los lanzadores Max Scherzer y Chris Archer, el receptor Buster Posey, el inicialista Paul Goldschmidt, los jardineros Andrew McCutchen y Adam Jones y el antesalista Nolan Arenado.
Venezuela, entretanto, llegaría al certamen liderada por su estandarte más emblemático, el inicialista Miguel Cabrera, 11 veces Todos Estrella y en dos ocasiones Jugador Más Valioso de la Liga Americana, todo un valladar en las Mayores.
La vinotinto también pudiera alinear a los fuera de serie José Altuve, Víctor Martínez y Carlos González, además de presentar un staff de lanzadores de espanto con 'el Rey' Félix Hernández de líder y Carlos Carrasco, Eduardo Rodríguez y Junior Guerra de escuderos, con cerradores del nivel de Francisco 'el Kid' Rodríguez, Jeanmar Gómez y Héctor Rondón.
Japón, monarca en las ediciones de 2006 y 2009, presentará al mundo a su diamante más preciado, el lanzador-bateador Shohei Otani; Puerto Rico enviará al ruedo a su nueva hornada de jugadores, liderada por los talentosos Carlos Correa, Francisco Lindor y Javier Báez; mientras México irá con Adrián González como su gran titán.
El equipo de Cuba, desde siempre uno de los grandes animadores del béisbol internacional, acudirá a la lid con muchas incógnitas en todas las áreas, aunque tendrá en sus filas a Alfredo Despaigne, uno de los slugger más temidos del béisbol profesional de Japón.
La primera ronda de la justa se jugará en México, Japón, Surcorea y Estados Unidos. Mientras, la fases semifinal y final tendrán por escenario el Dodger Stadium de Los Ángeles.
En el grupo A competirán Surcorea, Taipei de China, Holanda e Israel; en el B chocarán Japón, Cuba, China y Australia; en el C rivalizarán República Dominicana, Estados Unidos, Canadá y Colombia; y en el D se medirán Venezuela, Puerto Rico, Italia y México.
LOS PERMISOS DE LAS FRANQUICIAS DE MLB, EL GRAN PROBLEMA
En un ambiente ideal, el espectáculo sería impresionante. Pero no vivimos en una probeta de laboratorio y varios factores conspiran contra el Clásico Mundial, en especial las franquicias de las Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés).
Cada equipo de las Mayores debe autorizar a sus jugadores para participar en el certamen y muchas veces el permiso es denegado por precaución o simplemente por intereses mercantiles.
Ninguna Federación Nacional puede confeccionar su equipo a placer porque, obligatoriamente, todos los peloteros que estén controlados por las franquicias de las Grandes Ligas necesitan la 'carta de libertad'.
El último jugador que quedó apartado del torneo fue el dominicano Edwin Encarnación, campeón con su país en el Clásico de 2013 y uno de los pocos sluggers que promedian 38 o más jonrones en la Gran Carpa en las últimas cinco temporadas.
Pues bien, Encarnación firmó recientemente un contrato de tres años y 60 millones de dólares con los Indios de Cleveland y el pasado jueves su nuevo equipo le 'pidió' que declinara a participar en el Clásico para optimizar su aclimatación y adaptación a la ciudad y al club.
Varios peloteros se encuentran en situaciones similares y otros, en busca de contratos jugosos o la titularidad en sus equipos, prefieren realizar una pretemporada óptima para evitar cualquier tipo de lesiones o imprevistos.
Otros factores que atentan contra el certamen son la fecha de realización, las regulaciones de lanzamientos para los pitchers y los intereres de las televisoras.
Nadie puede pensar que el torneo será del todo competitivo si se realiza en marzo, cuando la enorme mayoría de los peloteros se encuentra en etapa de pretemporada (acumulación de cargas) y su nivel de rendimiento apenas supera el 60 o el 70 por ciento.
Además, es inconcebible que todavía existan restricciones para los lanzadores (solo pueden lanzar hasta 65 envíos en la primera ronda, 80 en la segunda y 90 en semifinal y final).
Con esa regla el béisbol pierde parte de su esencia y las posibilidades de los abridores de avanzar hasta el fondo de los partidos se reducen drásticamente, elevando aún más la importancia de los relevistas intermedios y los cerradores.
Como sea, el Clásico será un torneo de alto nivel. Varios de los mejores jugadores del planeta prestigiarán la justa y, dentro de dos meses, se dispondrán a ensuciar sus uniformes en busca de la gloria para su país.
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