Boxeo femenino seguirá ausente en Cuba

¿El motivo? Que para la venidera Serie Mundial de Boxeo (SMB) se incluirían dos féminas en cada duelo bilateral, una en el formato C-1, y otra en el C-2, por lo que cada cartelera mostraría cinco pleitos entre hombres, y uno entre damas.

Sin embargo, las Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) parece haber dado marcha atrás y, salvo que se apruebe lo contrario en diciembre en su Congreso Extraordinario, lo cual parece muy poco probable, debutarán las mujeres en la SMB-2017, pero solamente como exhibición.

Este cambio de bola vino como anillo al dedo a los detractores del boxeo femenino en Cuba, que por desgracia están bien encumbrados, porque le han puesto la luz roja a la Federación nacional, donde me consta que existe el ánimo de arrancar cuanto antes la práctica del pugilismo con faldas.

Por disciplina, desde las oficinas del ente rector del deporte de los puños en el país acatan lo que viene “de arriba”, pero comentan a este redactor que seguimos perdiendo un tiempo muy valioso en una modalidad que es olímpica desde Londres-2012, o sea, que hemos dejado de aspirar a seis oros nada despreciables, sin contar los otros Juegos multideportivos.

Yo confieso que no disfruto viendo a las mujeres boxeando, pero hay otra decena de deportes que tampoco me atraen, y no por eso tienen menos valor.

Además, aquí lo más importante es el derecho de cada cual a involucrarse en la disciplina que prefiera. Claro, me dirán que nadie les niega ese derecho, pues se les permite adiestrarse en las instalaciones existentes, pero vamos, quien decide ir a un gimnasio para recibir golpes merece al menos la oportunidad de competir oficialmente. La gran mayoría no será una boxeadora de elite, pero tuvo su chance, y al menos la dejaron intentarlo.

No estoy siquiera pensando ya en lo que se pueda conseguir a nivel internacional, pues la demora en entrar en acción nos va a costar unos cuantos ciclos olímpicos (veamos el ejemplo de la lucha y el levantamiento de pesas), sino sobre todo en esas muchachas que sueñan con integrar una delegación cubana y se les va la juventud a la espera de una autorización que no acaba de llegar.