Ir al cine: un hábito en declive en América Latina
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Las plataformas de contenidos audiovisuales en internet y la facilidad de las descargas en línea, son frecuentemente citados como motivos para explicar la menor afluencia a los cines. En Buenos Aires o Montevideo, salas majestuosas con capacidad para cientos de personas se convirtieron en tiendas o iglesias, o cayeron ante la especulación edilicia.
El caso de Uruguay es paradigmático: en 1953, solo en Montevideo se vendieron casi 20 millones de entradas para cines. En ese entonces la ciudad no llegaba al millón de habitantes. En 2013, fueron al cine tres millones de espectadores en todo Uruguay, cuya población es de 3,4 millones de personas. En 2014, un estudio académico reveló que un 36,5 % de los uruguayos no va al cine desde hace años.
Que ir al cine sea "un poco cosa del pasado" se debe a varias causas y la única manera de explicar este fenómeno "multicausal" es tener en cuenta dimensiones como las edades o el nivel de ingreso de los espectadores, indicó a Sputnik María José Santacreu, coordinadora general de la Cinemateca Uruguaya, uno de los principales archivos fílmicos de América Latina. Esta organización posee un circuito de exhibición de películas independientes.
"Cuando el cine era súper popular iban millones de personas, era mucho más barato. Era realmente mucho más popular en el sentido del acceso. El entretenimiento era un arte que la gente identificaba. No en vano se decía que Hollywood era la fábrica de sueños. Ahora nadie diría eso", valoró Santacreu.
En otros países de América Latina, las personas que no han ido al cine superan a las que sí lo han hecho. Según una encuesta realizada en 2014 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, a escala nacional el porcentaje de personas mayores de 12 años que asistió al cine en el año previo fue del 33,8%. Sin embargo más de la mitad de los bogotanos (51,8 %) fueron al cine en ese período.
La última encuesta nacional de participación y consumo cultural de Chile, realizada por el Ministerio de Cultura de ese país, muestra una disminución de las personas que no fueron en el último año al cine: este guarismo bajó de 63,7 % en 2005 a 53,4% en 2012. Sin embargo, el 45,2 % que miró una película en pantalla grande resulta netamente menor al 70 % que consumió contenidos audiovisuales en DVD o a través de una computadora. La falta de tiempo, de dinero y de interés son los motivos por los cuales los encuestados dijeron no haber ido al cine.
"La gente hoy ve películas. Eso no significa ver cine. El cine se supone que se ve adentro de una sala. La gente tiene tan poco tiempo que ya no va. Hoy día tenés una oferta de entretenimiento que hace que tengas que elegir entre una gama de opciones mucho más amplia", expresó la coordinadora de la Cinemateca Uruguaya.
Para Santacreu "ha cambiado el prestigio que puede tener estar al día con lo que se está produciendo, tener conocimiento de la historia del cine o seguir a un director" ya que los espectadores no encuentran el motivo del séptimo arte "salvo como un espectáculo".
"La pregunta interesante sería por qué la gente va al cine, qué es lo que va a buscar. Hoy en día es un espectáculo como cualquier otro. Puede haber una pantalla adelante tuyo o puede haber cualquier otra cosa. [Los espectadores] van para estar con otra gente, charlar, comer. Es como un paseo. Antes el cine significaba otra cosa", concluyó.
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