Celebran en Matanzas primer Festival de Teatro Rosa

El programa que comenzó este miércoles y culmina hoy  incluye presentaciones teatrales, danzarías, proyecciones audiovisuales, performance, entre otras propuestas.

Las puestas Por el Monte Carulé de Teatro de las Estaciones y Este maletín no es mi maletín, del grupo anfitrión, son algunas de las opciones teatrales que el público matancero ha tenido la oportunidad de disfrutar.
Una intervención plástica de Goerge Michael Milián titulada “Pink Power Machine”,  y las muestras colectivas Miradas y “Opus IV”, incluyen a las artes visuales en esta fiesta del arte que resulta una continuidad de la reciente Jornada contra la Homofoba y la Transfobia.

La compañía matancera Danza Espiral y la villaclareña Danza del alma, coinciden sobre las tablas para ofrecer una mirada desde el movimiento, la expresión corporal y el baile, a este antagonismo c0onstante entre discriminación y libertad.
La agrupación holguinera Trébol Teatro es otra de las invitadas al Festival que en  la mañana de este viernes propició un espacio profesional en el que especialistas de diversos campos como la psicología, la teología, a literatura y el arte, expusieron visiones desde cada una de esas disciplinas.

Con el apoyo del Consejo Provincial de Artes escénicas y el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz, la Iglesia de la Comunidad Metropolitana y el Centro Kairós tiene lugar el evento que, según dijo a Cubasí Pedro Rodríguez, especialista de Promoción y Relaciones Públicas del Mirón Cubano,  “aboga por la diversidad, pues pensamo0s que lo más importante es que la gente acepte que lo esencial es que todos somos seres humanos y como tal debemos tratarnos.”

En una nota sobre la participación de Teatro de las Estaciones en la primera edición del Festival de Teatro Rosa, su Director, Rubén Darío Salazar, escribió:

“Si en algo ha sido consecuente Teatro de Las Estaciones desde sus espectáculos, entre otras firmezas, durante los casi veintidós años próximos a cumplir en agosto, es en el criterio inclusivo de nuestros montajes respecto a todas las artes, edades, credos religiosos, sexuales, de raza o religión, que por una u otras razones han sido descartados en la palestra pública de lo llamado “tradicionalmente correcto”.

“No ha sido la nuestra una comprensión nacida a la luz de los conceptos de convivencia plural ganados tras años de batalla por segmentos sociales que debido a su elección amatoria han vivido en los lindes marginados. Mucho menos ha sido una visión  por moda o por ese doble rasero con que se manejan a veces  estos temas, empapados de una posición hipócrita o perdonavidas, por quienes se han sentido los dueños absolutos de la humanidad, ajenos a manchas, ataviados de una sospechosa asepsia que ya sabemos no existe.”