Wifi en Cuba: Regla no es la excepción (+ FOTOS y VIDEO)
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El conocido como Parque de las Madres, en el ultramarino municipio de Regla, es uno de los espacios capitalinos que, antes de terminar el año, se vio beneficiado por el servicio Wifi.
Un singular mensaje publicado en Facebook a las 14:06 del 31 de diciembre, daba fe de ello:
«Ahora mismo, en el Parque de las Madres de Regla, estamos reunidos hablando con nuestros familiares alrededor del mundo. Porque sí. ¡La Internet llegó a Regla!»
Y llegó justamente el pasado día 23. Desde entonces, mucho se les ha facilitado la vida a los habitantes de ese municipio que precisan navegar por la autopista de las comunicaciones.
Así lo atestigua la trabajadora de la empresa de gas licuado Gretel Bergara, de 25 años. Reglana de nacimiento, cuenta que camina más de dos kilómetros para llegar a este parque, porque vive en las inmediaciones del semáforo. Y lo dice con una sonrisa, porque antes iba a conectarse hasta la Villa Panamericana.
«La señal está muy buena, lo que pienso es que la debían poner en más lugares del municipio, porque por la tarde este parque se llena y entonces sí pasamos trabajo para conectarnos», comenta.
Son cuatro las antenas que desde cada una de las esquinas del parque sirven de soporte técnico, y como todavía faltaba medio día para la hora pico, a Niurka Hernández la comunicación con su hermano se le daba como si lo tuviera en la esquina.
«Es lo mejor que han inventado», asegura esta ama de casa de 42 años sin separarse del teléfono. Sobre la pantalla iluminada no solo confluyen los ojos de esta reglana de pura cepa. Como es el cumpleaños del hermano, han venido varios familiares y todos quieres escucharlo, felicitarlo.
Se prepararon para no echar nada de menos en el momento de la conversación y por eso les acompañaban pomos con refresco, con agua, termos con café… y muchos, muchos deseos de contactar con su ser querido.
«Es que hoy es un día especial. Y ahora, esta opción aquí en el parque es muy cómoda para nosotros, que antes teníamos que irnos para La Habana».
Igual de cómoda les resulta a los centenares de lugareños que en la actualidad se sirven de la Wifi en el pueblo, cuyo nombre autóctono era Guaicanamar, que significa «frente al mar» en lengua de los primitivos aborígenes que poblaron esas tierras, pertenecientes al cacicazgo indio de Guanabacoa.
Y frente al mar, surcado sin cesar por la popular lanchita de Regla que termina recorrido en el famoso «emboque», conversan los habitantes del lugar con sus seres queridos, con sus amigos, mientras les marca la inevitable huella de salitre traída por el aire que viene de la bahía, que circunvala al gran crucero MSC Opera, por estos días allí fondeado, y termina por aquietarse lentamente junto a las cintas azules dejadas a Yemayá en la orilla.
Margarita Bocalandro, de 54 años, es de las que va al Parque de las Madres con el corazón restallándole fuerte. Sobre todo cuando del otro lado escucha la querida voz de su hija y la ve tirándole besos desde Italia.
«Esta es la segunda vez que vengo. El primer viaje vine con mi sobrina, pero ahora estoy pasando trabajo aquí con el tablet, como usted me ve. Pero al final sale. No veía a mi hija desde hace cuatro meses y esta es una manera de tenerla más cerca; no es lo mismo oírla nada más, que hablar y verla, como se puede hacer aquí. Yo nunca fui a La Habana a conectarme, abrí la cuenta solo cuando pusieron el servicio Wifi aquí en el parque».
Aunque no llega a las casas, el acceso a la red de redes es hoy posible desde cada uno de los 168 municipios cubanos, ya sea mediante las Salas de Navegación, los Joven Club, hoteles o áreas Wifi, como la del Parque de las Madres, en Regla.
Allí también se dan cita José Luis y su mamá Mirta. No quisieron dar sus apellidos, aunque sí la opinión de que: «El servicio está bueno. Yo me he conectado en otros lugares y aquí la señal está mucho mejor. El parque lo prepararon. Se puede decir que el balance es positivo. Antes tenía que ir a Trasval, frente al parque Fe del Valle, o a la calle 23. Ahora todo me es más fácil, vengo caminando.
«La mayoría de la gente viene a comunicarse con familias y amigos, también a buscar subtítulos de películas o de series o para actualizar aplicaciones y programas. La velocidad de bajada depende de cuánta gente esté conectada en ese momento», precisa José Luis.
«Vamos a ver cuánto duran los asienticos, porque la señal está bastante buena», acota la madre, y vuelve a concentrarse en una conversación con alguien asentado a quién sabe cuántos miles de kilómetros de distancia.
El cuentapropista Mario Luis Jiménez, de 41 años, no era de los satisfechos cuando CubaSí le preguntó: «Resulta que no podían vender tarjetas porque no era posible entrar al sistema, me dijeron, y tenían que hacerlo por lo del número de carnet de identidad, y eso. Por tanto, nos vemos obligados a comprar tarjetas a sobreprecio. Pagué tres CUC por esta, y es una pena porque todo lo demás está muy bueno».
Mario Luis, quien vive en Regla hace cuatro años, abunda en que «gracias a la Wifi este parque mejoró porque estaba hecho un desastre y ahora está pintado, arreglado y hasta con luces por la noche. De que ha mejorado, ha mejorado. Esto era horrible, no había bancos y lo hicieron todo prácticamente en dos meses. Fueron ETECSA y el Poder Popular. Pusieron los cestos de basura y la gente está cuidando, incluso hay inspectores atentos para que no tiren los papeles o las latas en el piso».
Viene a conectarse por Facebook con sus amigos, a dejarles fotos de los últimos acontecimientos. «Esto nos hace mucho más fácil la vida. He visto a personas de hasta setenta y pico de años usando el Imo como si hubieran nacido con eso conectado a la cuna».
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