Programa nuclear iraní: Buen acuerdo, pero hay que cumplirlo

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Programa nuclear iraní: Buen acuerdo, pero hay que cumplirlo
Fecha de publicación: 
23 Julio 2015
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No pasaron ni 24 horas del acuerdo firmado por Irán y las naciones integrantes del Consejo de Seguridad, más Alemania, cuando personeros comerciales y financieros de este último país llegaron a Teherán para iniciar contactos sobre futuros convenios de inversión.

Pero a la hora de escribir estas líneas aun no se había  comenzado a levantar el grueso de las sanciones impuestas al pueblo iraní por Estados Unidos, la Unión Europea y Naciones Unidas, y los opositores republicanos norteamericanos amenazaban con torpedear el acuerdo, apoyados por halcones y el lobby favorable a Israel, que alegan que Teherán puede todavía construir una bomba atómica.

Se dice, y se sabe, que cuando dos partes opuestas quieren llegar a un acuerdo, deben ceder algo en sus posiciones, luego de vencer mutuas desconfianzas.

Así, Irán no producirá uranio altamente enriquecido durante los próximos 15 años, se deshará del 98% del material nuclear que posee y eliminará 2/3 de las centrifugadoras que tiene instaladas, todo lo cual puede ser verificado por la Organización Internacional de Energía Atómica.

El acuerdo se traduce en una gran victoria tanto para el presidente Obama como para su homólogo iraní, Hassan Rouhani, quien fue electo hace dos años bajo el compromiso y promesa de reducir el aislamiento diplomático de su país, de 77 millones de habitantes.

El Presidente norteamericano anunció que utilizaría el veto, si el  legislativo lo boicotea, y expresó a Israel y sus  aliados árabes sunnitas que “no tenemos que caer en la trampa de dejarlos que culpen a Irán por todos los problemas. Incluso, con tus adversarios, tienes que tener la capacidad de ponerte de vez en cuando en sus zapatos".

ANTES Y  DESPUÉS

El acuerdo alcanzado en Viena marca un antes y un después para Irán. Los iraníes esperan dejar atrás su marginación internacional y, sobre todo, ganar poder adquisitivo a medida que el levantamiento de las sanciones permita la recuperación de su economía. Los partidarios del pacto auguran también una región más segura, algo que sus vecinos árabes cuestionan temerosos de un Irán poderoso y seguro de sí mismo. De momento, para Occidente, y sobre todo para EE.UU., la República Islámica ha dejado de ser un enemigo para convertirse en un rival con el que se puede negociar.

“El gigante durmiente de la región está a punto de despertarse”, interpreta Ramin Rabi, director ejecutivo de Turquoise Partners, una firma financiera que tramita el 90% de todas las inversiones extranjeras en la Bolsa de Teherán. “Irán siempre ha sido un mercado con grandes oportunidades esperando la apertura. Con este acuerdo y la retirada de las sanciones, puede convertirse en un motor de crecimiento económico para toda la región”, pronostica.

Pero las posibilidades son más atractivas para líos propios iraníes. Durante las últimas semanas, la prensa local se ha hecho eco del potencial para su economía. Desde la largamente necesitada modernización de la industria petrolera (se estima que requiere una inversión de 250.000 millones de dólares en los próximos cuatro o cinco años), hasta la renovación de la flota aérea, muy obsoleta debido a las sanciones.

Otros cambios van a tener un impacto mucho más inmediato en la vida cotidiana. Quizá el mayor de ellos sea la reincorporación al sistema SWIFT de transferencias bancarias. Esa simple exclusión ha dejado a los iraníes aislados financieramente del mundo. Para los pequeños empresarios encarecía el pago de los materiales que tenían que hacer a través de intermediarios en Turquía o Dubái. Para muchas familias, imposibilitaba enviar fondos a los hijos que estudiaban en el extranjero, o simplemente pagar una compra en Internet.

Esa reactivación debiera abrir posibilidades para los jóvenes, que suman dos tercios de la población y tienen una tasa de paro superior al 50%. Cada año 1,2 millones entran el mercado de trabajo, muchos de ellos titulados universitarios, con escasas posibilidades hasta ahora de encontrar un empleo a la altura de sus aspiraciones. De ahí que sean ellos, chicos y chicas que han nacido después de la revolución de 1979, e incluso después de la guerra contra Iraq de la década siguiente, quienes más celebren el acuerdo.

El presidente Hasan Rohaní pertenece al grupo de dirigentes que decidieron apostar por la negociación y el diálogo como vía de salida a una situación injusta para Irán.

PELIGRO LATENTE

Irán sigue siendo el principal objetivo imperialista en la zona, por lo cual se sigue fortaleciendo la estructura militar montada en Diego García, isla africana donde Gran Bretaña expulsó a la población autóctona para convertirla en una gigantesca base.

Como publicó el colega Habana Radio, submarinos norteamericanos dotados de cabezas nucleares forman parte de un dispositivo preparado desde el 2010  para destruir unos 10 000 objetivos de Irán en pocas horas.

Asimismo, medios británicos e israelíes afirmaron que Arabia Saudita mantiene un corredor para un eventual bombardeo de Israel a Irán, como los dos que abrió Jordania para los drones de Tel Aviv que actúan contra Siria.

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