Las mujeres a menudo son víctimas de abusos durante el parto: estudio
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"Todas las mujeres tienen derecho a la mejor calidad de atención de la salud, lo que incluye el derecho a acceder a cuidados dignos y respetuosos durante el embarazo y el parto, así como también a no ser víctima de violencia o discriminación", sostuvo la autora principal del estudio, Meghan Bohren, estudiante de doctorado de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins, en Baltimore.
La experta aseguró que el maltrato durante el parto viola los derechos humanos fundamentales de una mujer.
En PLOS Medicine, su equipo publicó que las estrategias para reducir la mortalidad materna incluyen la promoción del acceso a la atención prenatal y gestacional de calidad, como así también de tener al bebé en centros de salud.
El primer paso para mejorar la calidad de la atención es documentar sus fallas. Los autores analizaron las experiencias durante el parto que otros autores habían detallado en 65 estudios de 34 países. Las mujeres se quejaron de haber recibido golpes, pinchazos y cachetazos o que las hubieran inmovilizado con ataduras durante el parto.
Otras quejas contra los profesionales de la salud incluían el uso de palabras duras o rudas o que las hubieran "avergonzado" con comentarios inadecuados sobre la actividad sexual, en especial si eran adolescentes o mujeres solteras. Los profesionales también las habían amenazado con no asistirlas o atenderlas mal por "portarse mal".
Muchas mujeres se sintieron discriminadas por la etnia, las creencias religiosas, el nivel socioeconómico, la edad y el estatus de VIH.
Además, las participantes mencionaron una cantidad excesiva de exámenes clínicos o el dolor que sintieron durante su realización, la negación del personal a administrarlesanalgesia, la ausencia del consentimiento informado y la violación de la confidencialidad.
Algunos procedimientos médicos les habían provocado temor por una mala comunicación con los profesionales. A algunas mujeres les habían permitido que su pareja presenciara el parto o las habían obligado a dar a luz acostadas, en lugar de permitirles hacerlo en cuclillas o arrodilladas.
El exceso de trabajo y la falta de personal provocaron esperas demasiado prolongadas y sentimientos de abandono. A veces faltaban medicamentos, guantes y sangre para transfusiones. En algunos centros, las mujeres tuvieron que sobornar con dinero a los profesionales para poder recibir una mejor atención.
Las participantes se quejaron de la falta de privacidad durante los exámenes vaginales y abdominales. Algunas evitaron hacer comentarios por temor a que las maltrataran o porque desconocían sus derechos. Y muchas mujeres dijeron que las experiencias negativas las convencieron de tener al siguiente bebé en casa, en lugar de hacerlo en un hospital.
Sheela Raja, psicóloga clínica de University of Illinois, Chicago, opinó que los resultados son alarmantes porque describen un momento, el parto, de alta vulnerabilidad para las mujeres.
Raja, que no participó del estudio, comentó que sus estudios sobre la deshumanización del sistema de salud había demostradoque las mujeres de bajos ingresos de Estados Unidos perciben que existe una falta de privacidad en la atención, una mala comunicación con los profesionales, que las juzgan o subestiman por el nivel socioeconómico o la cobertura.
FUENTE: LOS Medicine, online 30 de junio del 2015.
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