Entre mortales y giros… ¡Ojo con Manrique Larduet!

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Entre mortales y giros… ¡Ojo con Manrique Larduet!
Fecha de publicación: 
26 Mayo 2015
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Se trata del cubano Manrique Larduet, capaz de agenciarse tres cetros y dos preseas de plata en un circuito cualitativamente superior al de los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, donde lanzó la clarinada sobre su calidad.

Es cierto, a la urbe lusitana no asistieron los pesos pesados de China, Estados Unidos, Japón, Europa y las ex repúblicas soviéticas, pero eso no demerita el rendimiento del santiaguero Larduet, capaz de imponerse sobre gimnastas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, todos rivales directos en los venideros Juegos Panamericanos de Toronto, y con mucho mayor kilometraje. De hecho para el indómito de 18 años constituía prácticamente su estreno en ese entorno.

Hablábamos de Veracruz, donde Larduet se inscribió como máximo acumulador avalado por 88.900 puntos (14.600 en manos libres, 13.500 en arzones, 15.050 en anillas, 15.300 en caballo de salto, 15.650 en paralelas y 14.800 en barra fija). Hasta ese minuto pudo ser visto como un eléctrico para el colombiano Josimar Calvo 88.150 (14.950-13.800-14.500-14.900-15.700 y 14.300), y el puertorriqueño Luis Ramón Rivera 86.250 (15.000-13.950-14.450-14.700-14.000 y 14.150), sus sucesores y quienes vieron desmoronarse como castillo de naipes su cartel precompetencia de favoritos.

En Portugal, nuevamente Larduet se vistió de mata-gigantes, con ejecuciones impecables, de elevado grado de complejidad, y explotando esa ventaja biológica que le confieren a los exponentes de la gimnástica y el clavados que poseen baja estatura.

La gracia dorada la inició en los ejercicios sobre el tapiz, cuando sus 15.075 (desglozados en 8.475 por la ejecución y 6.600 de dificultad) se antojaron inalcanzables para los restantes siete finalistas. A sus espaldas murmuraron el esloveno Siga Zilc (14.925) y el brasileño Caio Souza (14.750). Válido señalar que los 6.600 de complejidad de nuestro exponente constituyeron los de más alto grado de complejidad entre los inscritos.

Al vellocino de manos libres adicionó los de caballo de salto gracias a 14.812 (promedio resultante de las dos ejecuciones de 14.725 y 14.900), y la barra fija con 14.975.

En el salto relegó al británico Dominick Cunningham (14.625) y al letón Vitalijs Kardasovs (14.587), mientras le escoltaron en la barra fija el también auriverde Francisco Barreto (14.950) y el otro exponente de Cuba,  Randy Lerú (14.400), respectivamente.

Los subtítulos llegaron en las anillas (14.925) inferiores a los 15.275 del argentino Federico Molinari, y en las barras paralelas.

En este último aparato persiste la espina que trae clavada Larduet desde la cita multideportiva regional jarocha: Larduet  se vistió de etiqueta, gracias a unos 15.625 (9.025 de ejecución y 6.600 de dificultad) de clase universal, pero nuevamente el cafetero Calvo, considerado un de los mejores exponentes del planeta en dicha modalidad, se le antojó la piedra en el zapato con 15.950 (9.150-6.800) prácticamente de otra galaxia.

Baste destacar que en el Mundial de Nanjing, China, el pasado año, la puntuación alcanzada en Anadia le hubiese valido a Jossimar la presea de plata, al acecho del ucraniano Oleg Verniayev (16.1125).

Una mirada incisiva a un posible rendimiento excelso de Manrique Larduet en la nación de la hoja de Maple, arroja que debe pulir esencialmente sus ejecuciones en el caballo con arzones si de colarse en el podio del all around se trata. El resto de sus pruebas exhiben una calidad bastante pareja. Claro, que a veces bastante pareja no es suficiente.

Y ni rivales, incluidos los lobos estadounidenses, ni jueces, lo verán ya como el eléctrico de Veracruz.

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