Falleció el destacado editor y sonidista Salvador Combarro
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Salvador Combarro no era lo que suele decirse un tipo famoso, no estaba frente a la cámara, no figuraba en los créditos de las producciones más comerciales del audiovisual cubano. Su nombre, en cambio, estaba entre los que han documentado la historia de este país; a eso dedicó más de la mitad de su vida.
Lo conocí poco; lo vi muchas veces junto a Roberto Chile, su compañero y amigo entrañable; conversamos algunas veces, pero nunca faltó el reconocimiento a su trabajo y a su talento en mis entrevistas a Chile, en nuestras conversaciones personales, y es que es inevitable agradecer su entrega en materiales imperecederos como Esencias, La Colmenita en Estados Unidos; Justicia en Londres, sobre el caso de Los Cinco; y Chávez y Fidel, hasta siempre.
Destacado editor y sonidista de la Oficina de Historia del Consejo de Estado, tuvo la oportunidad de acompañar al Comandante en Jefe Fidel Castro en múltiples viajes y recorridos por Cuba y el mundo. También tuvo la oportunidad y la disposición de acompañar a su pueblo en cada batalla, en cada alegría, y reservó todo su talento y creatividad para reseñarlas con la belleza que merecen.
Al momento de su fallecimiento, Salvador Combarro laboraba en la actualización del archivo histórico audiovisual del Consejo de Estado. Aún no había cumplido los cincuenta años y ya imprimió su huella en la obra de arte mayor, que es la Revolución Cubana, y en la difícil, tremendamente compleja obra que es la vida misma; lo prueban los amigos que aun sin lograr despedirse, saben que no lo van a dejar ir jamás.
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