La Florida: Su trágica e increíble pobreza
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Una periodista del Miami Herald, Jenny Staletovich, reportó este miércoles que la pesquisa estuvo a cargo de United Way of América.
Ella incluyó una foto de Alicia Smith y su familia, una de las tantas que en el sur de la Florida “caen por debajo del nivel de pobreza”.
Citando el reporte de United Way agrega que el 50 por ciento de los habitantes de ese estado, incluida gran parte de su glamorosa mitad sur, sobrevive a duras penas.
Un año atrás la Oficina del Censo de Estados Unidos informó que en la Florida radicaban entonces unos 19 millones de personas.
Por su lado, Staletovich añade que ahora les resulta difícil cubrir los gastos de la comida, vivienda, el cuidado de los niños y otras necesidades básicas.
Lo notificado en estos momentos se denomina El Informe Alicia (Alice Report), que examina a los pobres con trabajo, “esas personas atrapadas entre los indigentes y la clase media del país”.
A nivel estatal, puntualiza United Way, hay unas dos millones 100 mil familias que caen dentro de esa categoría.
Por ejemplo, en el municipio floridano de Miami-Dade, el 21 por ciento de ellas vive por debajo del nivel de pobreza.
Otro 29 por ciento, recalca el escrito, “no puede permitirse un presupuesto de supervivencia”.
Una dirigente de United Way, María C. Alonso, declaró:
“Esto es pasar trabajo sólo para conseguir educación, acceso al cuidado médico, transporte y atención a los niños”.
Quizás este sombrío panorama ayude a comprender mejor la intención expuesta por cubanos radicados en aquellos predios de regresar a su nación de origen.
Un caso los sintetiza. El pasado 25 de septiembre una columnista del Nuevo Herald, Diana Ferro, abordó el tema.
Lo hizo bajo el titulo: Cubanos Equivocados, y sin proponérselo asomó la tragedia que una parte de ellos sufre por allá.
“¡Esta generación de cubanos me da vergüenza!”, escribió, los escucho desacreditando a este país y “susurrando su deseo de regresar”.
Por cierto, una idea repetida este miércoles 12 de noviembre en la sección Cartas, de el Herald.
Inevitablemente vienen al recuerdo años posteriores al triunfo de la Revolución cubana de 1959.
Entonces la poderosa maquinaria propagandística de Estados Unidos desató una enardecida campaña respecto a la superioridad de su modo de vida frente al cubano.
Desde aquella época, sin mencionar –ni una sola vez- los graves daños que su bloqueo imponía a la ex neocolonia estadounidense.
Luego de transcurrir unos 55 años, la imagen de sus antiguas vidrieras de Miami y la Florida brindan hoy, como mínimo, vergüenza.
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