Leo Brouwer, un tesoro nacional viviente

Leo Brouwer es un tesoro viviente; para suerte nuestra es cubano, aunque su música ha recorrido el mundo y- sin chovinismo alguno- es ya un legado para la Humanidad. No lo decimos nosotros los cubanos, lo reafirman los grandes artistas del planeta.

En cada una de las ediciones del festival que lleva el nombre del gran guitarrista, compositor y maestro cubano, hemos escuchado a grandes figuras de talla internacional referirse a Brouwer como una inspiración y un ejemplo en el mundo de la música y las artes.

Precisamente han sido su prestigio y la admiración que despierta en los artistas, sus claves para convocar a grandes de la música a tocar en Cuba durante los festivales que él y su equipo organizan.

Y como dice el propio Brouwer son grandes, no necesariamente célebres en los medios, pero sí capaces de crear obras que van más allá de los prejuicios entre lo culto y lo popular. Simplemente son autores de “músicas inteligentes que se fusionan en un maridaje perfecto”.

La diversidad, lo patrimonial y lo novedoso han conformado siempre el menú que el maestro Brouwer nos regala cada año en esta temporada única de conciertos, exclusiva por su alto nivel artístico, pero abierta a todo tipo de público dispuesto a descubrir, a soñar a través del sonido.

El festival nos trasciende a todos, comenta el cantante cubano Augusto Enríquez y asegura que Leo Brouwer es un prócer de la música.

Desafortunadamente la oficina de Brouwer anunció que esta edición del festival será la última, pero desde ya público y artistas que han estado involucrados en dicho evento demandan su continuidad.

El pintor cubano Eduardo Roca “Choco” recordó, en un encuentro con la prensa, que durante años Leo “ha reunido un montón de gente prestigiosa dentro y fuera de Cuba” y señaló que con este festival su obra también ha dado un vuelco.

“No sé cómo vamos a hacer para continuarlo, pero esto no se puede parar”, dijo Choco. “Pa´lante que el mundo se va a acabar”, exhortó. Y con este mismo ánimo nosotros también pedimos más festivales y decimos con nuestro aplauso: “Gracias, Maestro”.