Reinieri Salas: Cuando la plata es el mineral sagrado
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No es minero, puede que use jeans Levi’s, Lee o Lois, pero nada de eso constituye la esencia. Sí el hecho de que para él, parece ser la plata el mineral sagrado.
Se trata del capitalino Reinieri Salas (nacido el 17 de marzo de 1987), quien vio romperse el celofán de su casillero de puntos permitidos en el 2014 justamente en el certamen donde se reunió crema y nata de la lucha: hablamos del Mundial de Tashkent, Uzbekistán, del Palacio de los Deportes, donde desde este lunes y hasta el domingo probarán sus tackles, llaves y desbalances un millar de gladiadores de 80 países.
De ellos 38 pugnaron en la división de 86 kilogramos, donde “el gimnasta” Salas, mote adquirido por haber practicado antes esa disciplina deportiva se sintió como pez en el agua y emergió airoso en cinco de sus seis combates, performance válido para emular su actuación de Budapest 2013, y de paso agenciarse su tercer metal al máximo nivel, pues también había tackleado de bronce en Moscú 2010.
Y digo como pez en el agua pues casualmente la instalación de suelo uzbeco fue concebida esencialmente para competiciones de Gimnasia.
De vuelta al rendimiento de Salas, nuevamente su organigrama fue un calvario, el simple hecho de que tuvo que desarrollar un combate más que su verdugo, el ruso de 18 años Abdulrashid Sadulaev, lo dice todo. Inició su andadura con superioridad técnica (12-2) sobre el sudafricano Armando Hietbrink, luego doblegó 10-3 al indio Naresh Kumar, su víctima de octavos de final por 6-3 resultó ser el japonés Atsushi Matsumoto, en cuartos dispuso 4-2 del peligroso iraní Askari Mohammadian y en semifinales doblegó in extremis 1-0 al azerí Gamzat Osmanov.
No en vano, pese a su juventud, Sadulaev es un gladiador atemorizante. Conocido como “el tanque” fue capaz de recetarle superioridad técnica (10-0) al antillano Salas —único capaz de repetir entre los medallistas de la versión de la capital húngara— en el pleito decisivo. En dicha categoría los bronces quedaron en poder del propio Mohammadian, y el turco Selim Yasar. Sadulaev, doble as universal entre cadetes y titular europeo en la presente campaña, solo permitió tres puntos técnicos y resolvió cinco de sus seis batallas por la vía rápida. Una señal al resto de los hombres de su categoría, pues si a su juventud le suma esa sobrada calidad ascendente, estará llamado a establecer su feudo, como lo han hecho antes muchos, entre ellos el ruso Alexander Karelim y el gigante de ébano Mijaín López, ambos de la división súper pesada.
Al ser interpelado sobre el rendimiento de su coequipero Salas, el grequista Ismael Borrero (59 kg) aseveró: “El gimnasta estuvo muy bien, tuvo contrarios de sumo cuidado como el iraní y el azerí de la semifinal. Manejó todas las situaciones de combate con disciplina táctica pero en la final se confió un poco, el ruso salió muy preciso, aprovechó los errores y la desconcentración y lo liquidó muy rápido.”
En la apertura los 57, 70 y 125 kg igualmente tuvieron accionar en la apertura. En la primera de las categorías el podio lo coparon por ese orden Il Kyong Yang, de la República Popular Democrática de Corea, el georgiano Vladimer Khinchegashvili, y el iraní Sabzali Rahimi y el bielorruso Aladzislau Andreyeu.
Rusia también se apoderó de la corona en los 70 por intermedio Khetik Tabolov, secundado del turco Yakup Gor, el bielorruso Ali Shabanau y el anfitrión Bekzod Abdurakhmonov. Cierran los 125, donde el turco Taha Akgul emergió monarca. Le secundaron el iraní Kornil Gashemi, el estadounidense Tervel Dlagnev y el ruso Khadzhimurat Gatcalov.
Hoy asaltarán el colchón por Cuba el subtitular del orbe y bronce olímpico de Londres 2012, Liván López (74), y los debutantes en instancias mundialistas Javier Cortina (97) y Yowlys Bonne (61).
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