SOS: los valores están en crisis
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La vida no está fácil, el mundo convulsiona en medio de la crisis económica mundial, y como si no bastara, los valores se han sumado a la larga lista de cosas que están por extinguirse.
Antes todo era menos complicado, el SIDA no existía, las drogas eran cosa de los indios para ver fantasmas, el respeto primaba ante todo y los modales y la educación se aprendían bien. La frase «La juventud está perdida» siempre ha existido para justificar faltas, pero ¿será la juventud la que está perdida o son los valores?
En estos tiempos, las gracias se escuchan poco, parece que no quedan muchas personas agradecidas, o quizás ya el acto de agradecimiento no sirve para hacer un cumplido, se volvió mudo y no recobra la voz, si no viene acompañado de un regalito, de preferencia en CUC.
Los sueños se han empolvado y acumulado en los cajones, siempre hay algo más importante que hacer que salir a la calle a cumplirlos o simplemente intentarlo, la prioridad es para las banalidades, las cosas del momento, el mundo del consumismo, el valor de lo de afuera.
Tanto miedo que le hemos tenido siempre a una guerra con la tecnología, nos ha cegado a la hora de entender que no tendremos que enfrentarnos a robots, ya lo estamos haciendo entre nosotros.
La ambición ha llevado a olvidar la razón por la cual vivimos, y si hay que pasarle por encima a alguien para ser felices, hay quien no lo piensa dos veces.
Divertirse en otros tiempos era posible sin el alcohol, ahora el ingrediente que no puede faltar para lograr el ajiaco de la alegría en un grupo que festeja algo, es la bebida -en el mejor de los casos-; cuando no, aparecen los alucinógenos para querer constatar si existen los universos paralelos.
Otrora la gente era feliz con unas boticas, unas mediecitas tejidas y una blusita sencilla. En estos amaneceres la moda de París o ¡peor!, de Ecuador… ha colonizado muchos cerebros y los estereotipos se reproducen a diario.
Se perdieron las raíces, se borraron las costumbres, lo de afuera es lo mejor y lo nuestro se volvió cheo, dicen quienes ven el apocalipsis en esta crisis de valores.
Las cartas de amor, tan largas, por las que se desvelaban las mujeres, pensando en si las palabras serían ciertas o no, se volvieron mensajes de texto de un teléfono celular a otro, y lo que pudo ser toda una composición romántica se resume a las siglas TKM.
«La juventud está perdida», así limpian nuestros padres y abuelos su culpa en todo esto, así justifican lo que tal vez ya no tenga solución, pero nada hacen por cambiarla; sin saberlo la alientan y ya hasta la siguen.
La crisis de valores es real, existe, se hace necesario un rescate de los modales, las costumbres, la educación, pues ya se está haciendo imprescindible cambiar y aceptar que hay que lanzar bengalas para rescatar los valores, que tanto importan.
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Carlos*
Miguel
ana
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