Formell, tú eres Cuba

Comenzar un artículo sobre Juan Formell es lo más difícil que un periodista cubano puede experimentar en este momento, porque la muerte inesperada del fundador y líder de los Van Van, la orquesta más gloriosa de esta isla, nos ha dejado a todos con un nudo en la garganta y con los dedos dormidos para teclear alguna frase.

Lo más coherente que me viene a la mente ahora mismo es que su persona y su obra son la imagen de todos nosotros. Formell, tú eres Cuba, y estoy segura de que lo sabías, de que lo percibías en cada sonrisa agradecida, en cada aplauso de tu público. Pero lo mejor que tuviste —y por eso eres tan grande— es que lo asumiste con humildad y nos correspondiste siempre con tu música que, en todas las épocas, fue exitosa y profunda.

Tantas cosas me hubiera gustado decirle y siempre pensé que habría tiempo, por ejemplo, de contarle lo orgullosa que me sentía de ocupar un primerísimo plano en el DVD de su concierto en el Karl Marx en 2006, que Van Van para mí es lo máximo... Miles de cubanos como yo podrían decirle lo mismo.

Como casi todos mis colegas, tenía pensado entrevistarlo próximamente, ya que este 2014 se cumplen 45 años de los Van Van y el propio Formell prometió una gran celebración dentro y fuera de Cuba.

Él ha sido continuamente una figura ineludible para cualquier periodista que quiera escribir sobre música cubana. Es alguien a quien uno no puede evitar acercársele y hacerle al menos una pregunta en cualquier sitio donde lo encontremos, no solo porque hablar de Van Van siempre genera una buena noticia, sino porque en especial él nos trataba a todos por igual, con una cortesía que le era inherente y con entusiasmo.

La última cosa que esperábamos escuchar en las noticias de ayer, Primero de Mayo, era su fallecimiento. Confieso que en ese instante no derramé una lágrima, más bien me sentía en shock y apenas atiné a llamar a mis jefes y a una amiga periodista que, como yo, es una eterna vanvanera.

Decidí escribir porque hoy sí no pude contener el llanto. Solo escuchar su música, ver esos videos de antaño que nos parecían tan simpáticos, o recordar lo gratificante que era verlo con su bajo sobre el escenario, me hace sentir como si hubiera perdido un amigo. Y creo que ahora mismo los cubanos se sienten como si faltara alguien de la familia.

En marzo pasado vimos a Formell de cerca recibiendo el Premio EGREM con motivo del aniversario 50 de esa empresa discográfica, y estaba alegre.

En la navidad de 2013 tuve la oportunidad de conversar con él. Durante la charla se me agotaron las pilas de la cámara y gracias a un colega de la televisión pude grabar algo más para escribir, pero me quedaban tantas cosas pendientes. Me fui ese día lamentándome de la tecnología y estaba segura de encontrar otro momento para seguir hablando del aniversario de la banda y del nuevo disco que están preparando: La Fantasía. Se mostró feliz por el nuevo hijo que estaba esperando. «Es un varón, me dijo, y estoy contento».

Ese día nos habíamos reunido la prensa e instituciones culturales para agasajar a Formell por sus premios internacionales recibidos en 2013, año que fue de mucho éxito para la orquesta. Ganaron el WOMEX y luego al «papá» de los Van Van lo distinguieron con el Grammy de Honor.

Recuerdo que Formell no permaneció en aquella actividad de forma pasiva, no se sentó a escuchar simplemente todas las cosas lindas que le decían la gente y muchos artistas cubanos que allí estaban.

Con esa visión realista y de futuro que siempre lo identificó, habló de algunas estrategias que los funcionarios encargados de la música cubana deberían seguir para que esta fuera más difundida en la radio y medios internacionales. Se refirió a la oportunidad que nos dan Internet y las redes sociales para posicionarnos en el mercado mundial como nuestros artistas merecen.

Formell supo reunir desde el principio un todos estrellas en su banda. Grandes músicos cubanos como Pupy, Pedrito Calvo, Changuito, y más recientemente el cantante Mayito Rivera, dejaron allí su impronta. Los dos primeros crearon luego sus propias orquestas, que están entre las más populares de Cuba, y aun así, en cada concierto que comparten juntos o en cada ceremonia, los escucho decir a todos que la mejor escuela que tuvieron fue Van Van y que Juan Formell es un maestro excepcional.

No es una mera coincidencia el hecho de que tantas generaciones de cubanos tengan a la música de Van Van y sus álbumes como sus tesoros más queridos. Creo que entre los mejores logros de la banda está el haber hecho bailar a los cubanos, ya fueran hippies, salseros, amantes de la música romántica, repas… en fin, porque Formell compuso de todo para nosotros.

Hace unos años Van Van es dirigido por su hijo Samuel, un excelente baterista. Ya sabíamos que Formell estaba dejando las cosas en sus manos y no siempre aparecía en todas las presentaciones de la orquesta. Sin embargo, él seguía dando el visto bueno a cada tema, a cada disco que viera la luz.

«Van Van está en su mejor momento», me dijo en aquella última entrevista, y cuando le pregunté si entonces el éxito de la agrupación seguía estando en las manos de Juan Formell, me respondió que la gloria de todos estos años ha sido siempre gracias a la familia, no a él solo.

Con esta noticia, tal parece que nos están jugando una mala pasada, porque repito, es difícil asimilar que ya Formell no está, pero de cualquier manera la música no puede parar, Van Van tiene que seguir siendo la orquesta insigne de la isla, el tren que sigue ahí, la leyenda... Así lo hubiera querido Juan Formell, así lo quiere Cuba.