Holguineros compran agua a domicilio (+ FOTOS y VIDEO)
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Comprar el agua les parece normal. Tener puntos en donde adquirirla también. ¿Y que pase un aguatero por sus casas? Nada que asombre. No encuentro mejor calificativo para lo descrito que el que acuñara Alejo Carpentier: se trata de una «realidad maravillosa».
Cualquiera pensaría que los acueductos no funcionan, o que el sistema hidráulico holguinero es distinto al del resto del país. Sin embargo, no es ello lo que motiva tal actitud de comprar el líquido: los nativos miran con cierta sospecha las aguas de las presas y embalses, o simplemente lo toman como una tradición que, al igual que cualquier otra, se ha enquistado en la cotidianidad provinciana.
El oficio de aguatero siempre existió. Los hubo desde la etapa colonial, y muchas veces la labor recaía en la figura del fraile. En el presente se inscribe entre las nuevas formas de trabajo por cuenta propia que tienen cabida hoy en el país. Quienes realizan esta tarea se registran como servidores de agua a domicilio, con tarifas reguladas que oscilan entre uno y cinco pesos cubanos, y acuden a pozos legalmente establecidos para la actividad.
El Bosque y El 18 Plantas constituyen algunos de los sitios de abastecimiento, de cuya asistencia la población se libera gracias a los aguateros. En este sentido, aunque la tradición ha demostrado tener bastante fuerza, hoy día resulta un desafío para los residentes y más aún para los aguateros la persistencia del oficio, porque desde 2007 se implementó un programa de rehabilitación del acueducto de Holguín, que prevé la restitución de plantas potabilizadoras y la construcción de tanques de almacenamiento de agua con gran capacidad.
Más allá de lo hasta aquí descrito, es curioso el modo en que los distribuidores de agua la hacen llegar a los consumidores. Unos se hacen de carritos, carretones, que a la vista no suscitan demasiada impresión. Pero otros andan en burros o mulas en plena ciudad.
El epíteto, más que Ciudad de los Parques, debería hacer alguna referencia a las aguas. El proyecto de los parques responde a la intención de evitar las inundaciones que provocan los aguaceros primaverales desde tiempos pretéritos. De ahí que la filosofía seguida para su construcción denote un trazado escalonamiento.
Por otro lado, el actual programa de reestructuración de los acueductos holguineros benefició en 2013 a unas 35 mil personas, así como logró la sustitución de más de 43 kilómetros de redes, con lo cual se evita la pérdida de alrededor del 50 por ciento del agua que se bombea. Aún así, las conquistas del flujo hidráulico de la provincia dependen de la acción coordinada de los profesionales del sector y los propios aguateros, que simbolizan una tradición que recorre las calles desde tiempos tal vez inmemoriales.
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Amauris Domínguez Me
A.R.GUZMAN
A.R.GUZMAN
SILVIA
Rabbytt2014
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