Mundial de boxeo: los mismos, pero diferente
especiales
Visto superficialmente, el Mundial de boxeo recién concluido en Kazajstán se parece mucho al de Bakú-2011; el mismo segundo lugar para Cuba, y los mismos campeones de hace dos años. Sin embargo, en ambos casos los oros tuvieron matices de algo más.
Lázaro Álvarez debutaba en certámenes de este tipo en una nueva división, y prácticamente no se notó su ascenso, como esperaban técnicos y especialistas, que hasta última hora estuvieron valorando su subida de peso.
Julio César La Cruz, por su parte, demostró que lo sucedido en los Juegos Olímpicos de Londres-2012 fue apenas consecuencia de una mala noche, y volvió a derrochar maestría en cada salida al encerado, como lo venía haciendo antes y después de la fatídica justa cuatrienal.
Yasniel Toledo volvió a quedarse a un paso del oro, pero ratificó que sin mucho ruido sigue siendo un seguro en el podio de premiaciones, algo que no es tan fácil de encontrar.
Arisnoidis Despaigne se ganó todos los elogios posibles. De invitado de última hora se convirtió en la gran revelación de la comitiva antillana, con una plata que vale muchísimo más en su palmarés, y sobre todo en su confianza, pues su inestabilidad tanto dentro como fuera de casa hacía mella en sus posibilidades.
Yosbany Veitía al fin regresó de una gran competencia planetaria con una presea, dando la razón a quienes siempre creímos en sus posibilidades. Pudo avanzar un poco más, pero su rival de semifinales también gozaba de gran calidad.
Por debajo quedó el campeón olímpico Robeisis Ramírez, con todo y que estaba en otro peso, porque hasta el momento había lucido muy bien en los 56, y debió llegar al estrado de premiaciones.
Los demás, si bien ellos y sus preparadores aspiraban lógicamente a quedar mejor ubicados, quedaron dentro de lo normal. Gerardo Cervantes, Ramón Luis y Yohandy Toirac estaban en su primer Mundial, y en el caso del primero, cayó ante uno de los grandes de su categoría; y de Erislandy Savón se esperaba más o menos eso, que boxeara bien y en caso de caer, lo hiciera con las botas puestas.
Eso sí, el objetivo era recuperar el trono y no se logró. Kazajstán, aunque el arbitraje lo haya ayudado un poco, se preparó muy bien para este certamen y volvió a colocarse como la potencia que siempre fue.
La tendencia en los últimos años ha sido de dominio alterno: Rusia en Milán-2009, Ucrania en Bakú-2011 y ahora Kazajstán, pero Cuba sigue ahí, y esa muestra de consistencia no es para ser soslayada. Pese a no cumplirse la meta, creo que el colectivo técnico va por el camino correcto, y los éxitos seguramente se incrementarán en el futuro.
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