Yessie Guridi, luego de Renacer, vive sus Sábados de gloria
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Foto: Cubactores
La enfermera Lisandra de la telenovela Renacer vuelve al dramatizado estelar de la Televisión Cubana en la nueva entrega, Sábados de gloria, esta vez con un rol protagónico. Claro que es un excelente pretexto para entrevistar a Yessie Guridi, pero esta mujer emprendedora (literalmente), merece que contemos su historia desde el principio:
«Pasé los cuatro años de la Escuela de Instructores de Arte en la especialidad de teatro, después hice mi servicio social por cinco años en una escuela primaria que, por cierto, fue en la misma donde yo estudié. Ese fue un trabajo espectacular, les daba clases a los niños de Apreciación de las artes, a mí me fascina trabajar con ellos, así que la labor como instructora de arte fue algo que yo disfruté mucho.
«Al mismo tiempo, estuve haciendo la carrera de Psicología, y cuando me gradué estuve trabajando en la Clínica del Adolescente, y luego ejercí mucho tiempo como psicóloga del programa de infertilidad en el hospital América Arias (Maternidad de Línea). Maravilloso trabajo, todavía lo extraño a veces, tengo pacientes que hasta hoy mantienen la comunicación conmigo, realmente era algo que me motivaba mucho. Había dos momentos que me hacían muy feliz, uno cuando una persona que llevaba años en el proceso, tratándose en la consulta de infertilidad, lograba quedar embarazada, y otro, cuando alguna paciente que había perdido el embarazo o el niño al nacer y después de un tiempo en tratamiento lograba tener su bebé, eso era súper estimulante y gratificante para mí.
«Los instructores de arte en aquel momento no podíamos hacer pruebas del ISA, ni entrar a ningún grupo profesional, ese fue un proceso muy traumático para mí, sin embargo, aun así yo daba clases, estudiaba Psicología y tenía mi grupo de teatro de aficionados, que lo disfruté muchísimo. Nos presentamos en disímiles ocasiones, participamos en festivales, pero ya cuando me gradué de Psicología, el trabajo en la Clínica del Adolescente me demandaba mucho, tenía que darle prioridad, y realmente dejé de hacer teatro. No poder entrar al ISA ni trabajar en el teatro profesionalmente fue una frustración para mí. Eso cambió cuando ya yo estaba en cuarto año de la carrera de Psicología y decidí seguir ese camino, fue el momento en que yo engaveté todo lo que tenía que ver con la actuación».
—Instructora de arte, psicóloga y dueña de dos exitosos negocios, eres el vivo ejemplo de que la vocación y el talento siempre salen a flote. ¿Cuál fue el clic que te hizo regresar a la actuación después de tantos años?
—Mi mejor amigo, Rey Castañeda, que es dramaturgo, director, siempre me decía que yo tenía que actuar: «tú tienes que darte cuenta de que puedes hacer lo que quieras en la vida, emprender, todo, pero tú tienes que actuar, porque hay algo en ti que no vas a ser completamente feliz y plena hasta que te des cuenta de eso». Yo le respondía que no, que ya eso lo había olvidado, pero un día viene a verme porque Heiking estaba haciendo la serie Valientes y me comenta que estaba buscando una actriz para un personaje pequeño, pero interesante, que tiene sus matices, y que él le había hablado de mí porque le gustaría que yo lo hiciera. Primero me negué, le expliqué que hacía mucho que yo no recitaba ni una poesía, pero él me convenció y fui, hablé con la directora y asumí el personaje.
«El primer día de rodaje, cuando me levanté a las cuatro de la mañana, porque nos recogían sobre las cinco menos cuarto, y me vi disciplinadita recogiendo todo, porque lo hice con mi propia ropa, pues el personaje era una iyawo y yo estaba de iyawo en ese momento, y luego cuando llegué al set que vi la energía, el movimiento, las cámaras, la gente, entendí por qué mi amigo, que me conoce tan bien, insistía en que yo necesitaba eso. Lo hice, fui feliz, y ese día dije: yo tengo que hacer mi tiempo, mis emprendimientos de un lado, mi vida como madre de otro, como mujer, pero yo tengo que seguir actuando».
Renacer…
Luego Yessie rodó Siluetas, un telefilme del propio Rey Catañeda, donde disfrutó especialmente coincidir con buenos amigos como las actrices Yeni Soria, Paula Varela, Rosmery Guillén y el propio director. Poco después, Heiking y Jorge Molina, con quien había compartido set en Valientes, la llaman para proponerle un nuevo reto: la telenovela Renacer:
«Me presentan a Lisandra, ya eso implicaba un tiempo que no tenía por los emprendimientos, entonces me lo pensé, porque el tiempo de rodaje de una novela es mucho más largo, pero me decidí. Me gustó mucho Lisandra, cómo me la dibujaron Heiking y Molina, las personas que iban a compartir escena con Lisandra, y lo acepté».
Foto tomada de Facebook
—¿Nos cuentas sobre la retroalimentación que has tenido del mejor crítico, el público?
—Las muestras de cariño de las personas son increíbles, desde pararte en una calle y decirte: «oye, ¿por qué te vas a dejar quitar el tipo?, lúchalo», hasta otras que te dicen: «qué mal me caes, no te soporto, eres pesadísima, ojalá que se quede con la madre del hijo», es decir, cosas que uno nota que realmente disfrutan la novela y se sienten parte como para expresarte lo que sienten. Yo, verdaderamente, no estoy mucho en Facebook, pero sé que hay grupos en esa red social donde se comentan horrores para el personaje y también opiniones muy buenas para mí como actriz, otras no tanto, sé que hay intercambio… yo siempre trato de quedarme con lo que me da la gente en vivo, a nivel personal, donde algunos critican el personaje, pero le ven también sus matices. Cada cual le da su versión y creo que para eso es la novela.
«Mi personaje no es un personaje negativo, pero tampoco es positivo; ha tenido malas conductas a lo largo de la novela, pero lo que defiende y lo que traté de defender yo de Lisandra es esa mujer enamorada que estaba tratando de hacerlo todo por el amor de ese hombre. A veces no tuvo las mejores conductas, pero lo que sentía por él y por su familia era sincero. Esa fue la parte en que yo más me centré a la hora de defenderla y creo que eso es con lo que también se ha quedado el público».
—¿Lo mejor que te llevas de este trabajo?
—A mí, en lo personal, me ha llenado de satisfacción, de cosas lindas, de regalos muy lindos: niños que ven la novela y te dan sus opiniones como si fueran adultos ya, personas que están en situaciones similares. Y, sobre todo, el regalo más grande ha sido intercambiar con tantos seres humanos increíbles en el colectivo de Renacer. Desde la dirección de Heiking y Molina, de los cuales tuve mucho apoyo, porque era mi primer trabajo grande y ellos fueron extremadamente cuidadosos conmigo, muy cariñosos, tuvieron la paciencia de esperar que yo entendiera los procesos y los códigos de la televisión, de la novela, sobre todo. Tengo muchísimo que agradecerles.
«Y, por otra parte, al equipo que trabajó directamente conmigo, Giselle Sobrino, que siempre lo digo, es mi regalo de Renacer, la calidez que me brindó desde el primer momento fue espectacular. Nosotras somos rivales en la novela, pero en la vida real somos excelentes amigas. Teherán, que es un caballero, yo le digo «el Lord Bombero». Lo que vende Fernando lo es Teherán en la realidad, una persona que me ayudó muchísimo, que fue muy compañero, muy cálido. Igual Belkis, o sea, Daniela Valdés. También era su primera novela, igual que Alejandro Arcos, y para los tres el apoyo de Roberto Romero, de Giselle Sobrino y de Teherán Aguilar fue fundamental para poder crear la familia que hicimos».
Foto tomada de Facebook
Sábados de gloria
Renacer le aportó también la seguridad para lanzarse en un reto superior, pues en la próxima telenovela, Sábados de gloria, interpreta un personaje protagónico.
—Cuéntanos: ¿cómo fue eso?, ¿hubo que convencerte mucho?
—No, ya yo estaba convencida. Creo que Renacer fue la antesala de asumir un rol, un personaje con mayor peso en cuanto a todo: los tiempos, la necesidad de estudio que lleva un rol de esa magnitud, la complejidad del personaje en sí, por lo tan distante de mí en varios aspectos. No solamente en el plano de la ficción, sino en cosas tan reales como la edad está demasiado lejos de mi persona y fue un reto grandísimo.
—¿Cómo llegaste a Sábados de gloria?
—Esto tengo que decirlo siempre: yo llego a Sábados de gloria porque Ernesto Fiallo me avisa que están haciendo un casting para encontrar uno de los protagónicos y me anima a presentarme. Ni corta ni perezosa fui al casting, que lo estaba realizando Tamara Castellanos, la directora general de la novela. Yo no conocía a nadie, era el primer casting en el que me presentaba en mi vida, no sabía cómo era el proceso, llegué muerta de nervios, de miedo y de inseguridades, también porque es parte del ser humano y de lo que somos. Regresé a mi casa convencida de que el papel no era mío. A los dos días me llamaron para que fuera a recoger los guiones. Yo pregunté: ¿y eso qué significa? Que el personaje es tuyo. No lo lograba creer.
Foto tomada del Portal de la Televisión Cubana
—¿Te enamoraste del personaje a primera vista?
—En la primera lectura, muchas cosas en el personaje no me gustaban, había muchos puntos en que no coincidía con Rita; sin embargo, hoy por hoy la amo, y si algo me ayudó a defenderla, fueron dos cosas: una, mi amiga Yeni Soria, que me aconsejó: «encuentra el punto en el que tú y ella se parecen, siempre lo hay. Encuéntralo, y en ese punto, defiéndela. Eso es lo primero, y lo segundo que te voy a decir es que ningún personaje llega a la vida de las actrices y los actores por gusto. Los personajes son como espíritus que llegan para algo en la vida. Y si Rita está llegando a ti en este momento, es para algo».
«Ahí yo me senté, pensé y entendí muchas cosas. Eso fue lo que me hizo empezar a querer a Rita, a encontrarla y a defenderla».
Foto tomada del Portal de la Televisión Cubana
—Sin hacer spoilers, ¿nos puedes adelantar un poquito quién es Rita?
—Rita es un ser humano increíble, un personaje muy positivo. Es una cirujana cuya vida gira en torno a toda la labor humanitaria de salvar vidas, de regalar lo que ella más valioso cree que es en la amistad. Esta es una novela que trata, primero, sobre la vida de las mujeres y de los hombres que ya van camino hacia una edad madura, donde aparecen siempre una serie de conflictos, y creo que las personas se van a identificar mucho con los personajes precisamente por eso. Sábados de gloria va a darle un protagonismo a la amistad, a esos grupos de amigos que se salvan durante el tiempo y ni las distancias, ni el ritmo de la vida cotidiana logran apagar. Rita defiende eso, la amistad y la humanidad. Si yo la pudiera definir con una palabra, sería reflexiva, y creo que el amor y la amistad la definen por sobre todas las cosas.
—Tras un largo proceso de rodaje, ¿qué experiencias y satisfacciones te quedaron?
—Fue maravilloso trabajar con un equipo de actores consagrados como el elenco de esta novela. Sábados de gloria ha sido un lujo para mí: un lujo compartir con todos esos actorazos, que me ayudaran a insertarme, adaptarme al ritmo de una telenovela, que me hayan acogido en ese equipo de realización, todos, desde Tamara, los cámaras, las maquillistas, los vestuaristas, las luces, todo el mundo. Nunca voy a tener cómo agradecer ese regalo del universo. También estar bajo la dirección de Tamara, que confió en mí para un personaje como Rita que, además, era uno de sus personajes favoritos, y que trabajara conmigo mano a mano hasta lograr sacar a Rita y dar lo que ella quería como directora.
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