Ecuador: ¿Historia que se repite?
especiales
Manifestantes desafían a la policía durante una manifestación en contra del gobierno y del racionamiento de electricidad en Quito, Ecuador, el jueves 21 de noviembre de 2024.
A pocos meses de las elecciones presidenciales en Ecuador, ya suman 16 los aspirantes a un poder envuelto en las dos ocasiones anteriores con la misma táctica de la derecha de escindir y hasta sacar provecho de odios y rivalidades para triunfar, pese a no contar con respaldo popular.
Parece ilógico, pero es así, cuando la reacción aúna a la mayoría de los candidatos afines derrotados en la primera vuelta y logra el respaldo del principal bloque supuestamente progresista derrotado para hacer prevalecer a su candidato, un ente al servicio de la oligarquía y el neoliberalismo.
Así sucedió con el banquero Guillermo Lasso, quien “convenció” al candidato indígena de Pachacutik, Yaku Pérez, para enfrentar y vencer al candidato de la correísta Revolución Ciudadana, ganador de la primera etapa.
Defenestrado Lasso en la mitad de su mandato, algo similar ocurrió con los comicios que empoderó al actual presidente, el multimillonario Daniel Noboa, aunque utilizando desde el primer momento al amplio espectro de la derecha para vencer nuevamente al aspirante del correísmo.
Recientes encuestas revelan que entre la multitud de aspirantes, cuyo número puede aumentar, descuella en primer lugar la candidata correísta Verónica González, seguida de Noboa y el aspirante de Pachacutik, el ingeniero Leonardo Iza, quien, al revés de Yaku Pérez, tiene principios y prestigio hasta ahora indelebles.
Tanto el correísmo como el movimiento indígena son agrupaciones de izquierda, con programas más asequibles al pueblo, en medio de la turbulencia que heredó y empeoró Daniel Noboa.
El país vive una epidemia de violencia, motivada en parte por el aumento vertiginoso del narcotráfico. Tradicionalmente una ruta de tránsito de cocaína hacia Estados Unidos, se ha convertido en los últimos años en un centro de distribución en el que han desembarcado cárteles de Colombia y México, además de grupos locales. Las cárceles arden, mientras el gobierno ha abierto las puertas a militares y grupos de inteligencia de Estados Unidos para que intervengan en el país.
En medio de ello, se hace necesaria la unidad de las agrupaciones progresistas ´para derrotar a la reacción, pero ello no está a la vista en las consideraciones de sus máximos dirigentes, el expresidente Rafael Correa, de un lado, y por el otro lado, Leonardo Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE).
PERO…
Las diferencias entre Correa e Iza resaltan la complejidad y diversidad dentro del espectro político de izquierda en Ecuador, especialmente en un momento crítico de preparación para las próximas elecciones. Mientras que Iza busca consolidar una amplia alianza de fuerzas izquierdistas, Correa parece preferir una táctica más enfocada en la identidad y los principios de su movimiento.
Correa expresó recientemente sus opiniones respecto a una posible opción planteada por Iza, quien propone la creación de un frente de izquierdas que incluya a diversas organizaciones políticas, entre ellas la Revolución Ciudadana. Sin embargo, repito, Correa ha mostrado reservas respecto a esta iniciativa.
En una entrevista concedida a Radio Sonorama, el exmandatario manifestó su respeto personal hacia el líder indígena, pero señaló que Iza “claramente tiene limitaciones y sesgos”. Correa criticó la propuesta de Iza por su enfoque excluyente, ya que sugiere que la alianza política se realice únicamente con partidos y grupos de izquierda, sin considerar a otras fuerzas políticas.
“Respetamos las diferencias, pero no haremos coalición con otros partidos solo por ganar puntos adicionales”, afirmó Correa durante la entrevista. Estas declaraciones subrayan la postura del exmandatario, quien parece inclinarse por una estrategia política más autónoma y menos dependiente de coaliciones amplias.
A su vez, Iza consideró que si un sector político se define de izquierda tiene que respetar a las diversidades que también se identifican como izquierda. Hay varias cuestiones:
La primera es que “Correa nos acusó a la CONAIE de ser terroristas y serviles a la CIA, entre otras tonterías. Luego hubo problemas concretos, como la oposición de Correa a la educación intercultural y su discurso para con las diversidades. Tercer tema: su periodo ha sido el de mayor intensidad respecto al incremento de la minería en nuestros territorios. Había una imposición de la política extractivista y nosotros salimos a defender nuestros territorios. Luego su gobierno entró en un enfrentamiento más agudo con la CONAIE cuando nos pretende quitar la sede. También se intentó fraccionar a las organizaciones por vía de la Subsecretaría de Pueblos y Nacionalidades”.
Empero, reconoció que “Correa tiene una presencia política importante en Ecuador; siendo positivo o negativo, está en el centro de las decisiones.
“Pero no podemos seguir viviendo del correísmo-anticorreísmo. Ahí se beneficia solo la derecha”, reconoció, para luego considerar que en su país hay una crisis de representación, donde los actores políticos se encuentran deslegitimados.
“La gente no se ha beneficiado de la política en los últimos años. No quieren saber nada. Pero con eso no resolvemos la crisis. Entonces, frente a la crisis, tampoco podemos abocarnos a escenarios anarquistas, que puedan acabar en una situación más difícil. Nosotros queremos conducir desde nuestras organizaciones de base. La Asamblea Nacional está desgastada. El ejecutivo está desgastado. La Policía ahora mismo también. Prácticamente todas las instituciones del Estado tienen problemas de legitimidad. Pero, sin embargo, sigue siendo la Asamblea la que pone equilibrio en las decisiones del ejecutivo. Hubo leyes perversas que fueron frenadas”, consideró.
Añadir nuevo comentario