OPINIÓN: ¡Cuánto de mambí, cuánto de Fidel en el pueblo cubano!
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Los huracanes Oscar y Rafael dañaron fuerte a Cuba. Y si desgarraron menos ha sido por la preparación para enfrentar cataclismos de este tipo con las armas de la unidad y la disciplina, bien dirigidos por la máxima dirección del país, sin eludir estar en los lugares de peligro y tormentos mayores, apoyados por los cuadros en los diversos territorios, quienes lograron aunar y robustecer aún más las fuerzas de la ciudadanía afianzada en la fe y la confianza en su Revolución.
Allá con su sucia conciencia aquellos que atacaron con falsas noticias esos momentos, y los realizadores de la misma apostasía al aprovechar y subir los precios de su mercancía, cuando la mayoría de las personas han sido un huracán de solidaridad espiritual y material para los damnificados. A dichos mercenarios de la maldad no les importa el dolor de la ciudadanía.
Antes, durante y con posterioridad del terrible fenómeno climático, el pueblo se creció, con los trabajadores en la principal línea: sus mejores cualidades florecieron, las heroicidades, el amor al prójimo vibraron mientras no pocos colectivos fueron a las provincias más golpeadas alejados de sus hogares.
Orgullo por los eléctricos: se fue la corriente, la luz de sus almas se mantuvo como siempre alumbrando También en su trinchera, hombres y mujeres de la meteorología, de la salud, de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior, de Etecsa, agropecuarios, hidráulicos, estudiantes. periodistas, artistas, científicos, ingenieros, bancarios, deportistas, jubilados, jóvenes, sin soslayar a las amas de casa…. Todos con tanto de mambí, con tanto de Fidel. Y con semejante potencia vamos unidos hacia la recuperación.
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