ARTE EN LA RED: Picasso del azul al rosa (+ obras)
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Collage realizado con imágenes descargadas de Internet
Después de una etapa inicial en su carrera como pintor, que afligido por la pérdida de su amigo Casagemas y por las circunstancias de la vida, le llevó a expresarse casi exclusivamente con tonos azulados, Pablo Picasso (1881-1973) pasó del llamado período azul, al rosa; una fase en su quehacer pictórico que se caracterizó por el empleo cromático referido, y por su marcado gusto por la poesía, por aires más festivos desde lo cotidiano, motivado sobre todo por cierto mundo de la farándula que le interesó por entonces.
Ya para el año 1905 Picasso mostraba obras con otra gama de colores más cálidos. En su camino hacia el abandono de la obsesión por el azul, empleó desde el rojo más intenso hasta amarillos y pálidos rosados pasteles. Mantenía su estilo de figuras deformes, estiradas, con líneas delicadas, más concentrado en la escena que en la definición de personajes y sus expresiones faciales, de hecho, se notan rostros planos, no se ven felices, pero tampoco podemos definir otra emoción.
También le llamaba la atención el cuerpo femenino, el tema familiar y los paisajes pintorescos.
“Familia de acróbatas con mono”, 1905. Imagen tomada de https://es.citaliarestauro.com
“Acróbata sobre una bola”, 1905. Imagen tomada de https://es.citaliarestauro.com
Por un tiempo —algunas fuentes aseguran que hasta 1906 y otras indican que hasta 1907— lo más interesante e incuestionable fue su fascinación por el mundo interior del circo. No el espectáculo en sí, sino el ambiente tras bambalinas, lo ordinario que no ve el público. Y esto lo recreó no solo en pintura, también en grabado, dibujo y escultura.
Cuando revisamos las obras de este ciclo que se considera el segundo más importante de su trayectoria, precursor del cubismo que tanto identificó a Picasso, encontramos acróbatas, bufones, equilibristas, juglares, recreados con un matiz de melancolía, pero no extremo como sí le sucedió antes cuando estuvo más centrado en la marginalidad y la infelicidad.
Precisamente la diferencia más notable es la alegría que se percibe. Quizás no muy expresiva a través de los personajes porque no se ven muy contentos que digamos, pero el entorno es menos tétrico desde la concepción, la idea que transmite es positiva, tan frecuente que nos acerca, y, por supuesto, los colores empleados son más suaves, o intensos a veces, pero que sugieren otras emociones.
“Muchacho con pipa”, 1905. Imagen tomada de https://es.citaliarestauro.com
“Acróbatas, madre e hijo”, 1905. Imagen tomada de https://es.citaliarestauro.com
En resumen, Picasso pasó de tonalidades frías y azules a cálidas y rosáceas. Evolucionó en su labor, y el centro de su obra ya no fue la desesperación, la angustia o la miseria sino escenas comunes y humanas. Estuvo más interesado en las particularidades cotidianas, ya se encontraba más involucrado en la vida bohemia parisina y recibía fuerte influencia cultural en todos los sentidos.
Fueron años de experimentación, de mucho trabajo y aprendizaje de estilos y técnicas de pintura que le ayudaron a crecer como artista. Al principio estuvo más concentrado en los temas antes descritos, pero luego fue más indeterminado, más abierto.
Este período desembocó, poco a poco, en las bases que le hicieron crear el cubismo, el primer movimiento artístico de vanguardia del siglo XX. De hecho, expertos refieren que sus primeros trabajos de esa corriente tienen trazas de la etapa rosa, tanto como lo último evidente de esta guarda relación con características cubistas. Ejemplo es el cuadro “Las señoritas de Avignon” (1907), en el que ya se aprecia cierta geometrización de las figuras.
“Las señoritas de Avignon”, 1907. Imagen tomada de https://es.citaliarestauro.com
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